Aurelia Navarro, invitada de nuevo a un gran museo

Granada/Desnudo de mujer, de Aurelia Navarro, vuelve a salir de Granada, pero esta vez con billete de vuelta. El cuadro de la granadina, reconocido con la medalla de bronce en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1908, dejará su actual ubicación en la Casa de los Tiros para formar parte de la muestra temporal del Museo Carmen Thyssen de Málaga, titulada Desnudos. Cuerpos normativos e insurrectos en el arte español (1870-1970) que podrá verse hasta marzo del próximo año.

La exposición reúne cerca de un centenar de piezas, entre pinturas, esculturas o fotografías, procedentes de más de cuarenta museos, instituciones y colecciones, según explica la pinacoteca malagueña y, en palabras de Lourdes Moreno, su directora artística, esta muestra no se limita a recopilar un inventario de desnudos, sino que “analiza la transformación estética y conceptual del cuerpo en el arte español como eje de la modernidad”. La exposición propone un recorrido heterogéneo y abierto a la interpretación del visitante, invitando a reflexionar sobre temas como la belleza, el canon artístico y la constante metamorfosis de las formas de representación. 

Dentro de este último grupo es donde se podría enmarcar el cuadro de Navarro, fechado en los primeros años del siglo XX. En un intento de imitar La Venus del espejo de Velázquez, supuso toda una celebración en su momento, especialmente en una época donde el tema del desnudo se reservaba casi exclusivamente a los hombres. De hecho, en aquella época, las mujeres tenían prohibido acercarse a un taller y estudiar el cuerpo humano para tomarlo como referencia, de ahí que hay quien sostiene la teoría que la mujer que aparece en el cuadro es la propia autora, y se trataría más bien de un autorretrato.

De acualquier forma, la identidad de la mujer del cuadro (de la que se ve la parte posterior en primer plano, con el rostro y el pecho reflejados en un espejo) aún sigue siendo un misterio, como con la de Velázquez, e igualmente hay quien rechaza la teoría del autorretrato.

Según recordaba José Luis Delgado en las páginas de este periódico hace unos años, los estudiosos de su Desnudo, que fue comprado por la Diputación provincial por 2.000 pesetas (unos doce euros) que, habiendo merecido primeras medallas, lo más que le ofrecían era un tercer premio. En 1908 se leía en El Defensor de Granada: “Una artista de mérito. Aurelia Navarro ha sido premiada con la tercera medalla en la Exposición Nacional [...] se propone la compra del cuadro, aunque quiere comprarlo su majestad la reina Victoria”.

Pese a todo, la creación del cuadro generó controversias y cuando la prensa atosigó a la familia, el padre decidió ingresarla en un convento donde pasaría el resto de sus días, dedicada principalmente a los cuadros de tema religioso, como el centrado en la Madre Sacramento (1933), fundadora del convento cordobés donde murió en 1968.

A partir de ahí, la vida y la obra de Navarro se sumergen en una nebulosa y su nombre, como el de tantas otras artistas, cayó en el olvido. No fue hasta el siglo XXI, cuando la muestra Invitadas abrió sus puertas en octubre de 2020 y ayudó a visibilizar a esta y otras artistas, poniendo en Desnudo de mujer los ojos del mundo del arte. Una atención que, pese a todo, no ayudó a la granadina a ocupar un lugar destacado.

Una vez terminada la exposición, el cuadro hizo las maletas y volvió a Granada, concretamente al Palacio de Bibataubín, sede del Consejo Consultivo de Andalucía, su casa durante todo ese tiempo. Sin embargo, la veda ya estaba abierta y tras haber estado expuesto en uno de los principales museos del país, fueron muchos los que comenzaron a pedir un lugar apropiado para esta obra. "Lo normal sería que la Diputación tuviera un sitio reservado para ese cuadro. Seguro que en su colección tiene piezas maravillosas, pero ésta debería ocupar un lugar preferente. ¿Quién va a ver una obra a un sitio así? Allí se pasarán a hacer gestiones, no a ver una obra de arte", explicaba a este periódico Antonio Navarro, sobrino de la artista.

Comenzaba así, como comenzó en vida de la artista, un efecto mariposa, que llevaría a Diputación a trasladar la casa de Desnudo de mujer a un emplazamiento más acorde. Fue así como en 2021 se anunció que su nueva ubicación sería el Museo Casa de los Tiros, en el centro de la capital.

Los otros desnudos

Aurelia Navarro no está sola en la pinacoteca malagueña. A escasos metros del suyo, está el cuadro Venus de la poesía (1913), una joven pintada por el cordobés Julio Romero de Torres, cuyo rostro, esta vez sí, está identificado como el de la cupletista Raquel Meller y con la que se rompió la representación tradicional de la mujer como diosa. Esta obra reafirma cómo el arte del siglo XX despojó al desnudo de su carácter divino, acercándose a la representación de mujeres reales. 

La muestra incluye también piezas como Desnudo de frente, de Ignacio Pinazo o, en el otro lado de la balanza, Viejo al sol, de Mariano Fortuny. Junto a ellas, el visitante también puede ver propuestas más abstractas y modernas, como una litografía de gran formato de Joan Miró y la pintura Ágata, de Antonio Saura, dando cabida a todos los estilos que convivieron entre 1870 y 1970. Todo ello precedido de un Pablo Picasso, “antes de ser Picasso”, y Salvador Dalí, con su reinterpretación de Las señoritas de Aviñón.

 La exposición ha sido organizada por Bárbara García Menéndez y Alberto Gil, del Área de Conservación del Museo Carmen Thyssen Málaga, con la colaboración de más de cuarenta instituciones y colecciones públicas y privadas. Además, se ha editado un catálogo con textos de reconocidos especialistas en la materia como Carlos Reyero y Estrella de Diego, que profundizan en los temas abordados por la exposición.

La directora artística señaló durante la inauguración de Desnudos. que es un proyecto “muy especial” para el museo y que este catálogo es una “aportación a la bibliografía española, bastante escasa, sobre el género del desnudo”. El conservador general de la Colección Carmen Thyssen, Guillermo Cervera, por su parte, aseguró que la muestra explica el arte “bajo un prisma poco habitual” y que hayan participado 45 prestadores es algo que el visitante no sabrá, pero que es una “brutalidad conseguirlo con las particularidades que tenemos a la hora de prestar obras”.