Motril participa en el Festival de Cannes con la película 'Máncora'
El filme está producido por Antonio Gijón, propietario de Hispafilms
Máncora, la película que produce la compañía Hispafilms del motrileño Antonio Gijón participará en la premiere del Festival Internacional de Cannes tras ser seleccionada en Sundance, la cita anual más importante en lo que a cine independiente se refiere. La cinta competirá por lograr el reconocimiento de mejor drama internacional. Gijón mostró su satisfacción, dado que la participación en este festival de reconocido prestigio a nivel internacional supone dejar clara la calidad de la cinta.
Máncora está protagonizada por Elsa Pataky y Jason Day y está dirigida por el peruano Ricardo de Montreuil y basada en una historia del mexicano Óscar Torres. La película se rodó en Lima y en balnearios norteños como Cabo Blanco, Órganos, El Puerto de Chicama y, por supuesto, Máncora.
La película cuenta la historia de Santiago, un joven rebelde que tras la muerte de sus padres se ve envuelto en una serie problemas y deudas y decide escapar a la playa de Máncora. A partir de ahí, la historia se transforma, al igual que el personaje principal, que deja atrás su timidez y tristeza para introducirse en un mundo de drogas, juergas, amoríos e infidelidades aderezado por personajes retorcidos y pintorescos. Las situaciones a las que tendrá que enfrentarse pondrán a prueba sus emociones y le ayudarán a comprender que los verdaderos problemas no son los que le rodean, sino los que alberga en su interior.
En la sección oficial, el protagonismo fue ayer de Francia: llegó y convenció con su primera película en la competición oficial, Un conte de Noël (Un cuento de Navidad), de Arnaud Desplechin, un agridulce drama familiar con muchos toques de comedia y una perfecta interpretación de un perfecto grupo de actores.
Hace más de 20 años (Sous le Solei de Satan, 1987) que el gran premio del Festival de Cannes se va fuera del país y la prensa especializada local tiene depositadas sus esperanzas en que este año sea diferente con la película presentada hoy a concurso, sobre una familia aparentemente normal que libera sus fantasmas durante unas Navidades. La tormenta liberadora, similar a la tromba de agua que ayer empapó la alfombra roja de Cannes, se desata a raíz de una extraña enfermedad de la madre (Catherine Deneuve) en la que sólo le puede ayudar el hijo (Mathieu Almaric) que ha sido repudiado por su hermana (Emile Berling).
Con referencias al teatro de Shakespeare, una ecléctica mezcla musical, fiel eco de la fusión de sonidos que actualmente se gestan en Francia, y una estructura narrativa que trata de explorar nuevas vías, Desplechin, admirado por los cinéfilos más radicales, aborda las relaciones entre padres e hijos. Tal vez se trate de un punto de partida clásico, pero la novedad reside en cómo lo tantea y explora, tanto en el fondo como en la forma.
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