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"Parece que el afecto es la única manera de lidiar con el dolor de vivir"

MARÍA AUXILIADORA ÁLVAREZ. POETA

La escritora venezolana visita Granada para hablar de su trayectoria y presentar el poemario 'Piedra en :U'.

María Auxiliadora Álvarez, ayer en La Madraza.
G. Cappa Granada

14 de enero 2016 - 05:00

La poeta venezolana María Auxiliadora Álvarez ha dado clases en Miami University (Ohio), University of Illinois y UNAM (México). También ha hecho crítica literaria y ha expuesto en diferentes ocasiones su trabajo plástico. Una de las voces más poderosas de las letras hispanoamericanas, protagonizó ayer un encuentro en el Palacio de la Madraza para hablar de su trayectoria y de su último libro, Piedra en :U (Candaya), disponible en librerías como Babel y que cuenta con el prólogo del poeta y profesor granadino Juan Carlos Abril. Álvarez visita Granada casi como avanzadilla del gran poeta venezolano, Rafael Cadenas, que el próximo mes de mayo recibe el Premio Lorca de Poesía.

-'Piedra en :U', su poemario aún inédito, tiene un título desconcertante. ¿A qué se refiere exactamente?

-La segunda parte del título simboliza la lengua, la forma de la lengua representando al lenguaje como constitución del ser, según Lacan, una teoría que voy comprobando a través de la experiencia de vivir por mucho tiempo en una lengua extranjera. La primera parte del título representa la inmovilidad de la lengua, un oxímoron semejante al del Mar Muerto.

-Ahora están de moda los deportes de riesgo. ¿Qué es para usted la poesía al límite?

-Bordear los abismos de la constitución del ser través de los abismos de la constitución del lenguaje.

-¿Qué significa para una poeta latinoamericana una gira promocional por España? Además de abrirse a un público mayor, ¿hay también motivos sentimentales?

-Principalmente hay motivos sentimentales. El poeta que abrió el misterio de comunicar los sentimientos en palabras durante mi primera infancia fue Juan Ramón Jiménez con Platero y yo. Más tarde, en la 'mesa de noche' de la adolescencia, llegaron otras voces a intensificar esta forma de sentir en palabras como un canal de resistencia frente al dolor o de entrega frente al amor. García Lorca y Miguel Hernández fueron las principales lágrimas y alegrías de esos años (y los otros por venir), frente a la responsabilidad del arte, interior como vivencia y exterior como objeto artístico.

-Trabaja como profesora de Literatura en Miami University. Existe el tópico de que el norteamericano sólo se interesa en su propia historia, que la mayoría no sabría ni colocar a Europa en un mapa mundi. ¿Son prejuicios o, según su experiencia personal, tiene algo de verdad?

- No lo veo como opciones individuales, creo que son consecuencias culturales de las sociedades demasiado autónomas.

-"La rosa tiene vértigo de la quietud: el lento trabajo de morir". Es un verso de 1996 que ilustra cómo sus poemas se convierten en una herida abierta. ¿Qué remedio tiene para curarla?

-Como decía Jung, parece que el afecto es la única manera de lidiar con el dolor de vivir.

-¿Qué relación mantiene con Venezuela en la actualidad?

-Desde que mi familia más directa no vive en Venezuela desde hace 20 años, cuando puedo viajar ya no los encuentro allí. Sin embargo, tengo grandes amigos en Venezuela a quienes también considero mi familia y cuyos lazos no dependen de la presencia física.

-En España se conoce a la Generación del 50 como la del exilio interior. En su caso, ¿qué significa estar fuera de sus raíces en su vida y en su obra?

-Sin desmerecer el valor afectivo que Venezuela representa para mí, tengo repartidas las raíces de mi vida y de mi obra. Crecí entre Brasil, Colombia y Surinam [por el trabajo diplomático de su padre], luego me casé con un español y regresé a Venezuela y más tarde me fui a Estados Unidos. De esta manera, he conocido muchas formas de arraigo y desarraigo y la topografía física ya no me dice nada. Pero las topografías interiores de las lenguas sí me dicen todo o no me dicen nada. Llevo el portugués como un bien casi natal, pues empecé a escribir poesía en portugués, de la mano de los poetas brasileños (antes de Lorca y de Miguel Hernández), pero empecé a leer poesía en inglés ya de mayor y apenas he escrito algunos poemas en inglés, lo que de todos modos me parece que ya esta lengua se está abriendo un sutil camino de afecto dentro de mí.

-¿Entiende que alguien en España puede creer que el modelo del chavismo es exportable?

-No he vivido en Venezuela desde antes que ingresara el modelo del chavismo en el país y no siento que poseo la mínima autoridad experiencial para hablar de esto, que sería la única autoridad de valor a mi modo de ver. Sin embargo, me quedé en Venezuela por dos meses durante el verano pasado, aunque había ido solo por cinco días inicialmente, porque sentía la urgencia de ver y sentir por mí misma el pulso del acontecer. Salí muy triste de Venezuela. Me pareció que todos los sistemas totalitarios, sean de derecha o sean de izquierda, acaban con la dignidad de todas las personas.

-El Premio Lorca de Poesía 2015 premió a su compatriota Rafael Cadenas. ¿Qué significa esta autor para usted y para la tradición literaria de su país?

-Rafael Cadenas es nuestro poeta mayor. Maestro profundo de muchas generaciones. Pero también es un ser humano excepcional, un lujo del espíritu y de la inteligencia. El Premio Lorca es un honor muy merecido para él, y para todos los que lo queremos y admiramos de manera personal.

-En su caso, ¿qué poetas han influido en su obra?

-Muchos, los poemas Derrota y Fracaso de Rafael, constituyeron y constituyen una definición vital y moral para muchos, entre los que me cuento, Juan Sánchez Peláez fue uno de mis grandes maestros también y Luis Alberto Crespo tuvo la generosidad de atender directamente a muchos jóvenes, entre los que me cuento también. Por otro lado, o por el mismo, Rilke y Celan han sido mis poetas de cabecera, Rene Char, Michaux, DuBuffet y Jacottet también han sido compañía constante de mi vida. Más tarde se agregaron Hugues, Simic, Strand, Carver y Cummings, Bishop y Dickinson, Plath y Sexton crecieron cuando las pude leer en inglés.

-¿Cómo ve la poesía española al otro lado del charco? ¿Qué autores le interesan más y con cuáles encuentra más afinidades?

-Hay tantos autores españoles que me interesan que me resulta difícil enumerarlos, pero he seguido por mucho tiempo la poesía de José Ángel Valente y me apasiona la escritura entrecortada de Clarisse Nicodeiski [que escribía en sefardí]. Me gustan mucho las atmósferas de Olvido García Valdés, y el compromiso interior de los que considero jóvenes maestros como Juan Carlos Abril.

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