Correcta ilustración de una obra maestra de la literatura popular

El conde de Montecristo | Crítica

Pierre Niney, en la nueva versión de 'El conde de Montecristo'.

La ficha

*** 'El conde de Montecristo'. Drama / Aventuras, Francia, 2024, 178 min. Dirección: Matthieu Delaporte, Alexandre de La Patellière. Guion: Matthieu Delaporte, Alexandre de La Patellière, basado en la novela de Alejandro Dumas. Música: Jérôme Rebotier. Fotografía: Nicolas Bolduc. Intérpretes: Pierre Niney, Pierfrancesco Favino, Oscar Lesage, Anaïs Demoustier, Anamaria Vartolomei, Laurent Laffite.  

Desde su publicación por entregas en 1844 y 1845, El conde de Montecristo ha sido una de las novelas de aventuras más leídas, admiradas y -lo que es quizás más importante- amadas de la historia. Hasta ocupar ese a la vez incierto y seguro lugar que la literatura popular alcanza cuando lo escrito rápidamente -hasta con ayuda externa- para ganar dinero a tanto la línea se convierte en un clásico. Nunca ha dejado de editarse y de adaptarse a otros medios. El propio Dumas y su negro Auguste Maquet hicieron las primeras adaptaciones teatrales en tres obras estrenadas en 1848 y 1851, presentadas en Londres y Nueva York en 1868 y 1869.

El cine se apropió de ella por primera vez en 1908, cuando aún ni había ultimado su lenguaje, en tres versiones simultáneas rodadas en Estados Unidos por Francis Boggs, en Francia por Victorin Jasset y en Italia por Luigi Maggi y Arturo Ambrosio. Tras ellas fue adaptada 21 veces al cine, siendo las más notables las de Rowland V. Lee con Robert Donat (1934), Albert Valentin con Pierre Brasseur (1948), Robert Vernay con Jean Marais (1954, la de mayor éxito en Francia) y Kevin Reynolds con Jim Caviezel (2002). Aunque las que pasan por ser las mejores versiones son televisivas y ambas francesas: la de Dennys de La Patellière interpretada por Jacques Weber (1979) y la de Josée Dayan interpretada por Gerard Depardieu (1998). Sin olvidar, entre nosotros, el serial de TVE dirigido por Pedro Amalio López e interpretado por Pepe Martín (1969).  

Ahora esta novela contra la que nada pudieron el desprecio hacia la literatura popular ni el paso del tiempo, vuelve a ser llevada al cine por un hijo de aquel Dennys de La Patellière (1921-2013, un artesano que alcanzó con Un taxi para Tobruk su mayor éxito internacional) que realizó para la televisión, en seis episodios de una hora de duración, la considerada más fiel versión de la novela de Dumas. Alexandre de La Patellière, guionista, dramaturgo, productor y realizador, la ha codirigido con Mathieu Delaporte, con quien forma desde 2006 pareja creativa en televisión (El principito) y cine como guionistas y/o realizadores (Renacimiento, La jungle, El nombre -enorme éxito con varias versiones-, 22 balas, Un gran desconocido, Lo mejor está por llegar). Juntos escribieron el guión de las dos entregas de Los tres mosqueteros dirigidas por Martin Bourboulon y juntos escriben y codirigen esta nueva incursión en el universo Dumas abordando la que se considera su obra maestra, siguiendo el plan de producción que podría llamarse Operación Dumas (de rescate del cine popular francés de gran formato) diseñado por Dimitri Rassam, productor de las tres películas.

Es una correcta adaptación hecha al gusto del público actual -pero sin incurrir en anacronismos y vulgaridades temáticas o estilísticas- con unos grandes medios que le dan una rotunda, incluso maciza, presencia de gran producción armada para la competencia internacional con los taquillazos de verano, y un gran despliegue de jóvenes estrellas del actual cine francés que con sus interpretaciones son lo mejor de la película. Pero a la que le falta esa fuerza dramática que corta el aliento que hizo inmortal la novela que se obligaba a tener al público enganchado de una entrega a otra. 

Es una correcta adaptación hecha al gusto del público actual, pero sin incurrir en anacronismos y vulgaridades

Quizás han confundido fuerza con grandilocuencia visual. Quizás han confundido respeto al texto original con sumisión de ilustradores. Lo que no impide que el resultado sea más que correcto y muy entretenido pese a sus tres horas de duración. Tiene su mayor valor, además de en las interpretaciones y en la espectacularidad de las imágenes, en servir de respetuosa (hasta el exceso) introducción de quien no lo haya leído al universo Dumas . Como si fuera una de esas ediciones ilustradas para adolescentes o una versión abreviada de las más de mil páginas de la novela. 

Buen cine comercial de entretenimiento -también la novela era literatura comercial de entretenimiento, pero superó esos límites-, al elegir la ilustración levemente actualizada demostrará su eficacia si, además de entretener y triunfar en taquilla (en Francia lo ha conseguido con más seis millones de espectadores disputando la cabecera a Deadpool y Wolverine), logra que los espectadores que no lo hayan hecho lean la novela. Como si fuera un aperitivo que les ha abierto el apetito lector. 

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último