Teresa Gómez: "Yo estoy convencida absolutamente del poder transformador de la poesía"
Teresa Gómez, escritora
La poeta presenta la edición íntegra del poemario Plaza de abastos, un libro escrito en los 80 bajo la influencia de La otra sentimentalidad
Granada/Cuatro décadas después del aniversario del manifiesto fundacional de La otra sentimentalidad, Teresa Gómez (Puebla de Don Fadrique, Granada, 1960) publica con Vandalia una antología de poemas de juventud bajo el título Plaza de abastos. El libro se presentará este martes 25 de octubre en la Biblioteca de Andalucía de Granada. Al cuerpo que conforman los poemas le precede un prólogo póstumo, del catedrático Juan Carlos Rodríguez, escrito junto a Ángeles Mora. El poemario afronta el pasado para interrogarlo y reconstruirlo, no solo en su contenido, sino también en cuanto a las circunstancias de su publicación ya que se suponía que el libro iba a publicarse en torno a 1986, cuando la autora ganó el premio de Poesía Joven convocado por la Diputación de Granada: "No he sentido nunca con respecto a ellos el déficit de su publicación". Sin embargo, aunque en la actualidad el mensaje de los poemas perviva sin perder calidad, la autora percibe el paso del tiempo en sí misma. Mientras que en su juventud, en el contexto de transición, hizo que pensara que era muy posible hacer un mundo mejor, ahora lo cree más difícil. Por ello, los poemas que conforman Plaza de abastos irradian un vitalismo que es más reticente en su poesía más actual, aunque su obra no pierda el optimismo.
La otra sentimentalidad
La otra sentimentalidad fue un proyecto derivado del magisterio de Juan Carlos Rodríguez y de una base teórica marxista. "Los poetas estaban convencidos de que a través de su propuesta poética podrían hacer, primero una poesía nueva, interesante, reivindicativa y crítica, y por otra parte, construir un mundo mejor", define así Teresa Gómez al movimiento. El cambio del tratamiento del lenguaje fue innovador para la España de Transición. "Hubo un empeño por construir un lenguaje que deconstruyese el lenguaje anterior, que dotara de sentimientos nuevos palabras viejas, a unas palabras heredadas que no nos gustaban a las nuevas generaciones", comenta.
La poesía se establece en estos años como un espacio seguro en un mundo que se mantiene en constante movimiento y confusión, que permite pararse y observar de manera crítica su alrededor. La autora no reconoce una clara diferenciación en sus poemas más recientes con respecto a su obra pasada -la recientemente publicada Plaza de abastos-, dado que la esencia de la poesía sigue siendo la misma. "Para mi la poesía es mi forma de mirar el mundo, de sentirme en él, de reflexionar sobre él o de ser crítica", por lo cual, tanto los poemas de juventud como las publicaciones más actuales responden a esta misma finalidad.
Teresa Gómez nunca ha dudado del poder transformador de la poesía, un rasgo compartido por la mayoría de los poetas de La otra sentimentalidad, cuyo objetivo era "construir un nuevo lenguaje con el que sí pudiéramos identificarnos, y desarrollar una poética con ese nuevo mensaje, incluso una sociedad nueva". Así, Juan Carlos Rodríguez igualó la poesía con la verdad en su Canto a Teresa, dedicado a la autora, quien cita a Ángeles Mora al reflexionar sobre la ficcionalización de la verdad en el proceso de escritura: "si las verdades dijesen la verdad mentirían". De esta manera, exponiendo las subjetividades a las que apela este término, puesto que cada poeta mira su realidad y reflexiona sobre ella. De esta manera, confiesa que la influencia de este movimiento literario granadino de los años 80 aún perdura en ella y en su obra, puesto que se trata de una vivencia de vital importancia que la ha forjado como poeta y como persona. "Sigo siendo lo que soy porque nací en esa familia, pero hoy día he madurado y he derivado por otros derroteros".
Temas
El poemario abarca los temas más comunes de la historia de la literatura: amor, dolor, soledad, miseria, esperanza... Supone una ruptura con respecto a lo que la España franquista estaba acostumbrada, la mirada de la joven autora se suma a la reconstrucción de los esquemas previos y destrucción de estereotipos que estaban labrando las mujeres en dicho periodo de transición. Una temática y una batalla que aun a día de hoy no se ha dejado de librar. Es por ello que, pese al irremediable paso de los años, esta antología sigue estando completamente actualizada.
En el mundo de las nuevas tecnologías, la automatización y la idolatría a la utilidad inmediata de las cosas parece que no existe espacio para asuntos gratuitos, la autora nos advierte: "No podemos entregarnos absolutamente en brazos del capitalismo y de la ideología neoliberal que únicamente está interesada en el consumo y el capital". Parece que el mundo se sume a un nuevo cambio de paradigma que necesita, al igual que ellos lo hicieron, de una nueva terminología que lo reconduzca: "Me parece muy grave que las humanidades estén perdiendo terreno", confiesa Teresa Gómez. "Si queremos tener la mínima posibilidad de conseguir un mundo más justo tiene que ser a través de las humanidades, del arte, del pensamiento".
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