El Picasso de trazo más fino
El Museo de CajaGranada acoge una muestra de cien obras del pintor, una selección de piezas inéditas en Andalucía que será uno de los hitos culturales del año
El nombre de Picasso en el título de una exposición es sinónimo de exito porque el nombre de uno de los artistas más geniales del siglo XX es también de los más mediáticos y atrae por igual a críticos, público y prensa. Con ese garante, la última muestra del CajaGranada tiene la gloria garantizada de antemano.
Picasso. Memoria grabada es el título de esta nueva propuesta que podrá verse hasta el 20 de abril y que está compuesta por un centenar de piezas de una colección privada que permiten hacer un completo recorrido por toda la vida del pintor. Picasso estuvo volcado en los grabados y la ilustración, una de sus facetas menos conocidas pero a la que se dedicó apasionadamente desde que a los 18 años hiciera El Picador y hasta el final de su vida cuando, con la serie Los 347, hizo un repaso a toda su vida como artista, trabajando sin descanso y llegando a hacer hasta seis y siete grabados en un día.
Pero no sólo destaca la cantidad porque además de mediático, Pablo Picasso es, sin duda, uno de los más destacados dibujantes de la Historia del Arte y esa cualidad fue la que le llevó a desarrollar intensamente su faceta como grabador.
Aunque este no sea uno de sus aspectos más conocidos, el artista llegó a crear más de dos mil obras. Esto le convierte en uno de los principales representantes de esta técnica, a la altura de maestros como Alberto Durero, Rembrandt o Francisco de Goya, quienes siglos antes ya habían sido seducidos por todas las posibilidades que ofrece el grabado.
El artista malagueño tuvo contacto con esta técnica desde sus más tempranos comienzos. Ya en el año 1899, con tan solo dieciocho años de edad, realiza El zurdo, en donde se muestra a un picador que sostiene la pica con la mano izquierda.
Tan sólo cinco años más tarde, concibe le Repas Frugal (1904), un aguafuerte que marcaría el inicio real de su actividad como grabador.
En el año 1913 se editó Saltimbanquis, una serie que con obras de los periodos azul y rosa que Picasso había realizado entre 1904 y 1906. Esta colección está compuesta por quince estampas de gran valor artístico. Además, poseen un sentido autobiográfico que coincide con la época en la que su pareja era Fernande Olivier, su primer amor y la mujer con quien compartiría su vida desde 1905 hasta 1911 en la capital francesa.
La década de los treinta marca un punto de inflexión, cumple con varios encargos de ilustraciones sobre obras clásicas de la literatura. A petición del marchante Ambroise Vollard ejecuta la ilustración de la obra de Honoré de Balzac, Le chef-d´oeuvre inconnu, que se publicó en 1931, aunque este trabajo lo había concebido unos años antes, en 1926.
Tan solo un año antes de esa publicación, en 1930, Albert Skira le había encargado recrear las ilustraciones para las Metamorfosis de Ovidio. La elección del tema se sabe que fue sugerida por Pierre, el hijo de Henri Matisse. El libro estaba compuesto por treinta grabados y la primera tirada fue de 145 ejemplares aunque, cuatro años más tarde, el propio Skira volvió a editar la serie.
De nuevo el marchante Vollard encargó a Picasso una nueva serie de grabados que el artista realiza entre el año 1930 y el año 1937 compuesta por cien estampas y que está considerada como una de sus obras cumbres: La Suite Vollard.
Durante los años cuarenta y cincuenta, Picasso continúa con su enorme capacidad de trabajo y plasma las magníficas ilustraciones de Buffon (1942) y La Tauromaquia (1959).
Pero si hay una fecha llamativa esa es la de 1968. En ese año el artista concibe 347 grabados en menos de doscientos días. Según indican algunas fuentes, fue capaz de grabar hasta siete láminas de cobre en un sólo día. Es entonces cuando crea la que sería su última ilustración literaria, La Celestina, obra clásica de la literatura española.
Picasso llegó a ser el artista más creativo y más innovador de los últimos tiempos al aunar tradición y vanguardia en una armonía que nunca se había alcanzado. Esta muestra es un ejemplo de su capacidad creativa y va a permitir que el público conozca en mayor profundidad una de las facetas más significativas del artista. Con la intención de hacer un recorrido a través de esa trayectoria, para esta ocasión se han reunido diferentes obras que son un claro testimonio de su excepcional versatilidad.
Por eso en esta muestra también pueden versas posteriores, e incluso planchas de metal. Por ejemplo, la serie completa Les Cavaliers d´Ombre (1954). El libro de Geneviève Laporte estaba compuesto por poemas escritos entre 1951 y 1953 y cada uno está ilustrado por Picasso, aunque aparentemente las obras parecen no tener relación con los poemas. Lo que si se sabe es que Picasso y la poetisa estaban entonces manteniendo un idilio en secreto.
Otra de la series presentada es Femmes et Faunes, una edición que consta de doce litografías editadas el año 1956.
La comisaria destacó ayer las dos series más importantes de las que componen esta muestra. Por un lado, los 13 grabados sobre el Conde de Orgaz, unas piezas especialmente valiosas en el año del centenario del nacimiento del Greco, uno de los inspiradores de Picasso. Otra de las series completas más importante es la que hizo en Niza, entre los años 46 y 47, con los Faunos y la mujer como motivos principales.
El vicepresidente de CajaGranada, Luis González, señaló en el acto de presentación que se trata de "uno de los hitos culturales más importantes de este año, en Granada, lo que va a ser un importante acicate tanto para los propios granadinos como un importante reclamo turístico para los viajeros de fuera, con una excelente muestra de uno de los artistas más conocidos del mundo". Un apuesta segura porque Picasso atrae por igual a los más granadinos, los visitantes, los más versados y los aficionados.
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