"Siempre toco con la sensación de que Keith Richards me está escuchando"
Ariel Rot y Alejo Stivel regresan al frente de Tequila después de 25 años de su último concierto para demostrar que siguen siendo "la mejor banda de rock'n'roll de España"
Tomándose esto del regreso a los escenarios como un "ejercicio rejuvenecedor", Ariel Rot, Alejo Stivel y Felipe Lipe vuelven a brindar con Tequila por la salud del rock'n'roll. Dos nuevas incorporaciones, Mac Hernández y Daniel Griffin, sustituyen a los desaparecidos Julián Infante y Manolo Iglesias. Lo demás, la energía, las ganas y las buenas canciones, se mantienen tal y como las dejaron hace 25 años, justo cuando ofrecieron su último concierto. Esta noche, Quiero besarte, Salta o Dime que me quieres volverán a sonar en directo para darle rock'n'roll (esta vez) a la explanada Sima de Albolote.
-¿Cómo se están encontrando en esta vuelta a los escenarios?
-Genial. Estamos recuperando esa esencia que, por suerte, sigue viva y que viene de juntarte con tus amigos de la adolescencia, volver a tocar el viejo repertorio y ver que se siguen cumpliendo todos los requisitos imprescindibles que se deben dar en un concierto de rock: energía, diversión, trance, éxtasis...
-¿Por qué rescatan Tequila justo ahora? ¿Un impulso o la consecuencia de una decisión muy meditada?
-No era algo que nos rondara demasiado por la cabeza. Yo, en lo personal, siempre seguí viajando, tocando, grabando discos... Lo de Tequila era una posibilidad que estaba ahí y todos queríamos vivir esta aventura, ver qué pasaba y qué sentíamos. También ha servido para desenterrar esos temas que siempre siguieron presentes y vivos en cierto modo y volver a tocarlos arriba de un escenario. Queríamos comprobar que después de 25 años todavía estamos en forma y podemos tocar.
-¿Pero tan en forma hay que estar para tocar bien rock'n'roll?
-Éste es un repertorio mucho más dinámico y enérgico que el mío, va más por el lado físico que por el emocional. Está siendo divertido, se convierte en un ejercicio juvenil, en algo casi rejuvenecedor.
-Al revisar ese repertorio, ¿han tenido que desechar alguna canción que ahora, 30 años después, no tuviese demasiada cabida?
-Eso me pasa en mis conciertos en solitario, pero con Tequila se trataba de hacer justo eso. Servimos casi de vehículos transmisores. Tenemos canciones que compusimos con 17 ó 18 años y hoy en día creo que no escribiríamos, pero en el rock'n'roll las letras son simplemente un vehículo. Si las canciones son buenas, aunque sean letras muy juveniles, en ningún momento te abochornas a la hora de cantarlas. Estamos reviviendo esa frescura de recuperar canciones tan redondas que no te paras realmente a pensar en el significado de lo que dices, porque sólo son el medio para practicar el rock'n'roll.
-¿Con qué momentos se quedan al echar la vista atrás y recordar la vida de Tequila?
-Hay tantas cosas... aunque me quedo con los viajes, con estar tocando por toda España, con esa camaradería y esas largas temporadas fuera de casa subidos a la furgoneta de pueblo en pueblo. Fue algo realmente maravilloso, una especie de regalo que nos dio la vida.
-Además de las dos grandes ausencias insustituibles de Julián Infante y Manolo Iglesias, ¿echan algo de menos en esta segunda parte de Tequila?
-Creo que la vuelta de Tequila es algo importante y siento que los medios se lo tomaron así. A veces lo que me preocupa un poco es la indiferencia ante un suceso creo que histórico .
-¿Cree que su vuelta se está tomando con indiferencia?
-Bueno, lo vamos a ir comprobando... No hablo de indiferencia por parte de los medios, pero creo que es algo que tiene que trascender aún muchísimo más.
-¿Cómo se han hecho al grupo las nuevas incorporaciones?
-Cada uno aportó lo mejor de la casa. Yo me traje a Mac Hernández, que es el bajista con el que llevo tocando las últimas giras y a Daniel Griffin, el batería con el que también he grabado estos años. No son músicos mercenarios, no los vas a ver mañana tocando con Bustamante, son gente que se han dedicado sólo y exclusivamente al rock y que entienden el lenguaje del rock, pero que al mismo tiempo tienen muchísima solidez y muchos años de experiencia. Necesitábamos gente que manejase este lenguaje no entre otros. A veces ciertos tipos de músicos se toman el rock como un subgénero, como algo muy fácil de tocar, pero están tremendamente equivocados. Salir por las noches a un garito y escuchar a The Rolling Stones no quiere decir que puedas tocar rock; realmente es una escuela, un lenguaje, y hay que tenerle mucho respeto. Si no, chirría.
-Ahora que Alejo Stivel es un peso pesado en la producción musical de este país, ¿le hacen todos un poco más de caso a lo que dice?
-A Alejo siempre le hicimos mucho caso. Creo que las mejores producciones que ha hecho Alejo son los discos de Tequila, pero lo realmente increíble de él es que después de 25 años de haber estado fuera de los escenarios se haya puesto de repente a cantar y parezca que el tiempo no haya pasado, eso es algo que realmente me sorprende.
-En una gira con paradas como el Palau Sant Jordi de Barcelona o el Palacio de los Deportes de Madrid, ¿la de Albolote es la cita del rock'n'roll en la plaza del pueblo?
-Nuestra idea es poder tocar en la mayoría de los sitios posibles. Para que la banda suene es importante estar muy en activo y cubrir todas las zonas de España. Todos los que quieran recordar, o incluso los que no nos recuerden pero quieran ver un gran concierto de rock'n'roll, que no lo duden y vayan a cualquier plaza.
-¿Y qué pasaría si dos argentinos y tres españoles se reunieran ahora bajo el nombre de Tequila?
-Hoy los tiempos son más complicados porque hay una cantidad de información y de canales que despistan mucho. Para que las cosas trasciendan tendría que darse una especie de bombardeo mediático masivo, que hoy en día es muy difícil. Ahora, un grupo como Tequila, con esa actitud, con ese repertorio y esa puesta en escena debería arrasar. Sería lo que fue: el mejor grupo de rock'n'roll de toda España.
-¿Pensarían igual Mick Jagger y Keith Richards si viesen uno de sus conciertos?
-Eso espero. Yo siempre toco con la sensación de que Keith Richards me está escuchando; por lo menos los días que toco bien.
-¿Hasta dónde se plantean la vida de este regreso?
-Es una experiencia como un paréntesis, tiene un marco muy concreto. Tequila es eso, y no se puede salir de ese marco. Me da la sensación de que no va a haber temas nuevos, de que se estirará lo que dé de sí esta gira.
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