Crece el idilio entre Art el payaso y su público
TERRIFIER 3 | CRÍTICA
La ficha
** 'Terrifier 3'. Terror, EE UU, 2024, 125 min. Dirección y guion: Damien Leone. Música: Paul Wiley. Fotografía: George Steuber. Intérpretes: David Howard Thornton, Lauren LaVera, Chris Jericho, Margaret Anne Florence, Samantha Scaffidi.
Lo más interesante de esta película es preguntarse a quién y por qué puede interesarle este sangriento festival de mutilaciones y otras formas de producir dolor o matar sin atractivos argumentales, y no digamos de estilo, añadidos. Damien Leone, su director y guionista -se dice que debe su nombre a la fascinación de su madre por el demonio niño de La profecía- tras una breve estación en el cine de terror de serie Z (La víspera de Halloween, Frankenstein vs. la momia) pegó en 2016 el pelotazo de taquilla -mínimo presupuesto, grandes ingresos- con Terrifer y el payaso asesino, sádico y psicópata Art que ya había presentado en un cortometraje.
Nada nuevo en el universo gore o slasher (¿estará explotado el dichoso payaso asesino?). Más de lo mismo. Pero, eso sí, mucho más de lo mismo: más sangre, más crueldad, más humor rojo. Y menos argumento. ¿Para qué? Una especie de pureza del efecto sanguinolento despojado de cuanto se pueda llamar cine. La película vagón del túnel de feria del horror perfecta.
Descubierto el filón, Damien Leone repitió -cada vez con más presupuesto, aunque siempre con cifras ajustadas si se comparan con sus ingresos- en 2022 con Terrifier 2 y ahora con Terrifier 3. ¿Para qué complicarse la vida? La primera dio mucho dinero, la segunda mucho más y la tercera las está superando. Nada se le puede reprochar, porque todo se hace calculada y deliberadamente para satisfacción de su público creciente, tan poco exigente de argumento en su demanda como Leone en su oferta. Se conocen bien. Y un pacto es un pacto. No hay errores, sino estrategia. No hay limitaciones de guión o de estilo, sino una película cortada a la medida de lo que los fans del payaso Art esperan de él. Con el bonus extra de una siniestra partenaire. La primera entrega costó 35.000 dólares y recaudó un millón. La segunda costó 250.000 y recaudó 15 millones. Y la tercera ha costado dos millones y lleva recaudados más de 55. Evidentemente se equivoca quien la critique negativamente. ¿A qué entrometerse en este idilio entre Art y su público?
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