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Tras la dimisión de su gerente
Granada/A principios de esta semana, el gerente interino de la OCG, Günter Volg, anunciaba su dimisión. Su decisión estaba motivada por el "importante paso atrás" que se ha producido en la resolución de la situación económica de la orquesta, "la falta de apoyo y el desinterés institucional". Sólo habían pasado cuatro meses desde que el Consorcio Granada para la Música, formado por el Ayuntamiento, la Junta y la Diputación, prometiera pagar la deuda millonaria en un plazo de dos años.
Sin embargo, el cash percibido por las administraciones a día de hoy no llega para pagar a los proveedores, los artistas invitados o los músicos que hacen sustituciones. "Mañana empezamos la tercera temporada en la que se debe dinero. A muchos proveedores se les debe temporada y media anterior. También a imprentas, azafatas, envío de partituras. No se puede pagar nada", alertan fuentes cercanas a la OCG. Una persona del entorno de confianza de la orquesta afirma que la situación se lleva repitiendo desde la creación de ésta, en 1990.
Distintas personalidades del mundo de la cultura granadina defienden a la orquesta en crisis. "La desaparición de la OCG no sólo sería un atentado a la identidad cultural de la ciudad y su entorno, sino una vergüenza para todos los ciudadanos y, sobre todo, para la instituciones que tienen obligación de velar, proteger y financiar a lo que es parte esencial de su patrimonio", sostiene Juan José Ruiz Molinero, quien opina que la formación es "un prestigio para la ciudad". "¿De qué capitalidad cultural europea estaríamos hablando si abandonamos una institución clave para el presente y el futuro? Me da vergüenza e indignación sólo pensarlo”, admite el crítico musical.
El compositor José García Román cree que la orquesta "no va a desaparecer, por lo que ni la región, ni la provincia, ni la ciudad, va a perder uno de sus referentes artísticos, un instrumento que precisa nuestro patrimonio cultural inmaterial o intangible". Lo cierto, continúa, "es que son ya demasiadas las crisis que sufre la OCG. Tal vez porque, como he dicho en reiteradas ocasiones, no nació el proyecto con un horizonte despejado, y muy pronto aparecieron los problemas económicos".
Hace ya más de 20 años, se habló de una nueva idea de gestión musical para la ciudad, con sensata ambición y objetivos a largo plazo, en la que el propio músico colaboró. "Se trataba de un proyecto que contemplaba el Auditorio, el Festival I. de Música y Danza y la Orquesta Ciudad de Granada, con la mirada puesta en las cumbres del arte musical y la danza, y con la intención de llevarlo a cabo gradualmente, con un criterio de excepcionalidad, siguiendo el ejemplo, si me permite, del Emperador Carlos cuando apostó por Granada como ciudad imperial", explica Román.
Lo urgente, señala, es "solucionar el problema económico de la OCG, y analizar profundamente las causas para que no vuelva a repetirse, teniendo en cuenta el difícil momento por el que pasa la economía. E inmediatamente que se pregunte el Consejo Rector qué orquesta quiere para Granada, con aspiraciones acordes con el nivel intelectual y artístico, y la proyección mundial de la ciudad, con qué medios económicos se podría disponer y para cuándo".
Para Gonzalo Roldán, "la pérdida de la a OCG supondría una merma decisiva del estatus como ciudad cultural, rebajando el peso específico de nuestra provincia en España". "No se puede definir una capital de provincia con aspiraciones culturales si no se mantienen los proyectos valiosos que existen en ella, como es el caso de una orquesta de calidad y con proyección internacional", insiste el crítico musical.
Roldán también hace hincápie en "los músicos profesionales de gran valor artístico y talla internacional que decidieron establecerse permanentemente aquí y apostar por una orquesta al nivel de las grandes orquestas europeas". "Mantener y garantizar la OCG es una cuestión de responsabilidad política y moral para cualquier persona que esté implicada en el gobierno y la programación cultural en Andalucía", recuerda.
Ángeles Mora, Premio Nacional de Poesía, entiende la orquesta como "una parte importante de nuestro orgullo y dignidad". La poeta cree que "los granadinos no nos perdonarían el hecho de perder la oportunidad de seguir disfrutando de una orquesta tan extraordinaria que les abre las puertas a la riqueza y belleza de ese lenguaje universal que es la música".
El escritor y periodista Andrés Cárdenas sabe que mantener una orquesta es costoso, pero le parece "imprescindible destinar una parte del presupuesto a la cultura y a tener una orquesta". "Si se desapareciera la OCG esta provincia perdería parte de su esencia cultural y así poco podemos aspirar a ser capital cultural europea", denuncia. Igual opina el escritor y catedrático de Literatura Álvaro Salvador: "Si la OCG desapareciera perderían una de sus señas de identidad,porque Granada es y ha sido siempre fundamentalmente musical y poética. Y, por supuesto, perdería cualquier opción posible a ser capital cultural de Europa".
Si la OCG desaparece, "dejaríamos de estar en la primera división de la música sinfónica", opina el pintor Joaquín Peña-Toro. Para Daniel Doña, "la orquesta es una realidad social y un mediador de la salud cultural de la ciudad, además de un instrumento educativo imprescindible". El bailarín insiste e poner el foco en las instituciones y sus políticas culturales: "Deben generar confianza y compromiso. En sus manos está que el dinero público haga su labor para con la ciudadanía".
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