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Mala Rodríguez, rapera
Granada/–¿Habrá este sábado en el Bull Festival algún adelanto de su próximo trabajo, Amor y odio?
–Estoy girando aún con mi trabajo de 2020, Mala. El nuevo álbum saldrá pronto -aunque todavía no tengo las fechas- porque está casi terminado.
–Aunque hay que esperar, sí ha habido ya un pequeño anticipo...
–Cierto. Era un concierto muy especial en un museo de Barcelona. Hicimos sólo un adelanto en un concierto en streaming para una plataforma digital. Catamos una canción, pero todavía no se ha editado.
–Después de tanto streaming, la vuelta a no ya a los escenario sino a los festivales para reencontrarse con los compañeros con los que lleva tantos años coincidiendo, como SFDK, ¿qué supone?
–Eso es lo mejor. Bueno, lo primero el público, que es lo más importante: que se sienta cómodo, en su salsa. Además de SFDK, Ayax y Prok, Recycled J... Todos esos artistas somos una familia. Y el Festival en sí, todos estábamos desando poder volver a trabajar y compartirlo. Era tan necesario...
–Empezó muy joven, con 19 años dejó Sevilla y se fue a Madrid. Alguna vez se ha retirado de la música por periodos más o menos largos, como el que pasó en Estados Unidos. ¿Qué ha diferenciado este parón impuesto de otros voluntarios?
–Eso, que ha sido una retirada impuesta y no cuando tú decides cambiar el paso. Yo me considero una escritora y una persona que le gusta vivir experiencias. Muy diferente es mudarse a otro sitio a ver qué le depara a uno el destino algo así, que un asunto global te impida salir de casa. Yo los primeros meses de confinamiento lo pasé fatal. Muy, my mal.
–Lo ha pasado en Barcelona con sus hijos, su actual lugar de residencia. ¿Por qué eligió esa ciudad y no Sevilla o Madrid, donde ha vivido tantos años?
–Cuando yo me vine aquí estaba mi manager y tenía más oportunidades de trabajo. Luego... mis niños ya son de aquí. Hija, en esta vida uno no decide nada, la vida es la que te va llevando y uno se acomoda a lo que va pasando.
–En esa faceta de escritora en la que se ha estrenado con Cómo ser mala, hace memoria de su vida. Esos inicios fuera de casa y con varios cambios incluso de sellos discográficos para su primer trabajo. ¿Los recuerda duros?
–Recuerdo que estaba bastante sola. Sólo me tenía a mí y una ideas claras de lo que quería hacer. Y no he cambiado hoy en día. Sigo sintiendo que en esta vida lo que importa es que una mujer tenga determinación, tenga fuerza, una ilusión... Y tenga coño de ir a por ello. Las cosas no han cambiado. Ahora parece que las mujeres pueden gritar por la calle y todo eso... pero no sé lo que queda todavía por lograr.
–En ese sentido, como mujer en un mundo tan masculino como el del rap, fue una pionera del empoderamiento femenino que ha venido después.
–Me considero un referente para otras muchas que han venido detrás de mí. Por supuesto. Es lo normal. Entiendo que otras mujeres hayan podido decir “pues ella lo ha hecho”, y eso les ha dado poder, les ha dado ánimos. Todas las mujeres necesitamos referentes en los que mirarnos. Por ejemplo, si yo veo una jueza que está partiéndolo digo pues yo puedo llegar a ser jueza. Y si veo una mujer que va al espacio, pienso que eso puede ocurrir. Tenemos que ver mujeres en sitios y haciendo cosas.
–En el libro hay muchos referentes femeninos, entre ellos su madre, resiliente sin necesidad de terapia.
–Imagínate. Ella me tuvo muy jovencita y le tocó lidiar con una sociedad muy antigua y muy machista. Y los tiempos van lentitos. Yo por suerte he crecido sin límites porque mi madre me ha dejado ser y me ha dado alas.
–¿Trata de inculcarle eso a sus hijos?
–Lo más importante es que tengan las herramientas para ser felices. La misión es que lo consigan y para eso hace falta tener la cabeza muy bien amueblada, porque hay muchos mensajes erróneos y mucha basura por ahí.
–Su próximo trabajo como escritora, ¿es una novela erótica ambientada en Sevilla?
–Tengo muchos proyectos. Me preguntaron qué me gustaría escribir y dije eso pero hay muchas cosas que me inspiran y muchas que quiero a hacer. Comento en lo que me pongo a trabajar pero no puedo parar quieta.
–También está ahora escribiendo una serie de televisión.
–Sí, una amiga y yo tenemos un pequeño proyecto y ya se está moviendo. Prefiero no adelantar mucho todavía pero, si se te da bien algo, como escribir ficción, no te tienes que limitar. Hay que aprovechar el tiempo y fluir.
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