Chechu Ramírez, el granadino triunfador en la categoría de Mejor Corto de Animación: "Un día ganas el Goya y al siguiente es un día normal"
El dibujante motrileño subió al escenario con la réplica hecha por su madre de la muñeca de trapo que Alma, la protagonista del audiovisual ganador, lleva en la historia
Los diez momentazos de la gala de los Goya

Granada/En ninguna edición de los Goya había habido tantos granadinos en el escenario, algunos actuando y otros entregando premios. Aunque también era el año con más opciones a que los galardones que se entregaron el sábado en el Palacio de Congresos de la ciudad de la Alhambra saliesen debajo del brazo de algún paisano, finalmente solo uno de ellos consiguió premio. Cristalino sí pudo subir al escenario para cantar pero no para llevarse el reconocimiento a Mejor Actor Revelación. Tampoco se lo llevó a la mejor banda sonora Sergio de la Puente ni Mayte Cabrera por el sonido de La estrella azul o La Infiltrada. Pero sí que subió al escenario del Palacio de Congresos un Chechu Ramírez, miembro del equipo de Cafuné, que la Academia de Cine consideró el Mejor Corto de Animación. El dibujante motrileño no sólo participó en el proceso de creación, también firma el cómic en el que se basa, Y el mar recordó sus nombres. Tanto uno como otro cuentan la historia de Alma, una niña solitaria que revive su traumático pasado cuando su muñeca cae a la piscina, arrastrándola al naufragio de la patera del que fue la única superviviente.
El significado de la muñeca
Por eso Chechu Ramírez subió a recoger el Goya con una muñeca en sus manos, una réplica hecha por su madre de la que la protagonista de la historia lleva en sus brazos. "Mi madre, esta Navidad, sabiendo lo de la nominación a los Goya, estaba muy emocionada. Quería que llevase una representación de todas esas personas que se juegan la vida buscando una alternativa mejor y también de todas las madres que acompañan a sus hijos, estén físicamente o en el cielo. Se vino arriba, me lo comentó, y estuvimos sacando patrones. Ella la confeccionó para que me diese suerte y así fue", cuenta desde Pamplona, ciuedad en la que reside por trabajo desde hace años y a la que volvió el domingo por la tarde con el resto del equipo todavía con la euforia en el cuerpo.
La experiencia
Una experiencia tan emocionante para el granadino que le cuesta hacer memoria sobre lo sucedido. "Si soy sincero no recuerdo lo que pensé cuando escuché el nombre. Cuando dijeron que iban a entregar el premio al mejor corto de animación me quedé en shock, fui a decirle algo a Carlos Fernández de Vigo, el director, que estaba a mi izquierda, y escuché "Cafuné. Inmediatamente pegué un salto de alegría. Abracé a mis compañeros y a otra nominada delante mía y no recuerdo mucho más de la situación. Sólo sé que subí muy feliz y emocionado de conseguir este premio tan deseado. Es complicado de describir lo que se siente con palabras".
Él no tuvo la necesidad de decir nada porque en ese sentido la Academia impone un protocolo claro y la voz la tienen los directores, Ramírez dejó señales "a toda esa gente que me quiere, que me aprecia y que me ha seguido siempre". Entre ellas su novia Elena, para que mandaba besos con la mano de la muñeca y para la que dibujó el corazón que ha salido en la galería de fotos de los premiados. "Ella siempre ha estado a mi lado y es duro estar al lado de un artista porque tenemos trabajos un poco precarios, difíciles de llevar, mas la cabeza de los creadores siempre dando vueltas. Gracias ha ella he seguido siempre en pie y me hacía especial ilusión hacerle ese gesto. Gracias a mi familia y a mi novia estoy donde estoy, sin estar en ningún sitio a la vez, porque un día ganas un Goya y al siguiente es un día normal".
Trayectoria
Chechu Ramírez (Motril, 1988) se encuentra muy satisfecho por la recompensa que supone la guinda que supone el premio en la sólida trayectoria en la animación de Lorena Ares y Carlos F. de Vigo, ambos al frente los estudios Dr. Platypus & Ms. Wombat, empresa de la que forma parte el granadino. Su primer proyecto como codirectores fue el corto Amanece la noche más larga (2022), nominado al Goya, ganador de la Biznaga de Plata en el Festival de Málaga y preseleccionado a los Oscar. Carlos Fernández de Vigo también dirigió el largometraje Memorias de un hombre en pijama (2018), nominado al Goya y al Premio Platino, además de ganador del Premio Gaudí. Por su parte, Lorena Ares es conocida por su ópera prima Hanna y los monstruos (2023), nominada al Goya y al Premio Gaudí.
Varias de esas producciones audiovisuales ya contaron con el trabajo de Ramírez: en Amanece la noche más larga y Hanna y los monstruos colaboró como storyboard adicional. Su relación empezó el estudio cuando el motrileño se trasladó a vivir a Pamplona. "Yo había hecho la licenciatura en Bellas Artes en la Universidad de Granada y había ganado varios concursos de cómic, entre ellos uno que propuso mi amigo Paco Vílchez también sobre inmigración y del que fue autor del guion, pero totalmente distinto. Nos publicaron el cómic, Abdel, y pensamos que iban a surgir más oportunidades, pero la industria es complicada", recuerda Ramírez.
Entre esos concursos ganados también estaba el de las primeras ediciones de Ficzone, en este caso por un cómic de temática granadina: "Hice una historieta circular de la escultura de Colón e Isabel la Católica", comenta el dibujante, que durante un tiempo tubo que compaginar sus trabajos como dibujante con otros empleos. "Decidí salir de Granada y buscarme las castañas por otro sitio. Elegí Pamplona porque tenía una red de apoyo y unos amigos podía acogerme durante un tiempo. Un profesor de Bellas Artes, Manolo Vélez, me dijo que habían salido unas becas para prácticas en estudios de animación y por el tema de los incentivos fiscales habían venido muchos estudios a Pamplona. Decidí echar el currículum, me llamaron, empecé y fue enganchando tareas hasta que vieron Y el mar recordó sus nombres."
Al motrileño le parecía importante dar voz a esas personas pierden la vida intentando llegar a España y a otros países. Una idea inspiraa en parte por el trabajo de su novia, trabajadora social especializada en temas de adopciones. Aunque lo preparó para un concurso de cómic de temática marina que no ganó, el resultado fue algo aún mejor. "Cuando se lo enseñé a Lorena se le saltaron las lágrimas, se lo mostró a Carlos, que también se emocionó, y en seguida me comentaron la posibilidad de convertirlo en una pieza audiovisual. No gané el concurso porque la vida me tenía preparado realizar este cómic para los Goya, o quiero pensar así".
Además de responsable de la idea original, el granadino tiene un papel mucho mayor que el desempeñado en otras producciones de Dr. Platypus & Ms. Wombat: "Soy el storyboard principal, hice la animática (llevar a movimiento el storyboard, una especie de borrador de lo que va a ser el cortometraje), el Layout, que es como la puesta en escena. También animación adicional, concept art y el diseño de personajes junto a los hermanos Grangel: ellos hicieron Alma y Luna y yo el resto".
Eso también es decir mucho, porque Grangel Studio es un peso pesado de la industria que ha trabajado en grandes producciones de Hollywood para estudios como DreamWorks, Sony y Warner Bros. Entre sus logros destacan colaboraciones en títulos icónicos como La Novia Cadáver, Kung Fu Panda, Cómo entrenar a tu dragón, Spirit y Pinocchio, que obtuvo un Oscar.
La colaboración con Grangel Studio, liderado por Carlos y Jordi Grangel y Carles Burgès, fue clave en este proceso.
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