Al Pacino estrena dos películas en una mañana

El actor estadounidense protagonizó el día en la Mostra con 'The Humbling' y 'Manglehorn'

Al Pacino posa ante los medios con un look a lo Keith Richards.
Al Pacino posa ante los medios con un look a lo Keith Richards.
M. Luz Climent (Efe) Venecia

31 de agosto 2014 - 05:00

Estrena dos películas, tiene 74 años y el "apetito" necesario para seguir haciendo cine. "Mi avión todavía no ha aterrizado", aseguró ayer en el Festival de Venecia el protagonista de la jornada: Al Pacino.

Cuando te haces mayor necesitas sentir "deseo", tener "apetito" para seguir trabajando, dijo el actor, cuyo deseo de llevar a la gran pantalla The Humbling, la novela de Philip Roth, le llevó a contactar con Barry Levinson (Rain Man) para dirigir la película.

The Humbling, que en Venecia se muestra fuera de concurso y que adapta libremente el guionista de El graduado Buck Henry, ha sido la más aplaudida de las dos películas de Al Pacino presentadas ayer.

Se centra en un actor mayor que pierde la capacidad de actuar. Sin familia ni amigos, su vida no va más allá de los escenarios y cae en una depresión de la que sale aferrándose a la hija de unos amigos, una joven lesbiana (Greta Gerwig) que estaba enamorada de él de pequeña. El hecho de mostrar a un actor que envejece y su trágico declive fue algo que a Al Pacino le pareció interesante, sobre todo si se hace con humor como se consigue en esta cinta, que él mismo definió como tragicomedia.

Al echar la vista atrás, Pacino asegura que no lamenta nada, pues considera que su vida ha sido afortunada, sobre todo porque ha podido encontrar una profesión que realmente le gusta. Considerado uno de los mejores de su generación y con títulos de peso a sus espaldas como El Padrino, Scarface o Esencia de mujer (por la que ganó el Oscar), Al Pacino habló de su satisfacción por poder hacer películas con las que se siente conectado.

Por ello no reniega de sus trabajos más comerciales. Lo importante es la conexión con el personaje, aseguró el actor, quien a pesar de su fama y el prestigio del equipo ha tenido que hacer lo que él denomina "cine de guerrilla" para sacar esta película adelante con el poco presupuesto que había.

La cinta, dijo, se rodó en 20 días en la casa del propio Levinson, aprovechando cuando ambos tenían libre para no interferir en otros trabajos. Al Pacino también salió a la palestra de Venecia para defender Manglehorn, de David Gordon Green, que compite por el León de Oro.

En esta ocasión encarna a un cerrajero encerrado en su propio pasado, en un amor de juventud al que sigue escribiendo a pesar de que le devuelvan todas sus cartas. Solitario y amargado deja que la vida se le escape. Green, que el año pasado convenció con Joe, no ha conseguido el mismo aplauso por esta historia, en la que sí brilla Holly Hunter (The piano), que da vida a una tímida empleada de banca con todas las ganas de vivir que a Al Pacino le faltan. Tan sólo tiene un par de escenas en la película, pero justificarían cualquier premio de interpretación.

Películas como las de Levinson o Green son las que a Al Pacino le gustaría seguir haciendo. ¿Y Hollywood?, le preguntaron. "Nunca sé lo que ha sido", señaló el actor neoyorquino. "Hollywood ha cambiado. No por ideología, sino porque la economía ha cambiado", aseguró el actor. "No es mejor ni peor, es así", concluyó.

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