Andrea González o la importancia de saber elegir un buen repertorio

Granada/Uno de los factores claves en el éxito de un concierto es la elección del programa. Algunos críticos ya están llamando la atención sobre lo que definen como el “interpretismo”, es decir, ponderar a los artistas que intervienen en un espectáculo y dejar en un segundo plano las obras que se van a ejecutar. En realidad, la práctica demuestra que para que un espectáculo de estas características sea un éxito, es necesario que ambos factores se conjuguen y especialmente no confundir una sala de conciertos con un laboratorio experimental. Así lo entendió Andrea González durante su intervención en el VIII Festival de la Guitarra de Granada-Antonio Marín y eso lo valió el conseguir un triunfo rotundo en su actuación.

Andrea González lleva algún tiempo residiendo en Estados Unidos, donde su carrera está tomando una dimensión muy destacada. El Festival de Granada la tenía como objetivo desde hacía varios años y ahora su agenda de conciertos le ha permitido acudir a una cita que para esta artista tiene un valor especial, al celebrarse en la capital mundial de la guitarra. Ella mismo recordó que hace unos años, antes de ganar en el Concurso de Guitarras Alhambra, había actuado aquí y que es algo que difícilmente se olvida. Era entonces una joven promesa de la guitarra española y ahora ha vuelto como una artista consolidada y de fama internacional.

El toque de González se sustenta en una técnica depurada y el trabajo del matiz en todos sus órdenes, como la intensidad o volumen con el que interpretada cada uno de los pasajes. Inició su intervención con una bella Rondeña de Regino Sainz de la Maza, figura clave en la historia de la guitarra española y muy vinculada a Granada, donde obtuvo algunos de sus más importantes éxitos como concertista. Luego llegó el turno para Albéniz y temas tan populares como Granada, Cádiz o Asturias, en los complejos arreglos de Manuel Barrueco, que tratan de hacer de la guitarra una gran orquesta. De especial emotividad fue el célebre Recuerdos de la Alhambra de Tárrega, que siempre alcanza una dimensión especial cuando se interpreta en la ciudad que inspiró esta obra.

Andrea González conseguía mantener de forma permanente la atención del público, que como es habitual en el Festival de la Guitarra, volvió a llenar el recinto y guardaba otros tesoros musicales para continuar su programa, como una selección de coplas y un pasodoble del Maestro Quiroga, o fragmentos de las obras más populares de Manuel de Falla. Con obras de estas características y una intérprete de esta magnitud, el éxito estaba asegurado, obligando a la guitarrista a ofrecer un bis al término un bis, que fue Torija de Moreno Torroba.

La noche contó con la presencia de representantes de la célebre factoría Guitarras Alhambra, cuya fundación colabora estrechamente cada año en el festival. La guitarra de Andrea González ha sido fabricada por este célebre sello valenciano que lleva el nombre Granada por el mundo, acentuando el carácter de sus instrumentos.