"Utilizo el tema del amor para analizar la sociedad"

Ángeles Mora. Poeta

La poeta cordobesa presenta este mediodía 'Érase un chico que no tuvo un gato', una antología amorosa dedicada a Juan Carlos Rodríguez

Belén Rico

21 de abril 2018 - 02:34

Granada/-¿cómo surgió este libro-homenaje a su esposo, Juan Carlos Rodríguez, fallecido en 2016?

-La editorial me pidió una antología temática. Pensé que era la ocasión de hacer un libro de poemas de amor dedicados a él a lo largo de toda mi obra. Están casi en orden cronológico. Al principio hay una relación de los libros a los que pertenecen los poemas, aunque luego no se precise al que pertenecen.

-Recoge entonces poemas de toda su trayectoria.

-Salvo el primer libro, yo todo lo he escrito estando ya viviendo con él o al menos estando ya en relación. Por eso aquí hay una selección de poemas de amor desde el segundo libro hasta el último.

-Pero no se trata de poesía amorosa al uso.

-Son poemas de amor pero como en toda mi poesía, el amor me sirve también para reflexionar sobre nuestro mundo y las relaciones que crea, sobre nuestras contradicciones. Y más ahora en una sociedad tan dura como la que estamos viviendo. En uno de mis poemas tengo una cita de Rosa Luxemburgo que dice "siento una maldita nostalgia de la felicidad". En realidad son versos que meditan sobre nuestra sociedad.

-¿Por qué ese título tan singular?

-El título del libro es el primer verso de un poema que yo le dediqué a Juan Carlos en mi libro La canción del olvido. El poema se llama Moon River, que es el tema que cantaba Audrey Hepburn en Desayuno con diamantes. A Juan Carlos y a mí nos gustaba mucho. El primer verso, "Érase un chico que no tuvo un gato", es un juego entre la historia de la película y la nuestra. El escritor que interpreta George Peppard en un momento empieza a teclear el relato sobre ella y escribe: "Érase una chica que tenía un gato que se llamaba gato". Por eso el poema lo he comenzado así, como un juego. Y lo he escogido como título del libro porque me parecía que era simpático.

-¿Incluye todos los poemas que le dedicó?

-No he elegido todos los poemas sino los que me parecían más adecuados en este momento. Aquí están sólo los de amor, aunque también le dediqué otros. En realidad, él está siempre presente en mi poesía porque teníamos una relación muy íntima y estábamos siempre juntos. Todos mis poemas tienen que ver con lo que él pensaba, porque llegamos a pensar muy parecido, sino igual.

-¿Cómo surgió la invitación de Mónica Doña como autora del prólogo?

-Ella había estado en la presentación de mi libro Ficciones para una autobiografía y habló de mis poemas de amor. Fue una leve pincelada pero a mi me llamó la atención. Cuando decidí que iba a mandar a Lucena una antología de textos de amor pensé que ella era la indicada. Ha hecho una breve introducción muy inteligente y necesaria porque explica mi forma de utilizar el tema del amor para analizar las relaciones sociales.

-Esta colección del Ayuntamiento de Lucena, El orden del mundo, cuenta con firmas como las de Josep María Rodríguez o Jesús Aguado, y ultima la obra de Luis Alberto de Cuenca. ¿Qué la hace tan especial?

-La edición es muy cuidada porque es un diseño especial y el tamaño también. Tiene un papel muy bueno con dibujos a dos tintas, en mi caso en verde y negro. Además me parecía que la gente de la colección era muy interesante porque hay nombres muy especiales.

-El impulsor de la colección, el edil de Cultura, Manolo Lara Cantizani, también incluye en la contraportada unos versos dedicados a Juan Carlos Rodríguez, que fue su profesor en la Universidad de Granada.

-Fue una casualidad. Cuando yo le dije el título él encontró ese poema que tenía en el que dice: "Él, que inauguraba nuestras mañanas cargado de distancias y lunas de jazmín, hoy me ha precintado su amistad de gato". Jacobo Lorenzo, que dirige la colección, escribe también una cosa muy bonita sobre el libro.

-También incluye tres poemas inéditos.

-Sí. El primero habla de una visita que hicimos en los ochenta a la Alhambra con Alberti, cuando estábamos empezando. Se titula Cosas que suceden allí arriba y lo escribí hace poco tiempo porque fue una petición de Granada Ciudad de la Literatura Unesco. Luego hay otro un poquito triste, Canción araña, que es casi una canción. Y el último, Intimidades, es más triste todavía. Es el primero que le he dedicado después de que muriese. Me gusta mucho pero me cuesta mucho leerlo. No lo puedo terminar, así que mañana [por hoy] no lo leeré.

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