Multicines centro: auge y caída de una sala pionera de Granada

Efeméride

La próxima semana se cumple una década del fin del espacio cultural de Solarillo de Gracia, un adelantado a su época

El último cine de verano

Estado actual de Multicines Centro
Estado actual de Multicines Centro / José Velasco / Photographerssports

En el centro de Granada ya no quedan entradas para el cine "de toda la vida". Poco después de que el Madrigal guardase los últimos rollos de 35 mm y se resignase a emitir en digital, se cumplen 10 años del cierre de Multicines Centro, que bajó definitivamente su persiana el 25 de febrero de 2013, tras un periplo que bien daría para una película propia.

La historia comienza en 1961, con la apertura de lo que entonces se denominó Palacio del Cine, que después reabriría, como un remake, en 1983 con su nombre actual. Aquel lavado de cara convirtió al espacio en uno de los más novedosos de la época, contando con ocho salas y casi 130 butacas para ver las mejores películas de finales de siglo, pero, como todas los films de renombre, pronto comenzaron los giros de guion y la tensión fue en aumento.

Fue en 1998, cuando apenas sumaba 15 años de (nueva) vida, cuando empezaron a llegar los problemas. Ese año, un equipo de la Policía se personó en los multicines de Solarillo de Gracia con la orden de desalojarlos, ya que las últimas obras no tenían el visto bueno de Medio Ambiente. El problema parece que no fue muy grave, ya que el cine volvió a abrir sus puertas apenas unas semanas después, aunque con una brecha entre la organización y la administración municipal.

Pero este incidente fue el principio del fin del cine. La bajada del número de espectadores, la subida del IVA al 21% y la negativa de la gerencia a invertir en la renovación del equipo que permitiese adaptar las salas a la tecnología 3D crearon el cóctel perfecto para echar abajo la persiana para siempre.

"Hemos estado orientados a un cine más minoritario que, lógicamente, tiene un público minoritario y llega un momento en el que las pérdidas son insostenibles", explicaban, días antes del cierre, fuentes de Multicines Centro a este periódico.

A todo esto contribuía enormemente la madeja que era la propiedad de los cines. La empresa Función Privada tenía subarrendado el local desde 1998, mientras que el edificio era propiedad de la familia Vinuesa, que vive en el País Vasco, y la empresa Nuevo Tráfico es la que tiene arrendado los multicines que, a su vez, cedió para su explotación a Función Privada.

Toda esa madeja también provocó que, como K., el personaje de Kafka, los trabajadores del cine tuviesen problemas para cobrar sus nóminas. Cuando la empresa tuvo que saldar sus deudas, los trabajadores, que terminaron por optar por un encierro, denunciase que la empresa les debía una cifra que oscilaba entre los 7.000 y los 10.000 euros, una situación que, para enfado de la plantilla, se agravó cuando, en un intento de salvar los muebles, la empresa bajó los precios de las entradas, lo que provocó un aumento de la recaudación, que en cifras absolutas supuso una taquilla en los últimos fines de semana, que rondaba los 7.000 euros. Desde luego, las cuentas no le salían a los trabajadores.

Irrupción de las grandes superficies

Junto a la ya mencionada subida del IVA o la negación a adaptar los multicines a la tecnología 3D, otro de los elementos que hirió de muerte a Multicines Centro, como también lo hizo a otras salas de la capital que corrieron igual suerte, fue la irrupción de los cines en las grandes superficies.

Con la irrupción del nuevo siglo, empezó a llegar un nuevo modelo de ocio vinculado al séptimo arte, las salas de cine que, en lugar de estar de forma independiente en el centro, como el espacio de Solarillo de Gracia, empezaron a estar 'incrustados' en grandes superficies, lo que convertía la experiencia de ver una película en un spin off del resto de actividades de ocio, como las máquinas recreativas, o algo más mundanas como simplemente hacer la compra o tomar un café o cenar para comentar la película.

Imagen de archivo del taquillero de Multicines Centro
Imagen de archivo del taquillero de Multicines Centro / G. H.

En Granada, esta nueva oferta de ocio se concretó en espacios como el centro comercial Neptuno, en Arabial, que abrió sus puertas en 1993; el Serrallo, en 2012, ya rozando en los últimos estertores de los multicines del centro; o el Kinépolis de Pulianas, lo que actualmente ha evolucionado al Graníta, que comenzó su andadura en 2004.

A estos habría que sumar la irrupción en la capital del Nevada Shopping que también incluiría entre su oferta de ocio el séptimo arte con su propia sucursal de Kinépolis. Sin embargo, esta inauguración nada afectó a la apertura de Multicines Centro, que ya se encontraban en el recuerdo de los granadinos cuando el centro comercial armillero inició su andadura.

Un futuro incierto

Como tantas otras películas y proyectos de Hollywood, el futuro de Multicines Centro es incierto y cualquier tentativa de sacarlo adelante se encuentra guardado en el cajón de algún despacho.

De hecho, según ha podido saber este periódico, el Ayuntamiento de la capital no tiene sobre la mesa ningún proyecto para revitalizar el espacio, que a simple vista se hace evidente su estado de abandono. Fuentes municipales explican que el lugar es de propiedad privada y está catalogado como de uso cultural, lo cual no impide que se pueda modificar el mismo para darle un uso que vaya más allá del séptimo arte.

De hecho, con el boom de los hoteles que está viviendo el centro de Granada bien podría encajar el espacio de Solarillo de Gracia en esta nueva etapa, pero de momento el espacio de los multicines no parece tener en su futuro ese uso.

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