Artista lúcida de obra convincente
Artistas de Granada | Mari Ángeles Díaz Barbado
La artista granadina, profesora de la Universidad de Málaga, nos sitúa en los parámetros de una avanzadilla artística que recrea, sin ambages, lo mejor del arte contemporáneo
Granada/Nunca me ha parecido interesante -todo lo contrario, lo considero pobre asunto sin importancia alguna- tener que hacer distinción entre el arte hecho por mujeres y el arte llevado a cabo por hombres. Eso es, más bien, preocupación de políticos equivocados, vacíos de ideas, de intereses espurios y preocupados más por cosas para los que no están llamados que para lo que verdaderamente se les paga lo mucho que cobran. Sólo existen, no me cabe la menor duda, obras de arte buenas y realizaciones malas; más allá del género de los que las hayan hecho. Pero para los amantes de estas pobres consideraciones, hay que decir que, en el arte granadino, hay muchísimas buenas creadoras, tanto o más que autores masculinos.
Y entre las muchas que existen -Asunción Jódar, Carmen Sicre, Ángeles Agrela, Marisa Mancilla, Marina Vargas, Irene Sánchez, Belén Mazuecos, Cristina Ramírez, María Acuyo, Aixa Portero, Asunción Lozano, Marta Beltrán, Oihana Cordero, Mar Garrido, Rosa Brun, Patri Díez, Carmen González Castro, Cristina Megía, Heli García, Julia SantaOlalla... -, todas de altísima categoría, se encuentra Mari Ángeles Díaz Barbado. La relación es importante y está llena de mucha trascendencia. Artistas mujeres importantes por su trabajo, como lo son los importantes autores hombres que realizan obras de gran significación.
Mari Ángeles Díaz Barbado es granadina salida de la Factoría Facultad de Bellas Artes; tiene marchamo, pues, de calidad; lo que se demuestra que cuando termina sus estudios, en 1992, al poco tiempo, ya la vemos exponiendo individualmente en uno de los espacios del Palacio de los Condes de Gabia; ese que apostaba -y sigue haciéndolo- descaradamente por los jóvenes que ofrecían claras expectativas. La joven Díaz Barbado ofrecía lo mejor de lo mejor y, muy pronto, la encontramos en los mejores circuitos y con las máximas consideraciones.
En el año 2000 consigue el Doctorado en Bellas Artes por la Universidad de Castilla La Mancha. Hoy es artista imprescindible y expone habitualmente allí donde el arte contemporáneo goza de mayor significación; aunque es la galería Isabel Hurley de Málaga su espacio de referencia. En los últimos meses la hemos visto protagonizando una gran exposición en La Coracha, promovida por el Centro de Arte Contemporáneo de la capital de la Costa del Sol.
Su obra está presente en colecciones de importancia -Instituto de la Juventud Museo Internacional de la Electrografía de Cuenca, Junta de Andalucía, Diputación de Granada, Real Academia de Bellas Artes de Granada, Ayuntamiento de Cádiz, Fundación Benetton, CACMálaga o el Centre D’Art Contemporain ‘À cent mètres du centre du monde’ de Perpignan- y es artista a seguir.
La autora granadina es un ejemplo claro de los amplios horizontes creativos que se contemplan en el arte contemporáneo, donde comparten estamentos inmediatos todo tipo de situaciones y los artistas se adscriben a ellos activamente intercambiando posiciones e interactuando sus procesos creativos. Díaz Barbado comienza interesándose por la fotografía, modalidad que le lleva a exponer en varios espacios a ella dedicada y a obtener reconocimientos unánimes. Más tarde se introducirá en los abiertos postulados de la pintura y del dibujo, yuxtaponiendo, no obstante, a estos sistemas, otros que establezcan ese organigrama creativo compacto que anima la plástica moderna.
Con el camino muy bien consolidado y afrontando la docencia universitaria -en estos momentos es profesora en la Facultad de Bellas Artes de Málaga- como profesión tangente a la mera creación artística, Mari Ángeles Díaz Barbado nos descubre una joven madurez artística que señala unas rutas por donde circula bien provista de afortunados planteamientos plásticos y estéticos. Su lenguaje es muy personal; su pintura transcribe mínimas esencias que nos hacen adentrarnos en un mundo de imágenes donde la naturaleza y sus muchos registros plantean episodios de gran pureza artística. Su obra no deja indiferente y posiciona al espectador ante estructuras que surgen como nebulosas de unos fondos neutros.
La realidad artística de Mari Ángeles Díaz Barbado pasa por piezas de una exquisitez absoluta; muy bien construidas en fondo y forma que nos transportan a espacios brillantes donde se complementan diversas modos artísticos hasta componer una realidad que, a fuerza, de real, adquiere tintes mágicos. Porque el trabajo de esta artista nos descubre un sabio proceso, una estructura compositiva muy bien desarrollada que termina en un proyecto visual donde la realidad, además de desentrañar sus más estrictos registros, redunda en sus aspectos más afortunados y sus mejores desenlaces formales.
La obra de Mari Ángeles Díaz Barbados anuncia ese arte nuevo que convence por su pureza, que descubre los postulados bien formados de un arte con pocos reveses y que, además, nos sitúa en los parámetros de una avanzadilla artística que recrea, sin ambages, lo mejor del arte contemporáneo.
Hoy, que tanta dialéctica levanta lo más nuevo, que los argumentos que en ello actúa son motivos de controversias por no saber muy bien a qué hay que atenerse, la obra de esta artista nos sitúa en unos esquemas muy bien desarrollados, con una realidad reflejada para que provoque a la mirada y abra máximas expectativas. Un trabajo consciente y lleno de encanto visual que no requiera miradas limpias y comprometidas y que nos hace sentir los valores de un arte grande. Es, por tanto, Mari Ángeles Díaz Barbado, el ejemplo claro de que el arte no tiene género, sólo artistas buenos que hacen buenas obras. Y ella lo manifiesta abiertamente.
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