Ve la luz el epistolario entre Manuel de Falla y Adolfo Salazar
Novedad editorial
La obra se presenta este viernes en la Residencia de Estudiantes de Madrid
Granada/Después de años de trabajo y casi una década planeando su edición, Manuel de Falla-Adolfo Salazar. Epistolario. 1916-1944 se presentará en la Residencia de Estudiantes este viernes 22 de abril a las 19:00 horas, en una mesa redonda en la que participarán José-Carlos Mainer, director del proyecto Epístola, Antonio Martín Moreno y Joaquín López González, directores del proyecto Epistolario de Manuel de Falla. El acto contará con la interpretación de obras de Manuel de Falla y Adolfo Salazar por parte de la guitarrista María Esther Guzmán.
Este libro, que ha visto la luz hace recientemente, ilustra un momento crucial de la música española del siglo XX a través de dos de sus figuras estelares. Consuelo Carredano, investigadora especializada en Adolfo Salazar y autora de un primer volumen de correspondencia sobre este genial crítico, musicólogo, compositor e impulsor de jóvenes compositores, ha reunido ahora 345 cartas que descubren la personalidad de sus protagonistas y su sintonía en el objetivo común de introducir la vanguardia musical en el país en lo que se conoce Edad de Plata de las artes españolas.
Elena García de Paredes, gerente de la Fundación Manuel de Falla, destaca la magnitud de este trabajo porque "Adolfo Salazar fue muy importante y el volumen de correspondencia es enorme, además de un periodo trascendental": "Salazar fue de uno de los musicólogos más importantes que hemos tenido y en una época de nuestra cultura en la que se codeó con los principales artistas, músicos, escritores... Podemos encontrar información, entre otros muchos aspectos, sobre el primer Concurso de Cante Jondo, la creación de la Orquesta Bética de Cámara o de su amistad con Lorca...".
Colaboración
Ha sido editado en colaboración con la Residencia de Estudiantes, y es resultado de los proyectos Epístola, desarrollado por la Fundación Francisco Giner de los Ríos y la Residencia de Estudiantes, y Epistolario de Manuel de Falla: digitalización, transcripción, edición y difusión internacional en el que participa, junto a la Fundación Manuel de Falla, la Universidad de Granada y la Subdirección General de los Archivos Estatales. Gracias a este proyecto han visto también la luz recientemente las correspondencias de Falla con Leopoldo Matos (1909-1936), así como con María Lejárraga y Gregorio Martínez Sierra (1913-1943), ambas publicadas en la colección Patrimonio Musical de la Editorial Universidad de Granada, en coedición con el Centro de Documentación Musical de Andalucía y el Patronato de la Alhambra y Generalife.
Trabajo conjunto
Tal y como explican en la introducción del volumen escrita a cuatro manos por Isabel de Falla, presidenta de la Fundación Archivo Manuel de Falla recientemente fallecida, y Alicia Gómez-Navarro, directora de la residencia de estudiantes, "cuando en 2008 apareció publicada en esta misma colección la correspondencia de Adolfo Salazar (Epistolario, 1912-1958), los lectores seguramente echaron en falta las cartas que el crítico intercambió con Manuel de Falla, pues, por su extensión e importancia, se había decidido no publicarlas entonces, sino editarlas por separado en un nuevo volumen, que ahora ve la luz".
La autora de la edición, que en aquella ocasión fue también Consuelo Carredano, lo explicaba así en la cita que recogen en el prólogo: "Visité por primera vez el Archivo Manuel de Falla, en Granada, donde tuve la oportunidad de consultar la nutrida correspondencia entre Adolfo Salazar y Manuel de Falla. El enorme valor histórico de estos materiales me persuadió, desde el primer momento, de la pertinencia de reunirlos por separado en un trabajo posterior. Así lo ameritaban este par de figuras estelares de la música española".
Importancia
Esa es, entre otras, la razón por la que la publicación de este epistolario entre Falla y Salazar era tan esperada. Para las prologuistas, la correspondencia "no sólo ayuda
a conocer mejor los gustos y las personalidades de ambos corresponsales, sino que revela aspectos fundamentales de la influencia que su relación ejerció en sus respectivas biografías.
Por ejemplo, entre otros detalles de la biografía de los dos creadores, la lectura de este epistolario permite deducir que la entrada de Salazar en el diario El Sol se debió probablemente a Falla, quien, como explica Carredano, "recomendó a Salazar para escribir la crítica musical en ese diario, donde llegó a ser una de las voces influyentes —y polémicas— en la vida musical española".
También permite descubrir que fue Salazar quien, al enviar a Falla algunos de los trabajos iniciales de Ernesto Halffter, facilitó que el maestro conociera su obra, y quien logró que los dos compositores se encontraran por primera vez. Tal y como se precisa en el prólogo, "la excelente impresión que la música de Halffter causó en Salazar desde que tuvo ocasión de escucharla y la decisión que tomó a partir de ese momento de impulsar la carrera del joven compositor y de conseguir que se convirtiera en discípulo de Falla ocupan buena parte de este epistolario, en el que, además, Halffter en ocasiones ejerce de corresponsal, al aprovechar las cartas de su amigo Salazar para comentar brevemente al maestro algún proyecto o para enviarle recuerdos".
En paralelo
La gerente de la Fundación Falla subraya que, además de estos trabajos de investigación que ven la luz en forma de libros, se está desarrollando un intenso proceso de trascripción de las cartas. "Ya están todas digitalizadas pero ahora, a través de un proyecto con el Ministerio de Cultura, se está completando toda esa información con una iniciativa muy interesante denominada Autoridades: la tarea de documentación de todas las personas e instituciones mencionadas en las cartas que tenemos en el Archivo. Por ejemplo, Salazar es una personalidad muy importante, pero estamos reuniendo información sobre figuras menos conocidas como puede ser el director de una banda o el dueño de una pequeña papelería que se menciona".
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