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Orce: homínidos, 'spas' y cementerios de mamuts

El proyecto de Orce ha conseguido salvar importantes obstáculos históricos, resolver polémicas estériles y ganarse una credibilidad y solvencia científica

18 de julio 2016 - 05:00

Adentrarse en las ciencias del pasado es siempre un ejercicio detectivesco, pero si se hace en el mundo de la paleontología de vertebrados, y en este caso, en el de los grandes mamíferos cuaternarios, esta actividad se parece mucho a la de los forenses, pero con una gran ventaja, los fósiles no huelen, no apestan como los cadáveres, no molestan, son agradables al tacto, y eso permite poder tratarlos como objetos que se pueden estudiar y reestudiar durante largo tiempo, mejorando el discurso científico de año en año, de campaña en campaña, incrementando así su valor patrimonial. Es por ello que, el discurso paleontológico de Orce ha ido evolucionando tanto, de manera imparable, durante las últimas cuatro décadas, desde que en el verano de 1976 un equipo del Instituto de Paleontología de Sabadell, liderado por el doctor Josep Gibert descubriera para la Ciencia el extraordinario yacimiento de Venta Micena en la finca de Tomás Serrano Benedicto.

El inmovilismo en ciencia es sinónimo de ocaso. El discurso debe evolucionar a través del trabajo empírico, de los nuevos datos obtenidos, y de las ideas que permiten interpretar esos nuevos datos. Durante cuarenta años son muchos los estudiosos que han participado en las investigaciones de los extraordinarios yacimientos paleontológicos y arqueológicos de la cuenca de Baza, y todos ellos, de una manera u otra, han contribuido a la mejora de ese discurso, aportando conocimientos y nuevas interpretaciones sobre la geología, la paleontología, la arqueología, las técnicas de restauración de los fósiles, la museología... Es por ello, que hoy, en el año 2016, Orce cuenta con uno de los discursos científicos más sólidos para la interpretación de los ecosistemas del Pleistoceno de todo el continente europeo y es nuestra intención hacer llegar estos conocimientos a toda la sociedad, que es finalmente quien financia y apoya estas investigaciones.

En cuarenta años, el proyecto de Orce y de toda la cuenca de Guadix-Baza ha conseguido salvar importantes obstáculos históricos, resolver polémicas estériles y ganarse una credibilidad y solvencia científica, que permiten afrontar el futuro con ilusiones y, sobretodo, con grandes posibilidades de convertir esta cuenca granadina en la principal referencia patrimonial a nivel paleontológico y arqueológico de todo el Plio-Pleistoceno (últimos 5,5 millones de años) del continente europeo, sólo comparable con las grades cuencas del Rift esteafricano (Olduvai, Laetoli, Koobi Fora o Hadar).

Como grandes logros científicos de los últimos años hay que destacar:

-Publicación del resto humano más antiguo de Europa datado en 1,4 millones de años, el diente de leche BL02-J54-100, procedente de Barranco León en Orce, que ha dado credibilidad al futuro hallazgo de nuevos fósiles humanos en estos espectaculares yacimientos.

-Describir el escenario ecológico del Pleistoceno inferior, especialmente en base al extraordinario yacimiento de Venta Micena, donde existe el mejor registro paleontológico de todo el continente.

-Hallazgo y caracterización de las mejores asociaciones de industria lítica (los cuchillos de la Prehistoria que usaban nuestros antepasados) de todo el Pleistoceno inferior de Europa en los yacimientos de Fuente Nueva 3 y Barranco León.

-Hallazgo de un verdadero cementerio de mamuts en el yacimiento de Fuente Nueva 3 en Orce, donde homínidos y hienas competían por el aprovechamiento de la carne de estos megaherbívoros.

-Descubrimiento de que los principales yacimientos de Orce y de toda la cuenca están relacionados con la presencia de aguas termales, verdaderos "spas" del Plio-Pleistoceno.

-Inicio de nuevas excavaciones en otras localidades de la Cuenca, como la de Baza 1, datada en 4,2-4,5 millones de años, y riquísima en la presencia de mastodontes, que revaloriza el patrimonio paleobiológico de toda la depresión para que sea tratada como un único yacimiento, con otros muchos afloramientos que deben ser excavados en el futuro.

La gestión de este patrimonio a todos los niveles (científico, patrimonial, político, económico y social) debe virar hacia el territorio. Nadie va a mirar por este patrimonio como su gente, pues nadie que venga de fuera va a adquirir un compromiso personal con este proyecto como la gente de aquí. Desde el equipo de investigación hemos ido formando durante las últimas décadas jóvenes estudiantes andaluces que ya empiezan a tener una trayectoria profesional sólida y con grandes capacidades para asumir los nuevos retos que este proyecto tiene que afrontar en un futuro próximo. Pero para ello es necesario que toda la sociedad se implique, tanto las administraciones locales, comarcales, provinciales, autonómicas y demás, como las instituciones educativas, los medios de comunicación y la sociedad civil en general. Éste es un proyecto muy importante para todos, no sólo para la Ciencia (que lo es y mucho), sino para el patrimonio andaluz y español. Por ello es necesario crear instituciones científicas y patrimoniales, que permitan gestionar e investigar este legado desde aquí, con las colaboraciones nacionales e internacionales que sean necesarias, pero que ayuden a fijar a los jóvenes científicos y otros profesionales, para que no tengan que marcharse fuera.

Las universidades andaluzas, especialmente la de Granada por su proximidad, o la de Málaga por su implicación directa en las investigaciones paleontológicas que tan buenos resultados ha generado desde hace ya un cuarto de siglo, así como la Pablo Olavide de Sevilla, y todas las demás, pueden y deben jugar un papel muy importante en estas investigaciones. Pero si queremos que este proyecto general de la cuenca de Guadix-Baza-Orce tenga un desarrollo acorde con sus necesidades, es necesario crear instituciones específicas, en el propio territorio, que afronten la problemática de manera directa, como sucede en los grandes yacimientos del mundo (p.e. Instituto del Turkana en Kenia, Museo de Sangirán en Java, Museo Nacional de Les Eyzies de Tayac en el Perigord francés, o el CENIEH en Atapuerca). No vamos a decir que la cuenca de Baza-Orce es más importante que estos yacimientos, pero si podemos rubricar con conocimiento de causa, que es por lo menos tan relevante como estas localidades paleoantropológicas mencionadas.

La cuenca de Guadix-Baza-Orce no es un yacimiento cualquiera, es el principal yacimiento de Andalucía y uno de los más importantes del mundo. De todos nosotros depende situarlo en el lugar que merece. El futuro pasa por que entre todos consigamos que estos yacimientos que la tierra nos ha legado sean declarados a medio plazo Patrimonio de la Humanidad.

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