"A mí me da coraje que me llamen flamenca; yo canto gitano y soy gitana"

Entrevista Dolores Agujetas | Cantaora

La artista jerezana, una gran voz de la saga Agujetas, protagonizará esta viernes la primera velada del Festival de Ogíjares junto a La Tana y Miguel de la Tomasa

La cantaora Dolores Agujetas (Jerez de la Frontera, 1960), en una imagen de archivo. / G. H.
Isabel Vargas

04 de septiembre 2020 - 01:00

Granada/No hay artista española que cante con más pellizco y sentimiento que Dolores de los Santos Bermúdez (Jerez de la Frontera, 1960), más conocida como Dolores Agujetas. La andaluza lleva en la sangre esa manera feroz, salvaje, intensa y anárquica de cantar. "Una vez desaparecido el patriarca Manuel, la jerezana resulta una figura totémica dentro de la estética Agujetas", escribió el crítico Juan Vergillos al verla en un concierto a principio de año. La cantaora supo que quería dedicarse a esto, dice, “desde siempre”. "Una se emperra y piensa que viene de tu sangre, de tu raíz", explica al otro lado del teléfono tras un ensayo.

Para ella, el cante de su padre era "lo máximo". También menciona a Manuel Torre, Antonio Mairena y Fernanda y Bernarda de Utrera como sus principales influencias. "Si te sigo diciendo nombres te puedes quedar dormida", suelta entre risas. De joven también le gustaba Las Grecas, Camarón y Los Chichos. Ahora se pone más música clásica, ópera, zarzuelas y coplas. "Con la edad que tengo lo que quiero es tranquilidad, que vengan muchos conciertos y que se vaya la pandemia", zanja mientras suelta una sonora carcajada. Esta noche protagonizará la primera de dos veladas en el Festival de Ogíjares junto a La Tana, Miguel de la Tomasa, Miguel Salado, El Perla y Juan Ramón Caro.

-En primer lugar, ¿cómo ha pasado estos meses de incertidumbre por la pandemia?

-Mi familia está bien y yo no salgo de casa.

-Lleva desde principios de año sin actuar. ¿Una siempre tiene ganas de subir a un escenario a pesar de las circunstancias o de su estado de ánimo?

-Tal como están las cosas sí porque hay que llenar la nevera. Aunque ahora hay pocos conciertos o ninguno. Tenía dos o tres bolos y conforme llegó el bicho se cancelaron. Nos tienen aterrorizados. Con la cultura se están cebando y es muy segura. Esto hay que que sacarlo pa'lante. A ver si termina esto porque no es normal. Hay muchas criaturas que están sin trabajo. Si no mejora la situación va a ser una ruina. Vamos a terminar vendiendo mascarillas.

-Dejó a un lado su carrera artística para criar a seis hijos. ¿Le costó mucho tomar esa decisión o fue algo natural?

-Bueno, cuando me salía algún concierto tenía que cargar con ellos. Ha sido difícil. De todas maneras, ya lo he superado y se han hecho mayores. Ahora son peores porque pasan fatigas.

-Lleva a cuestas otra cruz: pertenecer a la saga Agujetas. ¿Los antecedentes familiares le animaron a dedicarse a ello o la limitaron?

-Claro que me anima. Me anima venir de donde vengo, de la raíz de mi padre. Estoy orgullosa de ello. No me gustaría que esto se perdiera a cuenta de la pandemia. El apellido lo llevas a cuestas y pesa, pero bueno qué vamos a hacer.

-¿Cómo era su padre en la intimidad? ¿Fue buen padre?

-Como padre era un poquito bruto, muy gitano y muy suyo. En la intimidad era... Peligroso (ríe). Me llevó muchísimas enseñanzas de él. Mi padre siempre ha estado trabajando y cuando lo teníamos un día o dos en casa disfrutábamos bastante. Yo, que soy la mayor, he aprendido bastante de él. No sé si lo habrá conocido en persona, pero si me ve pensará: "Eres un estampa de él".

-¿Cómo fue la grabación de Mujerez junto a Juana la del Pipa y La Macanita?

-Eso fue un espectáculo muy bueno. Ellas son unas fenómenas y dos pedazo de artistas. La pena es que acabara así radicalmente. Se hicieron dos o tres conciertos y lo dejaron. Me gustaría volver a actuar con ellas. Nos lo pasamos muy bien juntas.

-Hace cuatro años graba su primer disco en solitario, Agujeta cantaora. ¿Como el directo no hay nada en el flamenco?

-Puede ser. Un directo es más natural.

-No entiende de discográficas ni de objetivos de ventas. ¿El buen arte se publicita solo?

-Sí, claro. Aunque yo de eso (el marketing) entiendo menos que una papa. Yo todavía no he sacado ningún disco con alguna casa discográfica porque nadie tiene para pagar un disco. Nadie tiene dinero para pagar porque en internet se bajan toda la música que quieren. Cuando me apetece grabar un disco me ayuda mi marido y queda en casa. Lo voy vendiendo poco a poco.

-Así decide qué palos cantar, con quién. Tiene libertad.

-Yo tengo libertad porque nadie puede cambiar mi cante (ríe).

-Ahora se discute mucho sobre la apropiación cultural.

-A mí me da igual. No tengo problema con ese tema. Sé que las letras que hay en el mundo son del pueblo. Me gusta como cantaban los antiguos. A mí me gusta mi padre sobre todo. Para mí era el mejor sin despreciar a nadie. En mi casa no creo que se pierda este cante. Tengo seis hijos y 11 nietos.

-Su hijo, Agujetas chico, también se dedica a la música. ¿Tienen futuro las nuevas generaciones flamencas de la familia?

-Es un monstruo, un fenómeno. Poco a poco porque es muy joven y ya le llegará su hora.

-La cantaora María Terremoto me dijo que "si uno quiere escuchar flamenco no se pone Rosalía, se pone a Dolores Agujetas". ¿Está de acuerdo?

-Cada cual se pone lo que le apetece. Artistas hay bastante y los que llegan a la copa hay que decir que son los artistas. Pero es marketing. Yo me quedo con Dolores Agujetas (ríe). Al que canta flamenco se le llama flamenco, pero en realidad a mí eso me da coraje. Yo no soy flamenca, yo canto gitano y soy gitana.

-¿Esa es la base de su arte?

-Sí. Para mí es la base: cantar gitano y ser gitana.

-¿Piensa que el flamenco no tiene dueño ni color ni raza?

-El flamenco lo hace todo el mundo que puede y que tiene tono. Se entrena escuchando a mucha gente, practicando y ensayando, aunque a mí me gusta poco ensayar. Me gusta el cante de todos los más grandes. Hay muchísimos. Yo lo llevo en la sangre. Tengo ese salvajismo y he heredado esos cantes de mi abuelo y de mi padre. Eso sí, todo el mundo tiene derecho a aprender. He dado clases en Japón y en seguida cogen y cantan mejor que nosotros.

-¿Este arte tiene futuro en España?

-Claro. Hay tantísimos flamencos y cada día salen más. Si tuviera que elegir, respetando a todos, me quedaría con el cante de Lebrija, la bulería de Jerez y el cante de mi padre.

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