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María Teresa Martín Vivaldi. Palacio de la Madraza. Hasta el 28 de marzo.
Tal vez sea por su apellido, pero a María Teresa Martín Vivaldi siempre le fascinó Venecia. Ha pasado allí tantas temporadas que ya no se considera turista, sino parte del alma de la ciudad. Y a Venecia dedica la pintora granadina su última exposición, que puede contemplarse desde el viernes pasado en el Palacio de la Madraza, y que tiene como título Vedute ('Vistas', 'paisajes'). Es un homenaje a la luz veneciana.
"Con la exposición he querido recordar a los viejos pintores paisajistas como Canaletto [que eran llamados 'veduti'] y que eran un gran referente de la pintura. Tenemos que pensar que ellos trabajaban en un mundo en el que la fotografía no existía, y si alguien quería conocer una ciudad, tenía que recurrir, inevitablemente, a una pintura. La única manera de difundir la imagen de una ciudad era a través de esos pintores paisajistas".
La muestra recrea una Venecia alejada de góndolas y gente, también tiene muchas partes de ensoñación. "Hay cuadros que he recreado a partir de los recuerdos", dice María Teresa Martín Vivaldi. "Quería pintar una Venecia sin gente y sin góndolas, centrándome sobre todo en los reflejos del agua. Venecia es una fiesta para los ojos. Si te conoces bien la ciudad, sabes adónde puedes ir para evitar a los turistas y conocer rincones más interesantes". Luego añade: "Lo que sobra de Venecia es la masificación de turistas que hay, porque venecianos hay muy pocos, aunque, bien pensado, cuando yo voy allí también soy, en cierto modo, turista, aunque yo ya no me considere así".
La exposición se abre con una greguería de Ramón Gómez de la Serna como cita: "El que está en Venecia es el engañado que cree estar en Venecia. El que sueña con Venecia es el que está en Venecia". "Esa cita resumen perfectamente el espíritu de la exposición. El recuerdo de Venecia es algo mucho más poderoso que cuando uno está físicamente allí", explica Martín Vivaldi.
La obra consta de más de medio centenar de obras. "Hace unos años tuve la idea de hacer una serie sobre Venecia. Iba a ser algo de pequeño formato, pero al final, poco a poco, me ha salido una exposición muy grande. Es una ciudad que siempre me ha gustado muchísimo. En realidad, empecé pintando los cuadros para mí misma, pero luego todo se fue ampliando más y más".
¿Es coincidencia que una pintora de Granada, una de las consideradas entre las ciudades más bellas del mundo para muchos pintores, se haya ido a Venecia a pintar? "Bueno", replica María Teresa Martín Vivaldi. "Venecia también es una de las ciudades más bellas del mundo. A lo mejor tiene algo que ver con que mi segundo apellido sea Vivaldi [en referencia al compositor veneciano Antonio Vivaldi]".
En la atracción de Martín Vivaldi por Venecia también ha tenido mucho que ver el poder de la luz en la ciudad italiana. "En Venecia la luz es diferente a la de cualquier otra ciudad del mundo por una cosa: por el agua. El agua impone una cosa especial en la ciudad y en su luz. La hace diferente. El reflejo del agua redistribuye toda la luz por completo. Y es curioso, me gusta muchísimo más Venecia en invierno que en verano. En invierno todo es más crudo, más directo, mientras que en verano, con la evaporación del agua por el calor todo es más difuso. En verano Venecia está mucho peor.
La obra de Martín Vivaldi, una pintora que siempre se ha caracterizado por un descomunal uso del color y la sugerencia, contiene homenajes a los pintores paisajistas pero también mucho de ensoñación, de memoria, de recuerdo de lo vivido y de lo visto. Está plagada de sugerencias e intuiciones, de pequeños apuntes que hacen que el visitante tenga, cuando menos, la curiosidad de ver con sus propios ojos esa luz de Venecia que la creadora propone y recuerda, la luz de una de las ciudades más mágicas del mundo, tan envueltas en misterio como la propia Granada.
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