Banco de España: una cámara acorazada de historia granadina

Construido como un encargo del gobierno de la República, el histórico edificio de Gran Vía reúne entre sus muros infinidad de anécdotas

La Diputación de Granada negocia con la Junta la compra del edificio del Banco de España en Gran Vía

Distintos cargos institucionales en una de las cámaras acorazadas del Banco.
Distintos cargos institucionales en una de las cámaras acorazadas del Banco. / Archivo

Granada/El edificio del Banco de España vuelve a ser noticia. La Diputación provincial se encuentra en negociaciones, como ya adelantó ayer este periódico, esté negociando su compra a la Junta de Andalucía, actual propietaria del inmueble, con el objetivo de conseguir un edificio noble en el centro de Granada que sea una referencia institucional con suficiente espacio para albergar servicios públicos.

Si llega a producirse esta compra, de momento las negociaciones van bastante avanzadas, se escribiría un nuevo capítulo en la historia de este edificio, una historia que está cerca de cumplir un siglo y que comenzó en 1933, con su construcción a cargo del arquitecto Secundino Zuazo, por encargo del gobierno de la Segunda República.

Zuazo –quien también sería responsable de las sucursales del Banco de España en Barcelona o Santiago de Compostela–, diseñó un edificio formado por tres cuerpos diferentes, creando una U de base mayor que sus lados y estos, a su vez, de mayor altura, un diseño que aún se mantiene en la actualidad.

Casi una década después de su construcción, en abril de 1941, el edificio recibía la bendición del arzobispo de la época, Agustín Parrado y García, y poco después comenzaron a llegar los que iban a ser los habitantes del edificio, concretamente 80.000 kilos de plata y de 3.000 talegos de monedas, que se instalaron en unas cámaras acorazadas, que también se mantienen en la actualidad, aunque lógicamente con otro uso.

El dinero abandonó la ciudad con las campanadas de fin de año de 2004, cuando el edificio dejó de prestar sus servicios, dentro de un proceso escalonado de cierre de sucursales iniciado por el Banco de España un par de años antes y que afectó a una treintena de delegaciones.

Como es lógico para un edificio con su ubicación, al inmueble de Zuazo tardaron poco en salirle pretendientes, pero finalmente se lo quedó la Junta de Andalucía, para albergar la Fiscalía Superior de Andalucía, que utilizaría las cámaras acorazadas como archivo.

Un intercambio con Salamanca

Lejos de acabar, la historia del edificio sumaba un nuevo capítulo dentro de su historia, pues el Gobierno autonómico lo adquirió gracias a una permuta con el Estado español, que lo intercambió por la Casa de las Conchas, un edificio de Salamanca, que estaba en poder de la Junta de Andalucía por el impuesto de sucesiones de una familia sevillana.

Tras el cambio, se inició un largo debate sobre el uso que se le podría dar al inmueble. Por un lado, el Ayuntamiento de la capital –gobernado en aquel año por Torres Hurtado– lo reclamó para convertirlo en el gran museo de la ciudad, algo para lo que también contó con el apoyo de la Facultad de Bellas Artes, cuyos alumnos y profesores iniciaron una campaña de firmas para que el edificio se dedicase al arte contemporáneo y a las obras de jóvenes creadores.

La insistencia de Torres Hurtado con este tema, duró varios años y llegó incluso a mostrar su intención de comprarlo o, de nuevo, cambiarlo por inmuebles municipales como Casa Ágreda. El popular, que acabó ganando aquellos comicios, hizo estas declaraciones en un acto simbólico, donde parte de la plana del partido se abrazó al edificio para denunciar el “sectarismo” de la Junta.

Año después, el partido también valoró la idoneidad de usar el inmueble como sede de un museo, destacando precisamente la seguridad que aportaban las cámaras acorazadas para proteger las obras de arte.

Pese a todo, el Gobierno socialista de la Junta apostó al final por destinarlo a sede de la Fiscalía andaluza, que hasta entonces estaba en la Real Chancillería, con el TSJA, el mismo lugar al que tiene previsto regresar ahora. La idea era ubicar allí una escuela de fiscales.

En un nuevo capítulo de la historia del banco, en septiembre de 2011 la Junta de Andalucía anunció la cesión del Banco de España al Consorcio del Milenio, para que instalase allí su sede durante la efeméride. En concreto, el acuerdo incluía la zona central y el patio como espacio de exposiciones relacionadas con el aniversario. Este traspaso era temporal y tenía como fecha tope el 31 de marzo de 2014, lo que no impidió que surgiesen extrañezas tras el rechazo del Gobierno autonómico a dar un uso cultural al espacio, como proponía el Ayuntamiento.

Mientras, como en una trama secundaria, los planes para que el edificio acogiese la Fiscalía seguían adelante y ya a finales de 2022 comenzaba la primera fase de la actuación prevista para su reconversión.

Finalmente, las obras se hicieron en una primera fase y solo se llegó a actuar sobre una pequeña parte (la zona delantera con fachada a Gran Vía), así que el Ministerio Público se mantuvo dividido entre Gran Vía y Caleta, una dejadez sobre la que cada año la Fiscalía muestra su malestar.

El cambio de propietario podría traer por fin la reforma integral de un edificio de 6.000 metros cuadrados de extensión, repartidos en cuatro plantas, además de un sótano donde se encuentran los aljibes y las dos cámaras acorazadas, que ocupa gran parte del subsuelo, convirtiéndos en una de las particularidades del inmueble que lo diferencian de otros pero que al mismo tiempo también condicionan su uso.

A lo largo de casi un siglo, esas cámaras han albergado dinero, documentos judiciales, y podrían haber albergado también obras de arte de haber seguido la historia otros derroteros. Lo que parece claro es que estas cajas fuertes, como el resto del edificio que las acoge, no han sido ajenas a la historia de la ciudad, y además de todos los elementos físicos que han tenido entre sus muros, también han albergado recuerdos e historias, a las que a lo largo de este año podría unirse una más, en caso de que lo que un día fue el Banco de España termine por convertirse en el edificio de referencia de la Diputación de Granada.

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