Paco Pomet, ese jocoso universo a contracorriente
Artistas de Granada
El artista granadino ha creado un universo lleno de esplendores donde la técnica, la imaginación, la ironía, la lucidez yuxtaponen sus esquemas para generar una gran obra figurativa

Es un poco cansino, por conocido, comenzar un escrito sobre el arte que se hace en Granada mediante la fórmula de" miembro de una generación de muy ilustres artistas..."; también es repetitivo aquello de " en posesión de un personalísimo lenguaje..." como solemos hacer los que nos dedicamos a escribir sobre arte. Tales comentarios y otros muchos por el estilo son adecuados a la figura de Paco Pomet. Estos y todos los que nos podamos imaginar sobre la magnificencia de los artistas granadinos forman parte del historial de este pintor. Por tanto, no puede ser de otro modo, hay que comenzar diciendo que se trata de uno de los más lúcidos, convincentes y con mayor particularidad de ese grupo de artistas que han dado lustre a la plástica contemporánea de Granada.
No se está diciendo nada nuevo y dicho planteamiento responde totalmente a la verdad. Su realidad artística es aplastante y no ofrece la menor duda. Por eso insistir en ello puede parecer redundante e innecesario. Desde estas páginas ya lo hemos escrito en innumerables ocasiones porque nos hemos hecho eco de las significativas comparecencias de este artista en exposiciones, asistencias a ferias y participaciones en proyectos de profunda trascendencia. Es artista de la galería madrileña My name's Lolita, también una de las grandes de España y en ella muestra habitualmente su trabajo; aunque, asimismo, forma parte de los catálogos de Richard Heller Gallery (Santa Mónica, EEUU), Robischon Gallery (Denver, EEUU) y Gallery Benoni (Copenhague). Hace unos meses fue su última individual en su galería de la calle Almadén, asistiendo con ella a la edición pasada de la feria Drawing Room de Madrid.
Paco Pomet es granadino de 1970 y se licenció en 1993, en las primeras promociones de la Facultad de Bellas Artes, en el que era el antiguo Manicomio de la que se conocía como la Autopista de Badajoz. Fue de los artistas que obtuvo la Beca Manuel Rivera de la Diputación Provincial , lo que le permitió completar estudios en la School of Visual Arts de Nueva York. Su trayectoria se ve avalada por importantes acontecimientos. Estuvo en la Academia de España de Roma, hasta donde llegaron los más importantes artistas españoles. También ha disfrutado de la Beca Fortuny en Venecia o de la del Colegio de España en París. En el año 2010 recibió el Excellent Work Prize, en la Bienal de Beijing. Uno de los hitos importantes de su carrera fue la participación en DISMALAND, Bemusement Park, la exposición organizada por el genial Banksy en Weston-Super-Mare (Reino Unido ), mostrando su obra junto al propio Banksy, Damien Hirst, Jenny Holzer y David Shrigley, entre otros importantes artistas internacionales. Además, entre finales de 2015 y marzo del 2016, presentó su primera exposición individual en un museo norteamericano, The Baker Museum, en la ciudad de Naples, Florida.
Todo este currículum de importantes acontecimientos no es producto de la suerte ni de rachas bonancibles ni de historias espurias; es motivo de la aplastante realidad artística del pintor granadino; un artista que nos ha convencido desde el principio de la carrera; que desde el primer momento ha presentado unas formas distintas y unos modos únicos en los que la realidad, determinantemente bien planteada pictóricamente, perdía sus habituales connotaciones representativas para encontrar nuevas sendas.
Siempre me acordaré de una obra de sus principios en la que se nos ofrecía un campo de fútbol, cubriendo por completo una especie de isla irregular en medio del espacio. Desde entonces, la obra de Paco Pomet ha ido proyectando una realidad distópica, en la que nada está en su sitio, en la que los objetos y los personajes y hasta los paisajes ofrecen un discurso descontextualizado, se decantan de la normal existencia para ofrecer una lectura pararreal, llena de nuevos registros identificativos, donde lo real asume una nueva posición, un novedoso proyecto semántico por el cual la línea argumental cercana pierde su inicial posición expresiva y se adentra por episodios de una especie de surrealismo, de una festiva intencionalidad y de un discurso muy a contracorriente. El artista impone a sus escenas una nueva potestad, dejando que la realidad pierda su primitivo discurso para ofrecer un estamento distinto.
En las obras de Paco Pomet lo posible y lo imposible se encuentran en una misma línea expresiva; lo real y lo ficticio juegan al corro de lo presentido, al escondite de lo que puede ser y es probable y, también, de lo que no será pero que podría ser. Todo con una carga de jocosa ironía, mediatizando, incluso, los colores de la realidad, para que ésta adopte, asimismo, un nuevo sentido.
Sin querer caer en argumentos repetidos, hay que plantear, porque así lo sentimos y porque creo que responde a la realidad, que la obra de Paco Pomet es personal e intransferible. Su discurso abre nuevas perspectivas en una figuración que él hace única, convincente y entusiasta. Es la pintura de un artista total que ha creado un universo lleno de esplendores donde la técnica, la imaginación, la ironía, la lucidez yuxtaponen sus esquemas para generar una obra que, ya, es patrimonio de la mejor pintura figurativa que se hace en España.
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