Mario de la Torre: "El cine puede romper muchos prejuicios"

El realizador almonteño afincado en Granada, candidato a los Goya al Mejor Cortometraje Documental por 'Harraga', una película sobre los niños marroquíes

Mario de la Torre, durante el rodaje de su cortometraje en Tánger.
Mario de la Torre, durante el rodaje de su cortometraje en Tánger.
Jesús Arias / Granada

21 de diciembre 2008 - 05:00

Aunque nacido en Almonte (Huelva) Mario de la Torre lleva el suficiente tiempo en Granada como para sentirse granadino. El realizador de cortometrajes, de 27 años, ha sido seleccionado, junto a su compañera en la dirección, Eva Patricia Fernández, como candidato al Mejor Cortometraje Documental para los próximos premios Goya por la película Harraga. El filme va más allá de los meros tópicos y clichés que, día tras día, los medios de comunicación lanzan sobre los inmigrantes ilegales. La realidad que revela Harraga es bien distinta a la de los prejuicios sensacionalistas.

"La verdad es que saber que nos han seleccionado para los premios Goya ha sido un respaldo muy fuerte a nuestro trabajo, ya no sólo por parte de los festivales, sino de la propia Academia de Cine", explica Mario de la Torre. "Es un gran apoyo moral. Nosotros teníamos alguna esperanza, pero entre más de 120 cortos, era muy complicado que nos eligieran. Por eso ha sido una sorpresa".

Harraga, palabra con la que los inmigrantes ilegales se denominan a sí mismos en Marruecos, es la historia de los niños que emigran en patera o en los bajos de los camiones desde ciudades como Tánger o Tetuán hacia España y todas las peripecias que sufren. "La idea se nos ocurrió", señala De la Torre, "al ver las ideas tergiversadas que daban los medios de comunicación sobre los niños que llegaban en patera a Granada y luego se escapaban de los centros de acogida y se dedicaban a drogarse. Empezamos a investigar qué había detrás de eso y nos llevamos la sorpresa de encontrar que, tras esos titulares, se esconden el sufrimiento y la esperanza de muchos jóvenes".

El documental, de 20 minutos (aunque tiene también un formato de 50 para la televisión) narra, a través de la historia de Hisham, las peripecias de un montón de jóvenes marroquíes en Granada. "Hisham está perfectamente integrado en Granada y trabaja como camarero", comenta De la Torre quien, añade, además, que el mito de la pérdida de lazos con las familias una vez que los niños llegan a Europa es una falacia. "Ellos nunca pierden el contacto con sus familias. Tienen unos vínculos muy fuertes porque para ellos la familia es muy importante".

Aunque no es su función esencial, De la Torre cree que el cine es una buena manera de concienciar a la gente sobre determinadas situaciones. "La denuncia no tiene que ser la principal función del arte", dice, "pero el cine puede romper los prejuicios que hay sobre la gente en general y especialmente sobre estos chicos. Romper con esa visión. Nosotros hemos querido mostrar algo más que la foto de la patera. Hay mucha manipulación en eso. Creo que el cine puede combatir esa manipulación".

La película costó tres años de esfuerzo a sus dos directores, Eva Patricia Fernández y Mario de la Torre. Fue estrenada en marzo de este año en la Filmoteca de Andalucía en Granada y, desde entonces, ha obtenido quince galardones en diferentes certámenes. De la Torre y Fernández ahora andan envueltos en otro nuevo cortometraje. "Estamos preparando un documental sobre el Cristo de los Gitanos y el Sacromonte, una especie de recorrido cultural y antropológico sobre el barrio y sus costumbres", explica.

De la Torre, que ya en 2005 obtuvo otros tantos galardones por su corto Chocolate con churros, se lanzará a por otro corto de ficción el próximo enero. El realizador considera que ya no es problema estar en Granada para hacer buenos documentales. "La industria cinematográfica está en Madrid, pero en Granada hay gente, como José Sánchez Montes o Kandor Graphics, que trabaja muy bien".

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