El Madrigal, el último cine en 35 milímetros
El 'Cinema Paradiso' español que resiste
La sala en pleno centro de Granada es la única en España donde se proyecta sólo y exclusivamente en este formato
Granada/Olimpia, Regio, Aliatar, Príncipe, Goya, Cines Zaidín-Vergeles, el Palacio del Cine, Granada 10. La ciudad llegó a tener abiertas decenas de salas, muchas de ellas en pleno centro, hace un siglo. Todas echaron el cierre con el tiempo menos una: el Madrigal. El cine ha resistido a las diferentes embestidas del sector a lo largo de 60 años: desde la implantación de la tele en color; a la aparición del cine casero y el home cinema; los macrocomplejos en centros comerciales; la reconversión digital de las salas; y hasta la invasión de las plataformas de streaming. La crisis económica de 2008 tampoco ha podido con él.
Logros dignos del último superviviente en 35 milímetros. El Madrigal es el único cine español donde se proyecta sólo y exclusivamente en este formato después del cierre del cine Alameda de Sevilla este año. "La calidad de una copia en 35 milímetros es infinitamente mejor a la de una digital. En digital se ha conseguido una imagen buena, pero no es comparable a como se ve y se proyecta una copia de 35 mm en una pantalla. En digital puede que se proyecte en 4k o en 2k y que no se note la diferencia", afirma Bárbara Merino, jefa de ventas de Caramel, una de las distribuidoras que trabaja con el Madrigal.
A Juan Torres-Molina, gerente del cine, le encanta este formato. "Es la esencia del cine. El digital es más frío porque es un archivo. Tendrá más o menos calidad, pero el 35 mm supera el 2k, que es el estándar que han impuesto", señala Torres Molina. En la cabina de proyección del Madrigal nos encontramos con numerosas latas de películas y un proyector marca Prevost, que sigue en marcha 27 años después de su compra.
"Ésta que tenemos aquí, La hija de un ladrón, debe tener 3.000 metros de película. Las envían en latas por partes", precisa. Un sistema de paro automático evita que la película se rompa. "Tiene un sensor que avisa y para el máquina. Aunque nuestros trabajadores están arriba", indica Torres Molina. Jorge Maya, hombre orquesta en el Madrigal, se encarga desde hace un año de colocar los rollos de película antes de ser proyectados. "Al principio era muy complicado. Con el tiempo te acostumbras y sale de forma natural", dice. Le enseño Francisco Puerto, que también trabaja como taquillero en el cine.
El gran cine cumplirá 60 años en 2020
El 29 de septiembre de 1960 abría sus puertas el Madrigal en pleno centro. La película elegida para su inauguración fue la hispano alemana Un trono para Cristy. A punto de celebrar su 60 aniversario, el céntrico cine de sala única, pantalla de grandes dimensiones y rojas butacas de aspecto aterciopelado, sigue en pie. "Es el cine más longevo de Granada. No ha cerrado nunca. Bueno, miento. Cerró el 20 de octubre de 1984 y el 9 de agosto de 2018 -fechas en la que fallecieron Juan Torres-Molina y Ana María González, los fundadores del cine-", reconoce Torres Molina poco antes de señalar al techo. "¿Lo ves? Es obra de Francisco Prieto Moreno, uno de los grandes arquitectos de Granada y el encargado del diseño del Madrigal".
Su padre era un enamorado de la fotografía, herencia de su abuelo, y del cine. "Empezaron programando los propietarios del Aliatar porque mi padre no conocía el negocio. Le ayudaron. Cinco años más tarde, soltó amarras. Empezó a navegar solo embarcado en una deuda muy grande. Era un sueño y le salió bien", recalca.
La cuna del gran cine europeo
¿Qué sentido tiene que haya un cine independiente en el centro de la ciudad? "Tiene todo el sentido. Mi padre era muy amante del cine y de Cahiers du Cinéma -estaba suscrito–. Era europeísta. Su segundo idioma era el francés. Él leía muchas revistas cinematográficas francesas. Sus hijos hemos sido más de cine americano. Aquí han puesto Gritos y susurros de Ingmar Bergman; Z de Costa-Gavras; Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón de Almodóvar; y películas de Truffaut. Es una esencia que se mantiene. El Madrigal fue la cuna del gran cine europeo, del cine independiente, del español, desde su nacimiento", defiende.
A Torres-Molina siempre le ha encantado el cine, de cuya programación se ha encargado desde la muerte de su padre. "Mi hermano Manolo era el rey de la cabina. Tenía unas manos maravillosas. Te arreglaba cualquier cosa. Cuando la máquina se paraba él la ponía a andar otra vez. Nunca hemos suspendido un sesión gracias a él. Mi hermano Pepe estuvo involucrado unos años, sobre todo en el tema publicitario", recuerda con cariño.
El Madrigal ha pasado por diferentes etapas en su más de medio siglo de vida. "La primera etapa, en los años 60, es muy parecida a la de ahora. Proyectaban mucho cine europeo y de autor. Luego llegó la televisión en color, que fue primera gran crisis de los cines. El desarrollo del vídeo doméstico y del formato home cinema causa la segunda crisis a finales de los 70. A finales de los 80, principios de los 90, sólo quedan en el centro el Palacio del Cine reconvertido en Multicines Centro con ocho salas y el Madrigal como sala única", relata.
¿Cómo reacciona el cine tras las diferentes crisis en el sector y la muerte de su fundador capital, el fotógrafo Juan Torres-Molina, en 1984? "Se ata a la multinacional United International Pictures. Traía el material para toda Europa de Metro-Goldwyn-Mayer, United Artists, Universal, Paramouth y la productora de Spielberg, Amblin Entertainment. Era la única manera de sobrevivir", reconoce Torres Molina.
El Madrigal vivió una segunda edad de oro del cine, proyectando títulos como Indiana Jones, La lista de Schindler y Salvar al soldado Ryan. "Los grandes estrenos llegaban aquí. Parque Jurásico agotó entradas de todas las sesiones durante un mes. Dos mil y pico butacas diarias. Se estrenó a finales de septiembre y estuvo tres o cuatro meses en cartel", recuerda.
Hace una década, el cine se topó con una crisis económica tremenda y la apertura de megacomplejos de cine. "Lo más problemático fue el cambio impuesto desde las multinacionales en el sistema de proyectar: la digitalización. Los costes eran inasumibles. El precio de un proyector adecuado para este cine rondaba los 120.000 euros. Era invidiable en un momento de crisis y subida de IVA -del 8 al 21%-, que asumimos nosotros. No subimos un céntimo la entrada", admite orgulloso.
Las multinacionales le dan la espalda al Madrigal. "United International Pictures deja de darnos copias de películas. Les importaba un bledo si cerrábamos. Nos deja morir básicamente. El único que nos ayudaba era Disney. Pero la facturación no era todo lo deseable. Entre semana no había niños", señala.
Golem, principal valedor del Madrigal
Es ahí cuando entra en escena la distribuidora Golem. "Le propongo trabajar con cine independiente. Cambia la fórmula y proyecta cine europeo y asiático. Cine que no llegaba a Granada de manera habitual. Prueba y le funciona", subraya Oscar García, jefe de ventas en Avalon -anteriormente en Golem-. "Este hombre hace una apuesta por el Madrigal. Ellos están dispuestos a hacer copias en 35 milímetros y ayudarnos. Esta es la historia de un éxito. Él tiene gran parte de culpa", agradece el dueño del cine.
Desde entonces, se han podido ver películas distribuidas por Golem, Avalon y Caramel que de otra manera no hubieran llegado a Granada como Ida, La sal de la Tierra, Cold War y Muchos hijos, un mono y un castillo. "Sin el Madrigal os quedarías sin estrenos de cine independiente: los de Cannes, Berlín o Venecia. Sólo tenéis cines comerciales", advierte García. Los próximos estrenos en el cine granadino contemplan El oficio y el espía de Roman Polanski y la francesa Los Miserables de Ladj Ly.
Poco reconocimiento y un IBI monstruoso
Si de algo se queja el dueño del cine es del IBI "monstruoso" que paga y del poco reconocimiento a nivel institucional -sólo Cines del Sur y el Festival Granada Paradiso lo han premiado públicamente-. "Ahora han subido de un 0,7% a un 1% a los espacios declarados zonas comerciales. El IBI se nos ha disparado de 8.000 euros a 13.000. No somos equiparables a un centro comercial. Somos un bien cultural. Son tres meses de recaudación sin contar los pagos a las distribuidoras”, reprocha García-Molina, que destaca que "Granada es capital para un estreno independiente" gracias al Madrigal.
"Cualquier día echarán el cierre porque es más rentable alquilar ese espacio al Corté Inglés o al Zara si nos ceñimos a los números. Él lo alquila y se quita de problemas. Es una pena que desde la administración no haya una ayuda directa al local. Ya hay muy poquitos cines en el centro de las ciudades que mantengan la imagen desde sus comienzos", se lamenta el jefe de ventas de Avalon.
Al final de la conversación, el dueño del cine echa la vista atrás y se emociona: "En el año 2011 con días de cero espectadores, miércoles de 50 personas, lo vi cerrado. Tenía el corazón destrozado. Era terrible". Definido por Pepe Nadal como el Heroico, el Madrigal se mantiene gracias a sus precios baratos, su buena ubicación y su excelente atención al público. El último Cinema Paradiso español, que bien nos valdría cuidar. No habrá otro igual.
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