Los almorávides y Granada
En los márgenes
Los almorávides forjaron un gran imperio que comprendía desde el Níger al Valle del Ebro y donde Granada fue la capital de al-Andalus
El Partal, nuevas aportaciones
Sobre las investigaciones de este tema es necesario recordar las realizadas por Torres Balbás, L. (1955) Artes almorávide y almohade; las de Llanillos, A. (1955) Los almorávides; o los estudios de Bosch Vila, J. (1956) Los almorávides. Las de Viguera Molins, M.ª J. (1992) Los reinos de taifas y las invasiones magrebíes: al-Andalus siglo XI al XIII. El Legado Andalusí (2006) editó la Ruta de los almorávides y almohades, itinerarios Culturales del Consejo de Europa. Recientemente especial importancia ha tenido la tesis doctoral de María Marcos Cobaleda (2010) leída en la Universidad de Granada y plasmada posteriormente en el libro (2015) Los almorávides, arquitectura de un imperio. En 2016 organizamos una jornadas sobre este tema en la Alhambra, en donde participaron diversas universidades españolas y del mundo árabe.
La conquista de Toledo en el año 1085 por Alfonso VI marcó un punto de inflexión en los reinos de taifas. Al-Mutamid, rey de Sevilla, encabezó la iniciativa de pedir ayuda a los almorávides. Los representantes de los reinos de Sevilla, Granada, Córdoba y Badajoz, se reunieron con el emir almorávide Yusuf b. Tasufín. Se firmó un tratado para combatir a los reinos cristianos y el emir almorávide se comprometió a respetar a los gobernantes andalusíes.
En 1088 obtiene la Victoria de Sagrajas (Badajoz). En su segunda visita a al-Andalus, en 1088, en el Cerco de Aledo (Murcia) fracasa por culpa de las desavenencias de los reinos de taifas. En 1090 se produce la tercera intervención en al-Andalus y Yusuf b. Tasufín tiene la intención de acabar con los reinos de taifas. En 1097 obtiene la victoria de Consuegra (Toledo) frente a Alfonso VI.
En 1103 regresa por última vez para obtener el reconocimiento de su hijo Alí, como heredero y sucesor. La ceremonia tuvo lugar en Córdoba y a ella acudieron todos los nobles de al-Andalus.
En el periodo de ‘Alí b. Yusuf b. Tasufín podemos destacar en el año 1108 la Victoria de Uclés (Cuenca) y en el año 1110 la incorporación de la taifa de Zaragoza. En 1115 tomaron el control directo sobre Baleares. Ese momento corresponde a la máxima extensión del imperio almorávide desde Audagost (en el Sahel) hasta Zaragoza. En 1118 se va a produjo la pérdida de Zaragoza lo que significó el inicio del declive del imperio almorávide. En 1125-1126 Alfonso I de Aragón realizó una serie de incursiones por los territorios musulmanes.
Va a surgir un personaje singular en está época, Sayf al-Dawla ibn Hud, que las fuentes cristianas llamaban “Zafadola”, era descendiente de los reyes de la taifa de Zaragoza. Aprovechando el descontento con los almorávides de la población y las tribus de al-Andalus, hizo una alianza con Alfonso VII de Castilla, realizando numerosas razias en los territorios controlados por los almorávides, llegando a ser reconocido como emir en distintos puntos de al-Andalus, pero murió en el campo de batalla.
Otra rebelión la protagonizó ibn Qasi, que era un sufí, hijo de cristianos conversos y funcionario almorávide. Fundó el movimiento religioso de los muridun (iniciados, discípulos), y se sublevo en 1141 creando una taifa en Mértola, en el Algarve, que perduró de 1144 a 1151. Intentó tomar Sevilla pero no lo consiguió. En 1145-1146 viajó a Marrakech para pedir ayuda a los almohades, regresando con el apoyo de estos que lo nombran señor de Silves. Ya en 1147 los almohades conquistan Algeciras, Jerez, Niebla, Mértola, Silves y Badajoz. En 1156-57 Granada cae bajo el poder almohade. Se van a producir una serie de revueltas y segundos reinos de taifas.
Dado que para los almorávides la defensa frente a los reinos cristianos era un elemento capital, una de sus actuaciones fue precisamente reforzar las arquitecturas defensivas. Así las murallas de la Cuesta Alhacaba, de etapa zirí serán reforzadas por los almorávides. Igualmente, las entradas de las puertas en recodo, aunque anteriores a ellos, las generalizarán. Existen varias hipótesis, la más aceptada es que la Puerta de las Pesas, Puerta Nueva o del Ensanche (Bab al-Ziyada) del Albayzín fue obra suya.
Una de las características de sus construcciones es el uso generalizado del ladrillo de arcilla y utilizar pilares de ladrillo mayoritariamente en lugar de columnas de piedra y arcos de múltiples formas.
En 1116-17 el caíd de Granada ordenó reformar la mezquita Aljama, "dotándola de hermoso techo de madera, columnas de mármol y pavimento en el patio de piedra rocosa”, según la descripción de ibn al-Jatib. En el Carmen del Mauror se encontraron fragmentos de yeserías de un palacio almoravide que se conservan en el Museo de la Alhambra. Atauriques, decoración geométrica, vegetal y epigráfica, arcos entrecruzados y utilización de letras cursivas serán algunas de sus características.
En la madera se alcanzó una gran perfección, la joya será el Minbar (púlpito) de la Kutubiyya de Marrakech en donde aparece una inscripción que dice que fue hecho en Córdoba.
El trabajo en metales también tuvo un gran auge, se conservan candiles, braseros y las chapas de bronce que protegen las puertas. Antonio Fernández Puertas (1980) señaló que de época almorávide podrían ser las tres puertas chapadas de la mezquita Qarawiyyin de Fez, fechadas entre 1134 y 1144, años en los que el soberano ‘Alí b. Yusuf b. Tasufín agrandó y embelleció la mezquita y que tuvo al frente de las obras al cadí granadino Abu Muhammad ‘Abd al-Haqq ‘Abd Allah b. Mu’aysa al-Garnati. Fernández Puertas consideró que posiblemente fueron realizadas en el magnífico taller de bronces de Granada, heredero del de Medina Elbira.
Interesantes son las monedas de oro, dinar morabitino, emitidas por el emir almorávide ‘Ali b. Yusuf (1106-1143) y la moneda de plata llamada quirate, equivalentes a medio dirham, conservadas en el Museo de la Alhambra.
En cuento a personalidades de la ciencia y las letras de este periodo de al-Andalus mencionar a ibn Tufayl y Averroes. También fue la época de Rodrigo Díaz de Vivar, El Cid Campeador y su famosa conquista de Valencia.
El imperio almorávide unió un amplio territorio, desde el rio Níger al valle del Ebro, lazos históricos y culturales que nos hermanan con los pueblos de África.
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