Aitana Sánchez-Gijón y el cine, una historia de amor ambientada en la Granada de los Goya

La intérprete protagoniza un encuentro con el público en el Teatro Isabel la Católica a horas de recoger el Goya de Honor en Granada

"El 'MeToo' español no tiene que suceder concretamente en el cine"

Aitana Sánchez-Gijón durane su encuentro con el público en el Teatro Isabel la Católica.
Aitana Sánchez-Gijón durane su encuentro con el público en el Teatro Isabel la Católica. / Fermín Rodríguez/ Photographerssport

Granada/Aitana Sánchez-Gijón es una institución en el cine español, que ha decidido devolverle su contribución. Con este motivo le ha concedido el Goya de Honor a su trayectoria, un galardón que recogerá este sábado en el Palacio de Congresos de Granada de manos de su amiga, Maribel Verdú. Con ella hizo la obra Un dios salvaje en el Teatro Isabel la Católica, el mismo lugar en el que este viernes se encontraba con público en el acto previo a la ceremonia de entrega de premios organizada por la Academia de Cine este sábado en Granada.

En el escenario estuvo acompañada por el director de la misma, Fernando Méndez-Leite y frente a ella un abarrotado auditorio que daba muestra del cariño y la admiración que espectadores de cine, teatro y televisión le profesan tras esa fructífera carrera que ahora se premia. Un galardón que para la intérprete supone el cierre de un círculo. "Estoy vinculada a Granada desde pequeña, desde que con doce años vine a aquí a hacer una obra. A Granada siempre me ha unido el teatro y desde ahora el cine", comentó Sánchez Gijón, que se define así misma como una actriz "de fondo".

Encuentro

Mucho más elogiosas fueron las palabras que le dedicó Fernando Ménez-Leite, que la calificó como "un ejemplo de seriedad, rigor y eficacia en el trabajo". También las de la alcaldesa de Granada, Marifrán Carazo, que la presentó como "una mujer comprometida con el cine y de larga trayectoria". Y las de la primera espectadora que intervino en el coloquio, para quien era "un modelo" a que seguir, "siempre delicada y educada".

Eso es lo que el público percibe de la intérprete nacida en Roma y criada en España tras 40 años de ejercicio profesional. De esta forma la describe un director que ha trabajado con ella, porque Fernándo Méndez-Leite la conoce desde que rodaron juntos en la miniserie La Regenta hace treinta años. No es lo único que comparten: ambos han vivido en su piel estar al frente de la Academia de Cine desde la presidencia, cargo que la actriz ejerció durante dos años.

A lo largo de su carrera, Aitana ha trabajado con él y con directores como Fernando Fernán-Gómez, Pilar Miró, Bigas Luna, Vicente Aranda, Gonzalo Suárez, Jaime Chávarri, Imanol Uribe, Fernando Colomo, Pedro Almodóvar, Adolfo Aristarain, Juan José Campanella, entre otros muchos.

La actriz estuvo acompañada por el presidente de la Academia de Cine.
La actriz estuvo acompañada por el presidente de la Academia de Cine. / Fermín Rodríguez/ Photographerssport

Un currículum impresionante para una actriz que este viernes desmitificaba una profesión "que es una pasión, pero también un oficio". Quizás por eso no le cuesta reconocer lo que otros no se atreverían a verbalizar. "El teatro fue crucial en un momento en el que el cine dejó de contar conmigo". Y también aprovechó las preguntas de los asistentes para dar dos consejos a los actores más jóvenes: que se formen y que cuiden su salud mental, "más ahora con la exposición de las redes sociales".

Goya de Honor

Aitana Sánchez-Gijón recordó que en el momento en el que la Academia de Cine le comunicó el pasado mes de octubre que recibiría el Goya de Honor, le echó una bronca al presidente porque no entendía el premio siendo relativamente joven. Pasado el tiempo, la actriz ha asimilado la noticia y ahora está "en una fase de profundo agradecimiento" porque "momentos como estos te obligan a hacer balance".

Y echando la vista atrás podrá recordar películas como Madres Paralelas, El pájaro de la felicidad, Sus ojos se cerraron, Ni el tiro del final o Celos. Muchos personajes de los que ella dicen gustarle, "mujeres oscuras". "Los ejemplos de virtud me parecen muy bien en la vida real, no la ficción", comentaba frente a un auditorio entregado ante el que reconocía que había aprendido a perdonarse sus errores como intérprete, porque "el perfeccionismo es un motor pero te puede dejar tiesa".

Trayectoria

Y eso que el Goya de Honor es el último hito de un currículum lleno de premios. Debutó en el cine en 1986 de la mano de José María Forqué en Romanza Final (Gayarre), el mismo año en el que se convertía en un rostro habitual de la pequeña pantalla gracias a la serie Segunda enseñanza, en la que compartía reparto con Juan Diego, junto a quien recibió la Medalla de Oro de la Academia en 2015.

Unos años después de su irrupción, su carrera despegó con Bajarse al moro, comedia de Fernando Colomo que fue todo un éxito de taquilla, y que compaginó con apariciones en otros recordados largometrajes como Remando al viento, de Gonzalo Suárez, o Jarrapellejos, de Antonio Giménez Rico. También apareció en El mar y el tiempo, dirigida por Fernando Fernán-Gómez, o El pájaro de la felicidad, de Pilar Miró, al tiempo que empezaba a incorporarse a producciones internacionales, con El marido perfecto, de Beda Docampo Feijóo.

Durante toda la década de los noventa Sánchez-Gijón fue una de las intérpretes más requeridas del cine español e incluso de Hollywood. Mención especial merece la cinta Un paseo por las nubes, de Alfonso Arau, en la que compartía protagonismo con Keanu Reeves. Una experiencia que este viernes recordaba "como un cuento de hadas". También títulos como La ley de la frontera, de Adolfo AristarainBoca a boca El amor perjudica seriamente la salud, ambas de Manuel Gómez PereiraLa camarera del Titanic y Volavérunt, de Bigas Luna; o Yerma, de Pilar Távora.

En los años 200 encadenó peliculas como El maquinista, de Brad Anderson, junto a Christian BaleLa puta y la ballena, de Luis Puenzo; o La carta esférica, de Imanol Uribe. Más recientemente se la vio en Thi Mai: Rumbo a Vietnam, de Patricia Ferreira; la citada Madres paralelas, de Pedro Almodóvar; La jefa, de Fran Torres, y Que nadie duerma, de Antonio Méndez Esparza.

Además, la que fue la primera mujer en presidir la Academia de Cine (entre 1998 y 2000) y que ha rodado en inglés, francés e italiano, tampoco ha abandonado su trabajo en televisión, donde en los últimos años ha aparecido en las series Velvet, Estoy vivo y Respira. Una trayectoria jalonada de éxitos en la que este sábado el Goya de Honor supondrá un punto y seguido.

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