El Nobel de Juan Ramón fue un gran premio para Zenobia

La esposa del escritor tuvo un papel más que influyente en la figura de musa y ayudante de corrección en cada una de las obras del autor de 'Platero y yo'

Juan Ramón y Zenobia en su casa de Hato Rey (Puerto Rico), en 1953.
Juan Ramón y Zenobia en su casa de Hato Rey (Puerto Rico), en 1953.

Juan Ramón Jiménez y Zenobia Camprubí pasaron la mejor época de su vida en Estados Unidos, aseguró ayer la profesora de la Universidad de Maryland Graciela Palau de Nemes, amiga de la pareja y quien no duda en afirmar que el Nobel que recibió el poeta fue sobre todo un premio "para ella".

Zenobia Camprubí fue la mujer que "cambió toda la poesía" del autor de Platero y yo, aseveró, Palau de Nemes, quien a sus 91 años es hoy la única superviviente que mantuvo una estrecha relación con la pareja literaria.

Ante la responsabilidad de saberse depositaria de ese legado y pese a su avanzada edad, Graciela Palau de Nemes se muestra satisfecha de haber podido viajar a España desde Estados Unidos.

Entre los objetivos de este largo periplo figuraba participar en Huelva en el curso Zenobia Camprubí y la Edad de Plata de la cultura española, organizado por la Universidad de Andalucía.

Y es que Palau de Nemes no se cansa de repetir que no se conoce suficientemete a la mujer "avanzada" que fue Camprubí, ni su propia personalidad separada de la figura del poeta.

"Juan Ramón tenía el oficio de escribir y ella le ayudaba. Pero Zenobia tenía un empleo, el de profesora (en la Universidad de Maryland)", además de estar muy presente en los ambientes literarios de EEUU, precisa la experta.

A ello se sumó el conocimiento que tenía del país Zenobia, de ascendencia estadounidense, y que el poeta "no vivió aislado" por sus continuos contactos con profesores y alumnos, y porque el autor de Animal de fondo vivía "en español".

Palau de Nemes, quien trabaja en una biografía sobre Zenobia, sostiene que Camprubí fue "una mujer muy independiente", que "no dependía de su marido", mientras que el poeta "sí dependía de ella, en cuanto a que fue su inspiración".

Desde que contrajo matrimonio con Juan Ramón Jiménez en 1916, y hasta su fallecimiento, 40 años después, Zenobia Camprubí se convirtió en compañera inseparable y colaboradora del poeta en todos sus proyectos literarios.

Graciela Palau de Nemes, de origen cubano, se emociona al recordar la concesión del Nobel al poeta, el 25 de octubre de 1956, cuando su esposa estaba ya gravemente enferma.

"Ella se estaba muriendo y el Nobel le hizo recobrar un hilo de vida. Lo disfrutó de lleno, se dio cuenta de que todo el mundo celebró a su marido", rememora la especialista y profesora emérita de la Universidad de Maryland, institución que contribuyó de forma determinante a la concesión del galardón, según su opinión.

"Me da mucha alegría pensar que ese fue el premio de ella, que a su marido le dieran el Nobel", dice Graciela Palau.

Recuerda como las campanas de San Juan de Puerto Rico repicaban tras el anuncio del Nobel, mientras ella misma -que había viajado a visitar a la pareja desde EEUU- leía a una Camprubí postrada por la enfermedad los telegramas de felicitación llegados desde todas las partes del mundo.

Una alegría que se tornó en enorme tristeza tan sólo tres días después del fallecimiento de la inseparable amiga y confidente de Juan Ramón.

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