Muhammad V y las fiestas de la Alhambra
En los márgenes
El siglo XIV del Reino Nazarí de Granada fue una etapa de oro para la cultura y las artes
Antonio Arias se une a Ramón Fandila para el proyecto Mawlid
En la corte de Yusuf I (1333-1354) floreció la cultura, se construyó la Torre de la Justicia, el Salón del Trono en el palacio de Comares, la Puerta de Fajalauza, o la Madraza. Muhammad V (1354-1359; 1362-1391) se educa con el ejemplo de su padre.
Muhammad V, hijo de Yusuf I y de su esclava cristiana Butayna, accede al trono con 15 años, en 1354. Cuatro años más tarde, en 1359, su hermanastro Isma’il II le usurpa el poder. A su vez, el hijo de un primo hermano de Yusuf I, el arráez Muhammad VI el Bermejo asesinaría a su cuñado Isma’il II y se hará con el trono.
Pedro I (1350-1369) tendrá una gran amistad con Muhammad V, ayudándole a recuperar el trono. El monarca castellano remodela los Reales Alcázares de Sevilla y construye su palacio mudéjar con el Patio de las Doncellas, realizado por alarifes granadinos. Muhammad V remodela la Alhambra y construye su famoso palacio llamado Jardín Feliz con el famoso Patio de los Leones. Huella de esta relación ha quedado en las pinturas sobre piel en las cúpulas de la Sala de los Reyes mandadas realizar por Muhammad V, en donde se muestran diversas escenas caballerescas y de caza en las alcobas laterales y los monarcas de la dinastía nazarí en la central, aunque hay diversas interpretaciones y otros consideran que es la corte de Muhammad V. En las esquinas de las pinturas se muestra el escudo con la banda de dragantes de Pedro I, porque Muhammad V se consideraba su vasallo. También es de su etapa la fachada del Palacio de Comares, de 1370, para conmemorar la conquista de Algeciras, realizada con la proporción áurea, o el Maristán entre otras. Muhammad V fue muy tolerante con otras religiones, tanto con la cristiana como con la judía.
Mocárabes en la arquitectura islámica y estilo gótico en la cristiana, madrazas y universidades. Intelectuales de la talla de Dante Alighieri, Francesco Petrarca, Bocaccio, el Arcipreste de Hita, Don Juan Manuel, los viajeros Ibn Battuta o Marco Polo, escritores y pensadores como Ibn al-Jaṭῑb, Ibn Zamrak, Ibn Jaldūn o al-Sāḥili, este último en su aventura desde el reino de Granada a Tombuctú, conforman una apasionante etapa.
Para profundizar en esta apasionante periodo la fuente fundamental es Ibn al-Jatib, estudiado por Emilio García Gómez, Emilio de Santiago Simón y por Antonio Fernández Puertas en su obra: Alhambra: Muhammad V: el mawlid de 764/1362, Editorial Almed, Granada 2018, y del mismo año el coordinado por José Antonio González Alcantud de diversos autores: Leones y doncellas. Dos Patios andaluces en diálogo cultural (siglos XIV al XXI), Editorial Universidad de Granada y Patronato de la Alhambra, del que realicé el prólogo.
En la Alhambra se realizaron diferentes fiestas, celebraciones y recepciones de embajadores a lo largo de su historia, una de las mas conocidas es la narrada por Ibn al-Jatib y estudiada en profundidad por Antonio Fernández Puertas, al que seguimos en esta descripción.
La fiesta de el Mawlid de 764/1362
En esta fiesta se celebra el nacimiento del profeta Mahoma. En la descripción de Ibn al Jatib nos da cuenta de diferentes espacios en donde se desarrolló: la sala elevada de la Qubba del trono (hoy Sala del Mexuar), la edificación del Mexuar privado (Patio de Machuca y edificios colindantes), el Pabellón de la Victoria (Torre de Machuca), el zafariche del Patio del Mexuar privado (Patio de Machuca), el Mexuar segundo (primer patio de entrada al palacio de Comares desde el oeste), y la gran tienda de campaña en la explanada.
El trono se situaba elevado en el Mexuar, el suelo cubierto de alfombras y cojines de cuero, finas cortinas en las paredes y la iluminación con candelabros de cristal y cobre amarillo, sobre pedestales de bronce con pies de elefante y otros colgates.
Después cuenta como fue la entrada del sultán, el saludo y la colocación protocolaria. En primer lugar se situaron a los jeques de las cábilas (unidades territoriales y políticas en donde estaban asentadas cada una de las tribus importantes), al lado los descendientes de los familiares del Profeta, los de linajes reales y los ulemas (especialistas en la sharía o ley islámica). Después los sufíes y los miembros de las cofradías místicas, los cristianos invitados, los comerciantes genoveses, catalanes, de las islas de Córcega y Cerdeña, y finalmente la nobleza local del sultanato.
La celebración comenzó con invocaciones rituales de partes del Corán hasta que sonó la flauta y comenzaron a servir las viandas. La comida consistía en varios platos seguidos de diferentes postres. Un cantor profesional venido de oriente recitaba y cantaba las qasidas en honor al Profeta y entonó poemas, uno cada hora de la noche, con un artilugio muy especial, el horologio. La música y las danzas serán compañeras de estas fiestas.
Gracias a las investigaciones de Antonio Fernández Puertas, quién ha reconstruido el mecanismo de este singular reloj nocturno podemos conocer su funcionamiento. Durante el día se utilizaban relojes solares donde la proyección de la sombra indicaba la hora. Por la noche el tema era más complejo, empleando clesidras, relojes de arena, y astrolabios. Pero en el reino nazarí de Granada eran famoso unos horologios construidos por un gran velón colocado sobre un soporte de madera policromada, con cintas introducidas en tramos regulares que al quemarse la cera se liberaban dejaban caer una bolita metálica o una piedrecita que daba una campanada al chocar con el
recipiente metálico de la base y al mismo tiempo liberaba un pestillo que abría una puertacita y salía una pequeña figura, como una sirvienta, ofreciendo un trozo de papel con un poema para cada hora de la noche de Ibn al Jatib, que recitaba el cantor. La última piedrecita que cayó marcó el momento preciso de la oración del alba. Este mismo programa se repitió todas las noches de la semana.
Antonio Arias acompañado de Ramón Rodríguez (Fandila) han recreado, en 2019, con sonidos de música pop y rock el Mawlid, con poemas de las horas de Ibn al-Jatib y tangos del camino del Sacromonte, y en 2023 utilizando imágenes de la película documental Los constructores de la Alhambra de Isabel Fernández (2022) han realizan el videoclip Mawlid. Hora primera, en el que han contado con la cantaora Carmen Linares, como anticipo de su proyecto discográfico
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