Carles Benavent, bajo eléctrico: “Las cosas que se hacen con corazón no se mueren con el tiempo”

El bajista referencia del flamenco y del jazz actual actuará en el cuarto concierto del 37 Jazz en la Costa Festival Internacional de Almuñécar

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El artista Carles Benavent en concierto
El artista Carles Benavent en concierto / Lorenzo Duaso
Rafael Marfil Carmona

25 de julio 2024 - 17:12

Granada/Turno, en el cuarto concierto del festival para Carlos Benavent, una referencia del flamenco y del jazz actual, formado profesionalmente con Paco de Lucía y Camarón de la Isla, pero también con el gran Chick Corea, que siempre estuvo atento a los esquemas musicales de nuestras raíces. La formación que trae es impresionante, incluyendo al saxofonista Jorge Pardo y al cantaor y bailaor Tomasito. No hay entradas desde hace tiempo. Conversamos con él. 

Pregunta.Hemos llegado a verle con Música Urbana en su momento. Esos discos mantienen toda su frescura casi 50 años después

Respuesta.Sí, demuestra que las cosas que se hacen con corazón no se mueren con el tiempo. Me ha pasado otras veces. Por ejemplo, con la primera colombiana que grabé con Paco de Lucía, un dueto de bajo y guitarra, y lo oigo ahora y es que lo haría igual.

P.Por cierto, ahora ‘Música Urbana’ le llaman a otra cosa muy diferente (risas)…

R.Aquello era por que nuestra vida era completamente en Barcelona, ahora son otras músicas muy distintas (risas).

P.Cuenta la leyenda que su pianista Amargós le puso aquel disco a Chick Corea y le pareció magnífico, pero que le comentó que para hacer discos así, previamente había que haber hecho fortuna… ¿Sucedió?

R.Es muy probable, porque nosotros no nos fijábamos en la moda o en lo que era comercial. Era la música que queríamos hacer, lo que nos llegaba, y fue un disco valiente, y él pensaría que no venderíamos muchos discos (risas).

P.Y Corea entonces estaba teniendo un enorme éxito con Return to Forever, precisamente. Al cabo del tiempo ¡estaba usted tocando con él!

R.Sí, fue una casualidad también. He tenido mucha suerte y me han caído las cosas encima. He tenido la suerte de estar lo suficientemente preparado como para poder aprovechar las ocasiones. Siempre le digo a los chavales, que deben tener las manos listas para subirse a los trenes cuando pasan, y agarrarse, porque a veces solo pasa una vez.

P.Repaso de memoria los antecedentes: MU, Crac, Máquina… y ¿no tenía ningún background flamenco?

R.No. Con Crac tenía 15 años y tocaba blues. Y es curioso, empecé con el bajo eléctrico porque quería ser guitarrista y pensaba, muy infantilmente, que por tener cuatro cuerdas sería más fácil, pero al querer ‘tocar’ la guitarra con el bajo, en vez de copiar al bajista lo hacía como los guitarristas, con púa. Y haciendo solos de guitarristas me salió una forma de tocar muy original, distinta a la normal, algo que me vino fantástico para luego. Por ejemplo, con Paco, enseguida empastamos juntos.

P.Y en eso llegó Paco...

R.El bajista de Dolores, el equipo base que cogió Paco, se fue a la mili, y Jorge Pardo y Rubem Dantas me recomendaron, me llamó, y aquello fue increíble, porque vi que había un camino infinito para seguir. Así empecé a tocar flamenco, con Paco, ¡empecé la casa por el tejado!

P.A Dylan le insultaron cuando metió guitarras eléctricas; a Morente le silbaron con Lagartija Nick y el ‘Omega’… Cuando apareció con un bajo eléctrico en los primeros conciertos con Paco de Lucía ¿cómo lo recibió el personal?

R.Bueno (risas)… Paco fue muy valiente. Hubo una anécdota muy divertida en un concierto de los primeros que hicimos, en Portugal, creo. Estaba allí un grupo de flamencos más tradicionales y, cuando salimos a hacer esa colombiana que te digo, un dúo entre los dos, solos en el escenario, le gritaban “Paco, el de la guitarra china que se vaya” (risas). Entonces Paco ya me presentaba así: “y a la guitarra china: Carles Benavent” (risas), y yo saludaba. Y así estuvimos un tiempo, era el cachondeo del grupo. A veces yo también digo que toco la guitarra china (risas).

P.Porque no había precedentes, la parte buena es que lo tuvo fácil, supongo, estaba todo por inventar…

R.Ha habido bajos de acompañamiento. Por ejemplo, el de ‘Entre dos aguas’, también Lole y Manuel tenían alguno. Pero con un bajo tan metido con la guitarra sí fui el primero. Se creó una manera especial y nueva. El grupo de Paco de Lucía fue algo nuevo y diferente a todo lo que había.

P.El sexteto de Paco, como los quintetos de Miles Davis, fueron equipos ganadores de mundiales, pero a nuestra generación nos marcó también mucho el trío de Max Sunyer, y ahí estaba usted…

R.Max también era, en aquella época, un avanzado. Le encantaban los pedales, y me contagió a mí el vicio (risas) de los pedalitos. Con Max empecé a tocar a trío pelado, te cansas más porque hay que dar más el callo, pero queda todo más separado. A veces, menos es más.

P.Por cierto, usted que lo vio de cerca ¿bajo las impenetrables gafas de Miles Davis qué había?

R.(Risas) Pues una mirada muy penetrante. Como la de Paco, cuando miraba serio… ¡cuidado! (risas). Con Miles toqué en Montreux, con Quincy Jones dirigiendo la Big Band, y en los ensayos, de pronto, apareció él, y se hizo un silencio absoluto; como si hubiera entrado Camarón en el Candela (risas). Hay una anécdota que nos contó Chick Corea: estando Coltrane hablando con Miles, le decía que tenía un problema, que cuando hacía un solo no podía parar, que no tenía límite y le costaba mucho parar… Y Miles le dijo: “oye ¿has probado a sacarte el saxo de la boca? (carcajada). A veces se lo digo a Jorge (Pardo) también.

P.Un amigo bajista me pide que le pregunte dos cosas, dada su pulsación electrizante con púa: ¿por qué eligió tocar así y no con la yema de los dedos? Y dos: ¿le veremos con el contrabajo?

R.Lo de la púa viene de cuando quería ‘tocar’ la guitarra. Y con el tiempo he ido picando más, porque la púa es pura percusión, como si tuviera una baqueta en la mano. En una época probé con los dedos, pero me di cuenta de que, como quería tocar, era percutiendo mis fraseos. El contrabajo lo tengo, estudié tres años en el Conservatorio. Le tengo mucho cariño y, alguna vez, lo uso en mi estudio, pero poco más, porque lo que yo quiero hacer no se puede con él. En su momento descubrí un bajo pícolo, que tenia una quinta cuerda y ganaba más tesitura en agudos, probé también con el cinco cuerdas, pero con la cuerda aguda ganaba más extensión, me permitía hacer acordes y tocar más cerca de la guitarra. Así es como toco.

P.“El trío” es el trío, y punto.

R.(Risas) El origen de “El trío” fue curioso, fue con un grupo mas grande que teníamos con cinco o seis músicos, Rubem (Dantas), la Chochi, el Bola etc, y una noche no podía venir nadie, estábamos los tres solos, y no sabíamos si suspender y cambiar la fecha o no, pero decidimos tocar los tres. Fue un reto ¿por qué no? E hicimos el mismo repertorio solos, y nos gustó tanto la sensación que decidimos seguir. Es muy directo el trío, tocamos en carne viva.

P.Hay que apostar por el apoyo mutuo: Jorge Pardo le acompaña en el concierto de Almuñécar ¿no?

R.Sí, y me hace mucha ilusión, porque es un sitio muy bonito, es precioso el parque donde se hace, y es un festival de excelencia. Además, vamos con Tomasito, Raynald Colom y Jorge, lo que es todo un lujo.

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