Nunca te sueltes | Crítica
No te sueltes cuando el mal acecha
Entrevista
No hay nada que identifique más el año nuevo que un concierto de música clásica, no hay nada más representativo de esos conciertos que los vals vieneses y no hay nadie que identifique más esa música en la capital que Mariola Cantarero (Granada, 1978). La soprano, que creció musicalmente en Austria, ofrece el próximo 2 de febrero un concierto de año nuevo en el Manuel de Falla que lleva por título De Viena a la España castiza, bajo la dirección de Ricardo J. Espigares y en compañía de la Orquesta Filarmónica de Granada.
Sobre las tablas del auditorio, se interpretarán músicas tradicionales del país del Danubio, pero también otras más 'castizas' como la zarzuela La del manojo de rosas o Vals de Angelita, estableciendo así un puente musical entre ambos países, pero también, como reconoce Cantarero entre risas, con su pasado.
¿Cómo vive la Navidad una persona que ha actuado en escenarios de todo el mundo?
La verdad es que con mucha ilusión, porque el hecho de que me ofreciesen este concierto ha sido la excusa para quedarme en casa (risas). Este año me he podido quedar por aquí y pasar estos días con la familia, eso es sensacional.
Actúa en el Falla, que siempre ha respondido bien a sus conciertos, igual que cualquier acto en Granada. ¿Se siente profeta en su tierra?
Siempre. Desde pequeña me he considerado profeta, siempre me han tratado bien, el público me ha ayudado, me ha apoyado, la ciudad me ha mostrado siempre su cariño. Llevo cantando desde que tengo uso de razón y la ciudad me ha acogido con amor y la siento como mi casa. Además me siento profeta en las instituciones, sin importar el color político siempre me he sentido valorada, eso lo tengo que decir alto y claro y espero que siga así.
Este verano participó en el IV Curso Internacional de Canto que lleva su nombre, ¿cómo ve las nuevas generaciones?
Las cosas están cambiando mucho no solo a nivel social sino también en el mundo de la lírica. Hay unas maneras distintas de encarar las carreras y yo no soy la única que estando en activo dedica una parcela de su tiempo a dar clase. El hecho de hacer un curso es porque yo a Granada la amo y quiero intentar mantener esa parte lírica, porque sé que hay un publico amplio y hay una cantera de voces importantes y necesitan guías. Siempre que pueda voy a volver.
Cursos en verano y conciertos en Navidad. ¿No hay vacaciones para los cantantes líricos?
(Risas) No hay muchas vacaciones, pero el mío es un trabajo que te da muchas satisfacciones aunque requiere muchos sacrificios. Pero ahora mismo estoy en una etapa de mi carrera que estoy recogiendo muchos frutos, estoy muy contenta, es verdad que es muy intensa, pero siempre se encuentran los momentos. En esta etapa estoy encaminándome a otras cosas tras 20 años de carera y es porque quiero disfrutar de mi familia, ese es mi principal objetivo, eso me lo esta permitiendo esta nueva etapa y estoy muy feliz.
Volviendo al tema de la cantera, ¿cómo llega una chico o una chica a la música clásica? No será porque lo escuchan en la radio...
Depende un poco del entorno en el que te muevas. Yo llegué por casualidad, mis padres vienen del sector sanitario, no ponían música clásica en casa, de hecho soy una soprano un poco atípica porque escucho por gusto otro tipo de música, a mí me gusta el pop inglés y el español, no soy de ponerme una ópera por gusto, pero en el colegio tuve la suerte de que como me gustaba cantar me presenté a las pruebas del coro y de ahí fue poco a poco saliendo. Es todo cuestión de suerte, pero luego hay que seguir y demostrar que te gusta, pero sí es cierto que creo que las nuevas generaciones tiran la toalla muy rápido y hay que insistir un poco más.
Hablando de otros géneros ¿cómo ve esa otra 'escuela' de Granada con gente como Dellafuente que llena tres veces el Palacio de Deportes?
Yo no juzgo mucho la calidad que puede tener este tipo de música, pero sí es cierto que la gente disfruta y la gente joven apoya esa sonoridad y hay que intentar avanzar. Es un estilo opuesto al mío, melodías muy básicas pero que tiene mensaje y la gente se identifica con él. Como te digo no entro a valorar la calidad, pero sí sé que es algo importante que la gente tenga un referente y este sea responsable de todo lo que mueve, y que eso lo haga un granadino para mí es especial.
También ha experimentado con otros géneros, como el flamenco con el dueto con Marina Heredia. ¿Renovarse o morir?
(Risas) No es renovarse o morir es seguir avanzando y ser curiosa en las cosas que se me presentan en la vida. En el futuro seguiremos con esa unión y en mayo esperamos traerla, si Dios quiere, aquí y bueno es cierto que una cantaora y una soprano a priori no tienen nada en común pero yo te digo que son las dos caras de una misma monda.
¿Cómo ha sido la experiencia? Ahora le habrá tocado a usted ser la alumna.
Bueno, Marina se ha metido también en mi mundo (risas). Hay una simbiosis importante, yo me he acercado a algún palo más ligero de flamenco y ella se ha acercado a la canción de raíz napolitana y a algún área de mezzosoprano. Hay un intercambio de sensaciones y aprendizaje y es una simbiosis y una música para disfrutar.
Para terminar, ¿qué le pide Mariola Cantarero al 2023?
Creo que lo que todo el mundo, lo primero es la salud, sin la salud no podemos hacer nada; si no, al menos tener fuerzas para afrontar lo que venga si nos falla la salud y lo demás ya vendrá, pero con mucha ilusión y proyectos nuevos que espero que se realicen.
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