Una cinta de ciclistas

Mario Camus sale de un silencio de cinco años para presentar 'El prado de las estrellas', una historia de su tierra

Mario Camus, segundo por la derecha, junto a los actores del reparto.

11 de enero 2008 - 05:00

Mario Camus plasma su pasión por el ciclismo y por su tierra natal, Cantabria, en El prado de las estrellas, su última película. Alvaro de Luna, nominado por este trabajo a los Goya, protagoniza esta historia de "generosidad, amistad y entrega", que se estrena hoy en las salas, y que cuenta en su reparto con Marian Aguilera, José Manuel Cervino, Antonio de la Torre, Rodolfo Sancho y el joven debutante Oscar Abad, que también opta a los Goya.

Camus, director y guionista, explicó durante la presentación en Madrid de este filme, que tuvo la suerte de hacer la película que quería hacer, donde incorporar su pasión por el ciclismo y por la tierra. "El ciclismo me gusta mucho, soy gran aficionado. Es un deporte individual en el que se hace un esfuerzo terrible", afirmó el responsable de títulos como La colmena o Los santos inocentes.

La idea de escribir El prado de las estrellas surgió, además, porque como señaló el director, es costumbre en Cantabria ir caminando por cualquier carretera y ver algún ciclista, "da igual que llueva o haya niebla". Y esa imagen se quedó en la cabeza de Camus hasta que ahora la ha plasmado en un filme.

El prado de las estrellas cuenta varias historias que confluyen. Por un lado está Alfonso (De Luna), un sexagenario que dos días por semana va a visitar a una residencia a Nanda (Mari González), una vecina que se encargó de él cuando de niño perdió a sus padres, y que está empeñada en dejarle como herencia el prado de las estrellas.

En el geriátrico trabaja Luisa (Aguilera), una joven independiente, cuyo hermano, Martín es un gran aficionado al ciclismo. Con la ayuda de Alfonso y Tasio (Cervino) el joven se convertirá en una promesa del ciclismo.

"El ciclismo es fantástico, es una épica de las buenas", afirmó Camus, quien no ha querido reivindicar la limpieza de este deporte frente a los actuales casos de dopaje. "No pensé en ese maltrato que se está dando al ciclismo. Más bien quise hacer una historia de generosidad, amistad y entrega", precisó.

Para el joven Oscar Abad, que a los cinco años se subió por primera vez a una bici y desde entonces no lo ha dejado, igual que el personaje ficticio que creció en la imaginación del director cántabro, el ciclismo está pasando por "tiempos oscuros" pero gracias al filme de Camus "se muestra su cara amable y los valores que representa".

Alvaro de Luna, por su parte, destacó el trabajo "minucioso" de Camus en esta película. "Sabe lo que quiere contar, no es preciosista y usa la precisión", matizó el actor. Camus ha tardado casi cinco años en realizar una nueva película. Achacó este parón a "cosas de la edad". "Uno ya no lucha demasiado y entre una película y otra ya no estamos tan solicitados. Y cada vez seré menos frecuente", agregó el realizador. "Ya no subo los grandes puertos. Ya no tengo apreturas ni prisas", concluyó. El director dijo que se había querido tomar con tranquilidad este nuevo , sin sentirse presionado por las necesidades de la industria cinematográfica.

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