José Calvo Poyato: "La Primera República está muy olvidada porque la Segunda le ha quitado protagonismo histórico"
Entrevista a José Calvo Poyato | Catedrático de Historia y escritor
El año de la república es el nuevo trabajo del historiador y novelista, que presenta en Granada este jueves
La obra se desenvuelve en un momento muy concreto del Siglo de Plata español, recreando un mundo imaginario en el que se conjugan experiencias multidimensionales derivadas de la historia
Granada/José Calvo Poyato no necesita presentación, pero prevengo que es un afamado escritor. O mejor, catedrático de Historia y escritor de la historia y para la Historia. Celebridad de buen trato, es exponente de buena educación y cortesía; ambas capitanean su personalidad cautivadora.
Dedicado plenamente a la creación desde que se convirtió en jubiloso militante de la madurez, es incansable generador de libros de historia y novelas históricas, ensayo y hasta artículos periodísticos.
Y por definirlo con singularidad culterana, Calvo Poyato es un híbrido entre el intelectual decimonónico y el Hombre de Vitrubio que franquea el metaverso. Quizá por ello su última novela, El año de la república (HarperCollins), que presenta este jueves en Granada (Fundación Euroárabe, 19:00 horas), se desenvuelve en un momento muy concreto del Siglo de Plata español, recreando un mundo imaginario en el que se conjugan experiencias multidimensionales derivadas de la historia.
Catedrático de Historia y novelista de la historia. ¿Es compatible esa bicefalia? ¿Cómo se conjuga ese binomio?
Distingo muy bien cuando escribo un ensayo de historia y cuando escribo una novela que, al ser histórica, puede permitir conocer aspectos del pasado. Es decir, sostengo que se puede aprender historia leyendo novela histórica, aunque el lector no debe perder de vista que lo que tiene en sus manos es una obra donde la creatividad literaria, la ficción tiene su parte. Por lo tanto, entiendo que esa bicefalia es perfectamente compatible.
El año de la república, la primera: ¿por qué esa república y por qué ese año?
La Primera República está muy olvidada. Digamos que la Segunda le ha quitado protagonismo histórico. Es posible que el hecho de que fuera un verdadero fiasco haya influido en que despierte poco interés. Pero no se debe perder de vista la categoría de muchas de las personalidades que fueron primeras figuras en ese momento. Me estoy refiriendo a Pi y Margall, a Castelar, a Salmerón… Lo de El año de la República es por el tiempo que va desde que se produce la abdicación de Amadeo de Saboya, febrero de 1873, hasta los primeros días de enero de 1874 en que tropas a las ordenes del general Pavía entraron en el Congreso de los Diputados y disolvieron las Cortes.
En España debería conocerse mejor nuestra historia. ¿Qué laguna ha querido usted salvar con su nueva obra, El año de la república, si es que ha querido llenar alguna?
Con una novela sería pretencioso querer rellenar una laguna de nuestra historia, pero sí he buscado acercar a los lectores a un momento de nuestro pasado lleno de atractivos políticos y de indudable interés para conocer algunas cosas que ocurrieron después. Acercar a los lectores a personalidades muy atractivas: Castelar y Salmerón eran grandes oradores. Merece la pena conocer qué concepto tenían de España o cuales eran los principios que los inspiraban. También conocer que fue el movimiento cantonal, cómo se gestó, cuales eran sus planteamientos y… como terminó.
¿Quién es Fernando Besora?
Un periodista muy de la época. En Sangre en la calle del Turco es un plumilla —un becario diríamos hoy—, que quiere hacerse un sitio en el mundo literario de su época. En El año de la República es el director de La Iberia. En su personalidad hay rasgos de gente que conozco. Trata de ser ecuánime en sus apreciaciones y ponderado en sus valoraciones. Es quien lleva al lector, página a página, por el apasionante mundo de aquellos años.
¿Es esta su nueva obra una continuación de su novela Sangre en la calle del Turco?
Están relacionadas paro son novelas que pueden leerse independientemente. Tienen como narrador a un mismo protagonista. La separación temporal entre lo que se cuenta en una y otra —en la primera todo lo que rodeó el asesinato del general Prim y en la segunda las vicisitudes, verdaderamente curiosas en algunos casos, que se vivieron durante la Primera República— es pequeña. Es la España de los cafés donde se celebran tertulias, la España donde se amplía el ferrocarril, pero mucha gente viaja todavía en diligencia. Es la España de los duelos que, aunque prohibidos, se celebraban por diversas causas. Las mayores diferencias entre una y otra es el marco político en que se desarrollan los acontecimientos.
Prim, Serrano, Ruiz Zorrilla, Sagasta, Salmerón, Figueras, Pi Margall, Castelar, Salvoechea, Nocedal, Amadeo I, Cánovas... la nómina que constituye el elenco de personajes de su obra es larga, ¿quién sobra y quién falta en El año de la república?
Creo que no sobra ninguno. Esos personajes son los que, en buena medida, marcaron la historia de aquel tiempo, desde posiciones y perspectivas políticas diferentes. Unos son defensores de la monarquía, borbónica como Cánovas del Castillo, cuyo proyecto es la restauración de la dinastía borbónica, o carlista como Nocedal. Otros son republicanos y entre ellos el concepto de república es muy diferente. Las diferencias son profundas. Eso es algo que, en mi opinión, enriquece mucho la novela porque nos presenta un panorama político de contrastes. No creo que sobre ninguno porque sin alguno de ellos la política de aquel 1873 sería difícil de comprender.
¿Cuánto hay de Calvo Poyato y cuánto de Galdós en El año de la república? Lo digo por la afirmación de Santiago Posteguillo sobre usted.
Santiago Posteguillo ha sido muy generoso, al calificarme como el Galdós del siglo XXI. Son las palabras de un amigo y no negaré que me satisfacen. Galdós es el gran novelista de nuestro siglo XIX y en sus Episodios Nacionales nos dejó un friso de lo que fue la España del siglo XIX, al menos hasta la llegada de Cánovas del Castillo al poder y la Restauración. Galdós es uno de los personajes que aparecen en El año de la República. Lo he situado en la tertulia de El Suizo, uno de los cafés de más emblemáticos de aquel Madrid —no pierda de vista que, en 1873 publicó nada menos que los cuatro primeros Episodios Nacionales—, junto a don Juan Valera, a Zorrilla, a Casado del Alisal o a grandes dibujantes como Pellicer u Ortego. El año de la República es obra de José Calvo y tiene reminiscencias galdosianas a la hora de presentar los ambientes y las costumbres de entonces.
Calderón, Gonzalo Fernández de Córdoba, Mariana de Pineda, Elcano, Prim... ¿Cuál es su próximo protagonista novelístico?
En la primera mitad del siglo XVI nos encontramos con muchos contrastes. Antes de que lleguen los años en que se forja el imperio fue necesario superar momentos de graves dificultades. Eso sólo fue posible con grandes personajes y mucho temple. Me atraen esos momentos que son la antesala de la culminación de grandes proyectos y muchos afanes. Hasta ahí llego. No puedo decir más.
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