"Es un verdadero orgullo ayudar a abrir la brecha en el cine de género"

Entrevista Macarena Astorga | Directora

La realizadora malagueña estará este sábado en Almuñécar rodando algunas de las últimas escenas de su ópera prima, 'La casa del caracol', protagonizada por Paz Vega y Javier Rey

Macarena Astorga (Málaga, 1970) dirige a Javier Rey durante el rodaje de 'La casa del caracol'.
Macarena Astorga (Málaga, 1970) dirige a Javier Rey durante el rodaje de 'La casa del caracol'. / Dani Medina
Isabel Vargas

21 de agosto 2020 - 23:06

Granada/En el pueblo de Macarena Astorga, Archidona (Málaga), había un cine como el de la película Cinema Paradiso. Allí pasó muchas horas durante su infancia y su adolescencia. "Cuando salía de ver las cintas quería hacer eso, lo que acababa de ver ahí. Es vocación. No pedía muñecas, pedía cosas tecnológicas", recuerda entusiasmada. Desde entonces, la realizadora no ha perdido la vocación. Cortos, documentales, videoclips. La artista ha perseguido su sueño contra viento y marea. Este año, se concentró de lleno en su carrera como directora al pedir una excedencia en el instituto donde ha dado clases de imagen y sonido durante 20 años.

Se disponía a filmar su ópera prima, La casa del caracol, cuando llegó la pandemia. Meses después ha retomado el rodaje del filme, cuyas últimas escenas se harán hoy en el Paraje de Cerro Gordo, en La Herradura, bajo estrictas medidas de seguridad e higiene. "Mis alumnos me dicen: 'Maca, estamos viendo que los sueños se cumplen si se lucha'. Que yo sea una referencia para ellos es una satisfacción tremenda", asegura al otro lado del teléfono en un hueco entre toma y toma.

-En primer lugar, ¿qué tal está después de estar confinados tres meses?

-Ahora estoy muy bien. Feliz y contenta porque estamos llegando a la meta de un objetivo que nos propusimos en el mes de marzo, cuando íbamos a arrancar la preproducción. De repente se declaró el estado de alarma. Fueron momentos muy complicados porque venía de pedirme una excedencia de mi instituto donde he estado dando clase 20 años. De pronto, justo cuando me la concedieron, me vi con todo el problema de la pandemia. Se paralizó todo y mi vida también. Fueron momentos de mucha incertidumbre y lo pasé francamente mal porque me vi sin mi trabajo de toda la vida y sin rodar. Gracias a dos productores valientes y profesionales que han sido capaces de decir "vamos hacia delante" estamos a punto de terminar el rodaje.

-Justo habla de la excedencia. ¿Qué le animó a tomar esta decisión tan arriesgada?

-Fue una decisión muy complicada y también valiente. Para nada ha sido fácil. La consensué con mi familia. La excedencia conllevaba una penalización. El irte de excedencia siendo funcionaria, salirte del sistema, por interés particular, conllevaba una pérdida de plaza en mi centro. La vida te da oportunidades y que hay que agarrarlas y subirte al tren.

Otra imagen de Astorga junto a Paz Vega y Javier Rey durante el rodaje de su primer largometraje.
Otra imagen de Astorga junto a Paz Vega y Javier Rey durante el rodaje de su primer largometraje. / Dani Medina

-Rodar su primer largometraje, La casa del caracol, supone "la consecución de un sueño" por el que ha luchado "muchísimo años". ¿Qué ha sacrificado hasta llegar aquí además de perder su plaza en el centro donde daba clase?

-Muchísimo tiempo, dinero y energía. He dejado de pasar tiempo con mi familia por estar rodando cualquier documental, videoclip o corto. Amas lo que haces y no te pesa. Ahora mismo que estoy a punto de terminar, que he trabajado más duro que en todo mi vida porque ha sido un rodaje complicado, no siento que esté cansada. Estoy feliz. Eso se llama tener pasión por lo que haces.

-Se ha subido al tren del cine en un momento complicado. ¿Cómo está siendo rodar en mitad de una pandemia?

-El rodaje está siendo como La casa del caracol, inquietante (ríe). Somos un equipo de entre 80 y 100 personas. Las medidas nos obligan a hacernos test serológicos periódicamente. Cada vez que toca pasamos un día regular. Estamos pendientes de los resultados. Si hay un positivo se paraliza la maquinaría. Imagínate. Luego llevamos las mascarillas con esta calor en Málaga. Para mí ha sido un aprendizaje en todos los sentidos. Esta siendo una película compleja porque hay muchas localizaciones, muchos personajes. Encima las medidas anticovid. Se trata de adaptarse. Las personas estamos preparadas para adaptarnos a cualquier situación y tirar para adelante.

-La película está basada en la novela homónima de Sandra García Nieto, a su vez guionista. ¿Había leído antes el libro? ¿Conocía a la autora?

-La novela no la he querido leer. Simplemente los productores contactan conmigo porque andan buscando un directora novel andaluza. Tenían varias referencias y me pasaron un guon. Empecé a trabajarlo, le pasé mis notas. Hubo feeling y dijeron pues pa'lante. Agradezco a los productores que me hayan escuchado y hayan incorporado algunas cosas que pedía.

-¿Qué es lo que más le atrae de la historia? ¿Algún personaje o alguna de las tramas?

-Me atrae todo, sobre todo que me hayan ofrecido hacer cine de género. Me ha gustado mucho el cine fantástico y de terror desde pequeña. He podido meter algunos guiños de películas que han crecido conmigo. Todos los personajes son interesantes y tiene algo que contar. No hay nada gratuito en la película. Estoy súper contenta de hacer cine de género y que a las mujeres nos den la oportunidad de contar este tipo de historia es genial.

-En este filme hay muchas mujeres: en la dirección, en el guion, en la producción.

-La montadora y la jefa de sonido son mujeres. Es un equipo estupendo. Estamos aquí y podemos hacerlo todo igual que los hombres. He tenido mucha suerte en general con el equipo. Ha habido momentos difíciles en el rodaje. Venía de rodar cortos y documentales. Tantas horas, tanto tiempo y con las medidas.

-He visto su trabajo Mujeres que dicen acción, donde una joven Icíar Bollaín criticaba que el cine dirigido por mujeres se viera en esa época, en los 90, como "una cosa estrafalaria, venida de Marte". ¿Ha cambiado mucha la situación de la directoras española en la actualidad?

-Me gustaría contestarte que ha cambiado. La situación ha mejorado, pero queda mucho por hacer y camino que recorrer. Debemos romper ese techo de cristal. Tiene que haber mayor presencia de mujeres en las candidaturas de premios, en jurados y en festivales. Estamos aquí y somos un montón. Se trata de igualdad. Estamos uniéndonos en asociaciones de mujeres.

-Me dijo Cecilia Bartolomé en una entrevista que "a día de hoy, todavía resulta exótico ver a una tía al mando del equipo de cine".

-Sí. Hay que normalizar. No hay mujeres que hagan cine de terror o fantástico. Ahí están Bayona, Guillermo del Toro. Mujeres no hay. Es un verdadero orgullo ayudar a abrir la brecha. Tengo muchas compañeras que les encanta dirigir cine fantástico, de terror o ciencia ficción. Podemos hacer cine de género al igual que podemos hacer comedia o musicales. Se trata de que nos den la oportunidad. Agradezco a Marilú Gutiérrez y Álvaro Ariza por haber pensado en una mujer para hacer una película así. Eso parte de los productores y manda un mensaje claro: las mujeres también podemos hacer cine de género.

-¿La política de cuotas ayudaría a combatir la desigualdad?

-Sí. Los números no engañan. Te miras el último informe de CIMA o de ASMA y los números dan escalofríos. Hasta que esos números no estén igualados las cuotas son necesarias. No sólo las mujeres como directoras debemos dar un palmetazo en la mesa y hacer películas donde las mujeres mayores de 40 años hablen y cuenten cosas interesantes, sino también los hombres. Que los hay. La vida de una mujer no se acaba a los 30. Mira Gracia Querejeta o Icíar Bollaín con La boda de Rosa. Hay películas maravillosas con personajes femeninos mayores de 40 años. Si miras datos, las mujeres están en peluquería, maquillaje, producción, vestuario. Pero hay mucho más departamentos. Hay que seguir luchando por cambiarlo.

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