Ángela R. Bonachera, poeta: "La vida no es preciosa, pero sí se aprende a convivir con ella"
La poesía de esta granadina, que estará en la próxima edición de la Feria del Libro de la capital con su poemario 'Pum, pum, pum' (Editorial Isla Elefante)', aborda cuestiones como la violencia sexual, las ideaciones suicidas o la salud mental
'Sueños en la niebla', una novela de memoria compartida

Tres golpes que abren el primer poemario de la granadina Ángela R. Bonachera (Guadix, 1992) y que resuenan en cada página. Muerte, salud mental, violencia sexual, feminismo se entrelazan página tras página de Pum, pum, pum (Editorial Isla Elefante) hasta llegar a un punto en el que la autora asegura que sí hay salida, una luminosidad parida desde el dolor y el estupor por lo vivido. Asegura la autora que estos textos nacen de la necesidad de que visiones como la suya tuvieran su propio espacio en la literatura. El día 15 de mayo regresará a Granada para estar en la caseta de la Librería Praga en la Feria del Libro.
Pregunta.El poemario se titula 'Pum, pum, pum'. Suena a tres golpes.
Respuesta.Es la caída. Se trata de una onomatopeya que luego ha resultado ser bastante polisémica. El editor veía también miedo, amenaza en ese Pum, pum, pum. Y hay quien ha interpretado que es un arma, que son tres disparos.
P.Al abrir el libro en mi caso me encontré más bien con tres latigazos. Uno de ellos es sobre la salud mental y el uso de la medicación trata tratar determinadas cuestiones...
R.No estoy en contra de la medicación, porque a mí me ha hecho mucho bien. Me ha ayudado muchísimo, pero es verdad que veo, no en mi caso pero sí en otros, que se va al médico de cabecera y se mandan medicaciones muy fuertes, pastillas como si fueran pipas. Y eso no puede ser. La química está ahí para ayudarnos, pero es verdad que se ve un abuso. Los médicos no tienen suficientes herramientas. ¿Y qué hacen? Te palían un poco el dolor con la medicación, pero luego eso tiene unas consecuencias muy fuertes que afectan a todo el organismo a niveles increíbles. La medicación debería estar mucho más controlada y que sólo la recete gente que sepa perfectamente qué es lo que va a pasar y cómo quitártela después, porque eso es otra movida que también llega.
P.Otro latigazo es cuando escribe sobre el movimiento feminista...
R.Yo milito, defiendo y defenderé el movimiento feminista, pero hay quien lo usa como excusa y como maquillaje de otras cosas, quien usa la bandera feminista como avatar o un hashtag en redes. El feminismo es un movimiento y una militancia diaria. Y cuando digo diaria me refiero a que está en todo, en lo que se dice y en lo que se hace. Me he encontrado con muchísima gente que es muy feminista, de boquilla. La mayoría son hombres que dicen que son aliados, o aliades, ese término tan horrible. Lo usan en Twitter, para hacerse la foto. Pero el resto del tiempo, ¿qué estás haciendo? ¿cómo llevas el feminismo a tu día a día? ¿cómo ayudas a que el machismo se acabe de verdad? Es muy fácil poner un mensaje en redes. Lo hemos visto con Íñigo Errejón. Yo no quiero que estés en las manifestaciones del 8M. Quiero que estés en el día a día demostrando con tu comportamiento que de verdad eres feminista. ¿Qué pasa cuando conoces a un agresor?
P.Ese es el tercer tema sobre el que pivotan sus poemas y sobre el que le quería preguntar. Son quizá los textos más duros, cuando habla de la violencia sexual y de las víctimas...
R.Cuando pasa algo tan desagradable como puede ser la violencia sexual descubres que lo peor no es sólo ese ataque, sino lo que viene después, toda esa gente que te deja de lado porque les incomodas. Eso hace que se multipliquen los efectos de la violencia. El trauma ya no es sólo un hecho violento, sino que empieza a ser tu vida diaria un auténtico trauma porque no tienes agarre, no tienes a nadie que te sostenga. Es muy jodido estar ahí. Es sólo caída. No ves luz por ningún lado. Es un bucle infinito de dolor, tristeza y más dolor.
P.En los poemas esos dos traumas, el del hecho de la violencia sexual y lo que ocurre después, no dejan hueco a la esperanza...
R.Yo creo que sí acaba un poco esperanzador. Esperanzador, pero no tonto. Una persona me dijo que yo tenía que escribir, y que luego resurgiría como un ave fénix y todo sería precioso. La vida no es preciosa, pero sí que se aprende a convivir con ella. Lo veo relativamente luminoso cuando hablo de sentir la ligereza del pájaro, o cuando de repente todo pesa menos, o cuando hablo de mantenerme viva, viva por ti. Ese por ti lo quise dejar así para que cualquier persona que lo lea pueda pensar en quién puede ser. Nos mantenemos vivos al final porque hay gente que nos agarra a la vida de una manera u otra. Ese por ti, que es mi madre, que es mi padre, que son mis sobrinas, para cada persona será alguien diferente. Sí quería ser realista en la concepción de que la gente con ideaciones suicidas aprende a vivir con ello. Aprende a decir, vale, no pasa nada porque lo pienso, pero no lo voy a hacer. En el último poema hablo de la muerte, de que la muerte vive ahí, pero que ya no me lleva. Y eso, aunque realmente es muy duro, es luminoso para quienes están en ese estado.
P.El último poema, para mí, está en la penúltima página, después del índice. Se lee que el libro se terminó de imprimir y encuadernar el 28 de marzo de 2025. Ese día se cumplieron 84 años de la muerte de Virginia Woolf y 510 años del nacimiento de Santa Teresa de Jesús.
R.Es algo que me hizo muchísima ilusión. Cuando el libro estaba en imprenta, ya para salir en esos días, y vi que el día en el que Virginia Woolf se había suicidado era el mismo que la fecha de nacimiento de Santa Teresa se lo propuse al editor. Las dos fueron unas luchadoras incansables. Me fascina Virginia Woolf y me fascina Santa Teresa.
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