"Nos gusta pringarnos en lo que hacemos y pasamos muy buenos raticos"

Llevan a Boabdil a cualquier sitio al que van. Muchos ni siquiera terminan de pillar su nombre porque es "muy de Granada". La formación musical Rey Chico cuenta ya con dos EP de estudio, que han conseguido sacar adelante con mucho esfuerzo. "Tiene sus pros y sus contras, pero a veces nos convencemos de que está bien, porque cuando las cosas salen bien, mola el doble, ¿no?", comentaba Pablo González durante la entrevista. Han logrado tocar en festivales de peso en la ciudad, como es el caso del Granada Sound o En Órbita.

El grupo, formado por Alejandro, Jesús, LuisCo, Pablo Fajardo y Pablo González –quien atiende a la entrevista–, ha logrado ganar varios premios y producir su videoclip por sus propios medios y con mucha ayuda. El Baile (horizontal) es uno de los que cuenta con reconocimiento, premiado en Málaga. Aún no tienen un largo recorrido, pero pueden decir con orgullo que han sonado en directo en muchos bares de la ciudad.

Como toda bonita historia, la de estos cinco músicos comenzó en un bar. Entre cervezas y música, en un ya chapado Pub Peatón sonaron las primeras campanas de lo que ahora es Rey Chico. Con un sonido pop-rock y un atuendo rock suave se presentan en sus redes y en YouTube. Sus canciones se encuentran recogidas en plataformas digitales como Spotify, donde ya se pueden escuchar de forma progresiva.

–Bueno, tengo entendido que su nombre proviene de como llamaban los cristianos a Boabdil, ¿es así?

–Sí, lo sacamos de ahí. Nos gustaba la idea de identificarnos con Granada de forma directa. Además, el concepto histórico del sufridor perseguido nos encajó bastante bien [risas].

–¿Qué les supone llevar un nombre tan de Granada?

–Con el tiempo hemos ido descubriendo que es tan granadino que solo se entiende por aquí –y no siempre–. Bueno, eso, y algo relacionado con una antigua sala con un modelo de negocio algo turbio… que en la actualidad es el Centro Municipal de Arte Joven. Para nosotros al final es más una cuestión de identificación personal, por tener la suerte de pertenecer a una ciudad como Granada y, con nuestra humilde y casi inexistente aportación, de alguna manera formar parte de su escena musical.

–Tengo entendido que el grupo se forjó en el Pub Peatón, porque uno de sus componentes se encargaba de él. Hable de aquella época.

–La verdad es que no fue hace tanto y ya lo recordamos como cuando éramos jóvenes y trasnochábamos. Jesús estaba detrás de la barra y el resto, que ya nos conocíamos –incluso de otros proyectos musicales– al otro lado. Estábamos allí metidos prácticamente cada fin de semana; lo que viene a ser una segunda casa. Y en esa relación cliente-gerente y conversaciones de barra nació este proyecto. Una pena que cerrase.

–Han sacado ya tres álbumes: Sin piel, Parar el mundo y Las veces que mentimos. ¿Hay algún sello detrás?

–No son álbumes como tal, si no Ep, de menor duración. Han sido tres trabajos de producción propia. Los dos primeros los grabamos con JASS en Producciones Peligrosas y el tercero y último pudimos llevarlo a cabo gracias a que ganamos el Zafarraya Sound. No contamos con sello, ni promo. Todo lo que hay lo hacemos nosotros mismos. Tiene sus pros y sus contras, pero a veces nos convencemos de que está bien, porque cuando las cosas salen bien, mola el doble… ¿no? Ya sabes, por la idea de sufridor perseguido [risas].

–¿Están preparando nuevo álbum?

–Actualmente estamos trabajando en canciones nuevas. Durante los días de confinamiento decidimos dedicarnos a componer y ahora que podemos trabajar en el local, lo estamos desarrollando. No sabemos cómo ni cuándo, pero la idea es plantear, ahora sí, un álbum.

–Han ganado algunos premios. La canción El Baile (horizontal) es una de las que cuenta con uno, ¿cómo fue?

–En uno de los muchos concursos a los que nos presentamos hace unos años. Fue en Alhaurín el Grande (Málaga), nos seleccionaron para la final y tuvieron a bien premiar esta canción. Agradecidos, por supuesto.

–¿Podría contar su mejor experiencia en escenarios de la ciudad de Granada?

–Tampoco es que tengamos un bagaje como para hacer retrospectiva [entre risas], pero sí que hemos disfrutado muchísimo, por ejemplo, en el Planta, que muchos dicen que es como tocar en casa, y es la verdad. También recordamos con mucho cariño noches adrenalínicas tocando en una Plaza del Carmen realmente llena, y en festivales como PulPop, Granada Sound o En Órbita. En este último íbamos a repetir en mayo, pero ya sabes… Esperamos poder hacerlo en la próxima edición.

–Tienen un videoclip elaborado por ustedes mismos, ¿cómo surgen las ideas?

–Sí, pues un poco igual que la música, con muchas ganas y pocos medios. Lo cierto es que también nos gusta pringarnos en lo que hacemos y pasamos muy buenos raticos. En esta ocasión, aprovechando que Pablo G. tiene experiencia en audiovisuales, y contando con la ayuda de una amiga, Laura G. de la Puente, que entiende bastante más del mundillo –es una crak–, lo organizamos todo. Desarrollamos la idea, buscamos la localización y alquilamos el material que buenamente nos pudimos permitir (pedimos muchos favores y tocamos a muchas puertas, todo sea dicho). También tuvimos la suerte de contar con la colaboración de la Escuela Superior de Imagen D&D para el maquillaje, que lo hicieron brutal y la total disposición del pueblo de Peñuelas, que es donde se rodó.

–¿Próximas fechas?

–De momento continuamos montando canciones en el taller, pero no descartamos nada…