Elegancia, espectáculo y profundidad vocal

La música del cierre del festival se percibió como una gran banda sonora

Lección de mestizaje y duende

Profundidad y lirismo entre brumas

Concierto de Mario Biondi en el 37 Jazz en la Costa Festival Internacional de Almuñécar / Rafael Marfil Carmona
Rafael Marfil Carmona

29 de julio 2024 - 17:17

MARIO BIONDI & THE BAND

Mario Biondi, voz

Massimo Greco, piano

David Florio, guitarra, flauta y percusión

Massimiliano Laganà, bajo y contrabajo

Fabiano Petrullo, saxofón; Fabio Buonarota, trompeta

Enrico Santangelo, batería

Fecha y lugar: domingo, 28 de julio, Parque El Majuelo, Almuñécar.

El último concierto del festival, para el grupo de abonados y para los que lo frecuentamos desde hace tantos años, suena al final de verano que cantaba el Dúo dinámico o, si se quiere, Danza Invisible. Agosto ya es otra cosa. Se parece más a un domingo, mientras julio es todavía un sábado. En julio hay esperanza de enderezar el verano. El cierre de Jazz en la Costa, a cargo del impresionante crooner italiano Mario Biondi, no pudo ser mejor. Corto para unos, extenso para otros, pero quién puede quejarse de un fin de programa así. Es la gran voz europea del soul. El jazz se sustentaba en una banda que unía entusiasmo y calidad, dos ingredientes imprescindibles para que su música hiciera que la noche fuera memorable.

Biondi recuerda en su sonido a Barry White, y se mueve por el escenario con estilo, oficio y cierta humildad, lejos de poses recargadas de otros cantantes, aunque tiene las suyas. Explicó las cosas, habló de amor, que es para lo que se inventó el canto, para expresar lo que oculta torpemente el corazón. Y, en ese proceso de comunicación, tal y como afirmaba otro Mario, que bailó al fondo gran parte del concierto, demostró su capacidad para conectar con el público. Y la música sonaba con una contundencia y un sentido armónico excelente, en esa línea de arreglos que recuerda, como señalaba Juan Jesús García, a “Vacaciones en el mar”, la serie de televisión en la que siempre parecía que era julio. Si usted lee esta crónica y no sabe a lo que me refiero, debe disfrutar de su juventud.

Concierto de Mario Biondi en el 37 Jazz en la Costa Festival Internacional de Almuñécar / Rafael Marfil Carmona

Pero esa profunda dulzura no debe llevar a engaño, ya que hubo varios músicos que se tomaron muy en serio su papel en la jam session, recorriendo unos coros de improvisación para enmarcar. Merecen una mención especial Fabio Buonarota; a la trompeta y fliscorno; junto al sonido del saxo tenor de Fabiano Petrullo, dos músicos a tener muy en cuenta en el jazz europeo de los próximos años. Por su parte, la manera en la que emergía David Florio con percusión, flauta o guitarra nos hace pensar en lo que son las altas capacidades en la música. Impresionante la sección rítmica, clave en todo el proceso, aunque el pianista Massimo Greco trabajó más el sustento armónico que las apariciones en ruedas de improvisación, acotadas siempre en favor del espectáculo.

En todo eso, Biondi lideraba ese enorme torrente musical, con una precisión técnica también digna de mención. Estándares como My favorite things; Cantaloupe Island, de Herbie Hancock, o My Girl, marcaban lo que iba a ser la tónica general, que iría derivando hacia Brasil, en una franja final más bailable, pasando por Fool for your Love, del propio Biondi o Alfie, adaptada desde la composición original de Burt Bacharach y Hal David.

El director del festival, Jesús Villalba, recordó que ese tema promocionaba la película de los años sesenta, del mismo nombre, basada precisamente en el glamur del personaje interpretado por Michael Caine. Hay que prestar una atención especial a la conexión cinematográfica de este tipo de géneros musicales, ya que el concierto del cierre del festival se percibió como una gran banda sonora, incluido el viaje por clásicos de Río de Janeiro, interpretados con una combinación de respeto y espectáculo. De todos los momentos, quizá el Ain't No Sunshine de Bill Withers. Y, de todo el festival, nos dimos cuenta de lo magníficos que habían sido los trasnoches, hasta el sábado, de la agrupación Costa Jazz Quartet, liderada por Jesús Mata. El jazz es una de las manifestaciones vitales más profundas. El Majuelo ha sido testigo durante casi cuatro décadas. 

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