Amor Epistolar
Crítica
Lucía Lacarra cautiva con 'Lost Letters', un ballet narrado a partir de cartas perdidas en la guerra
Festival de Música y Danza de Granada 2024: programa completo, horarios y escenarios de la edición de 2024
El Festival Internacional de Música y Danza de Granada recibió el Lucía Lacarra Ballet, que con un lleno absoluto cosechó un éxito rotundo con su última producción, Lost Letters. Esta creación, ideada por la coreógrafa junto a Matthew Golding, cautivó al público del Teatro del Generalife con una inteligente propuesta coreográfica, apoyada en la música de Serguéi Rachmáninov y Max Richter, y con una realización audiovisual de lo más conmovedora.
El nombre de Lucía Lacarra lleva más de dos décadas siendo sinónimo de excelencia en el mundo de la danza. Pero si hay algo que un gran artista debe tener en cuenta es que no se puede vivir del éxito del pasado, y es necesario seguir creando y explorando nuevos medios de comunicación artística. En este sentido, la última producción de coreógrafa es un coup de force que cautiva por su belleza estética y su profundo significado. Junto a su pareja sentimental y artística, el también bailarín y coreógrafo Matthew Golding, ha concebido una historia de amor en tiempos de guerra, a partir del correo epistolar que sus protagonistas intercambiaban. Junto a ellos, hay que mencionar el magnífico trabajo técnico de Celso Hernando, y de diseño de vestuario de la propia Lucía Lacarra y Gianluca Battaglia.
En el escenario la pareja protagonista, acompañada por un elenco de cuatro parejas de bailarines, representa un conmovedor romance que transcurre durante la Segunda Guerra Mundial. Al separarse, el personaje representado por Lucía Lacarra promete esperar a su amado con el mismo amor y devoción con los que le despide. La guerra transcurre, y ambos mantienen vivo su amor a través de las cartas que él le escribe desde el frente. Tras un naufragio, el soldado se ve perdido en una costa desconocida; incapaz de comunicarse con su amada, emprende el camino a casa. Ella, desconsolada por su silencio, se teme lo peor y piensa en quitarse la vida arrojándose al mar; pero la fortuna sonríe a la pareja, pues justo en el momento del fatal desenlace él llega a las costas donde se encuentra su amada y ambos se funden en un profundo abrazo de amor y pasión.
73 FESTIVAL DE GRANADA
Programa: Lost Letters, ballet creado y dirigido por Lucía Lacarra y Matthew Golding
Lucia Lacarra Ballet
Coreografía: Matthew Golding
Elenco: Lucía Lacarra, Matthew Golding, Lucía Castellano, Itziar Ducajú, Francesco Forcina, Gabriel Martínez, Manuela Medeiros, Antonio F. Meireles, Jossehp Abdiel Peñaloza, Eva N. Suárez.
Lugar y fecha: Teatro del Generalife, 05 de julio de 2024
Clasificación: 5 estrellas
La habilidad narrativa de los coreógrafos en esta producción es francamente sorprendente, pues desde el primer momento la conmovedora narrativa del espectáculo se muestra como un relato vivo y cargado de emotividad. La producción de video, en la que los bailarines aparecen como personajes de un cuento compuesto por escenas de su historia de amor, es el soporte narrativo ideal de la acción coreográfica en el escenario. Pero el ballet va más allá, pues los bailarines glosan en espejo el relato proyectado con un desarrollo más complejo, que explora el universo onírico de las emociones y conmueve al espectador.
El desarrollo coreográfico es también enormemente hábil y efectivo. Una mezcla de pasos de baile clásico y de danza contemporánea conviven en los movimientos escénicos. Los números de conjunto fueron de gran belleza y originalidad, como el cortejo de los jóvenes o la representación del mar tempestuoso en la escena final, hábilmente desarrollada sobre un tapiz blanco que cobraba vida por la acción de los efectos de aire y luces. Además, las emociones de los bailarines evolucionan en espejo a partir de las emociones y movimientos de la pareja protagonista. Por su parte, Lucía Lacarra y Matthew Golding tuvieron algunas escenas a dúo de enorme carga estética y emotiva, como el baile de despedida, en el que la bailarina era suspendida en el aire con tal delicadeza y elegancia que se creaba la ilusión de lo etéreo. Particularmente emotivo fue el número dedicado a los recuerdos felices, en el que sobre un verde campo de amapolas la bailarina despliega un icónico traje rojo con una inmensa falda al viento que llenaba todo el escenario, y en el que los elegantes movimientos de Lacarra estuvieron perfectamente realizados en el contexto de la acción argumental, recordándonos con cada movimiento por qué se la considera como una de las artistas más elegantes del panorama de la danza contemporánea.
Sin duda, fue una noche mágica, en la que el poder comunicativo de la danza nos transportó a otra época y nos hizo vivir la vida de otros a partir de evocadoras imágenes plenas de carga semántica y emocional. Una ovación de más de diez minutos evidenció el agrado del público asistente en reconocimiento al hábil y experto trabajo de los bailarines. La amable noche en los jardines de la Alhambra se llenaron de elogios y parabienes durante el cortejo de salida del espectáculo, una bella experiencia convertida en un cuento contemporáneo para recordar.
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