"Este espectáculo es flamenco por derecho"
Sara Baras. Bailora
La gaditana regresa ocho años después al Generalife con 'Suite flamenca'
Una fiesta de la expresión. Eso es lo que va a ofrecer hoy en el Teatro del Generalife Sara Baras (San Fernando, 1971). Un viaje de la tradición a la vanguardia, marcado por la riqueza musical y rítmica. Hora y media sin descanso, con José Serrano como artista invitado, el cante de Miguel Rosendo y Rubio de Pruna y las guitarras de Keko Baldomero y Andrés Martínez. Es Suite flamenca (22:30), el espectáculo que presenta la gaditana en sustitución del Ballet Nacional de España, que suspendió por motivos laborales.
-¿Cómo es este espectáculo?
-Nosotros decimos que es un espectáculo de flamenco por derecho. Un espectáculo tipo concierto en el que van pasando diferentes palos e intentamos darle a cada uno su textura, su sentimiento y su color. Después de hacer obras con argumento apetece mucho también hacer estas cosas.
-Al aire libre y con un público variado, una buena ocasión para explotar esa vertiente popular y festiva del flamenco...
-Sí, por eso decimos que es flamenco por derecho. Se bailan seguiriyas, soleá por bulerías, guajiras, zapateado, martinete, farruca, jaleos.... Y un cuerpo de baile de diez personas entre chicos y chicas y un equipo de músicos detrás fantástico, dirigido por Keko Baldomero. Y, por supuesto, el artista invitado, José Serrano. Estamos muy ilusionados y con muchas ganas.
-¿Es un montaje diseñado específicamente para esta ocasión?
-Es un montaje que tenemos y que vamos adaptando. La compañía está ahora girando con La Pepa y estamos encerrados con el montaje de Medusa, que estrenamos en Mérida. Y este montaje está adaptado para esta ocasión; a veces los cambios son detalles, momentos que nos gusta hacer porque representan el flamenco por derecho de siempre. Lo llamamos Suite flamenca y lo vamos cambiando según donde vayamos.
-¿Cómo se le presenta el verano?
-En la segunda semana de julio estrenaremos en Mérida Medusa y después tenemos un verano muy bonito, entero con esta obra. Es una sensación totalmente distinta porque es la primera vez que nos metemos en la mitología y es un espectáculo con otro sentido, con una historia dramáticamente muy fuerte. Vamos al Festival de Peralada, a La Granja de Segovia, a La Unión, Sagunto, Atenas... Es una gira por espacios especiales, al aire libre, teatros romanos... Terminados los dos meses y medio de Medusa volvemos con La Pepa, con la que estaremos seis semanas en Madrid, y luego, en Navidad, estrenaremos en París Flamenco.
-¿Cómo ha sido su acercamiento desde el baile flamenco a la figura de Medusa? ¿Qué la llevó a elegir este personaje?
-Fue mi hermano quien me dijo: "Yo creo que tú podrías ser Medusa". Me llamó la atención sobre el hecho de que todo el mundo espera de mí siempre personajes buenos. Empezamos a investigar y me llamó la atención la historia de esta chica sacerdotisa del templo de Atenea, que destaca por su belleza y por su dulzura y sus valores y a la que Poseidón viola en un ataque de locura. Y encima la castigan, y el castigo es la maldición de convertirla en un bicho con pelos de serpiente. Me llamó la atención la injusticia: la cogí porque en cierto modo quería defenderla. No es justo que después de lo que le pasó le mandaran esa maldición, y encima en la mitología queda como el bicho. En la obra primero intentamos mostrarla tal cual, como una persona normal, y a la hora de interpretar la mitología no sólo el personaje de Medusa tiene su historia, ya que hay otros personajes que aparecen alrededor de ella y tienen historias alucinantes: por supuesto no las contamos todas. Pero la Medusa la contamos completa, desde el inicio hasta que la decapita Perseo, interpretado por José Serrano de una manera magistral. Estamos en los ensayos y yo no quiero ni que entren los niños, yo soy casi una serpiente y no quiero que me vean mi hijo y mis sobrinos...
-De La Pepa a Medusa, de la Historia a la mitología...
-De un mensaje superpositivo a la tragedia griega y romana por todos lados. El cambio es bestial, y profesionalmente es un cambio muy importante que, creo, va a sorprender mucho porque el registro es muy distinto y la manera de hacer la obra también. Es fascinante porque la mitología lo es. De repente aparecen las grayas, que son las viejas que compartían un solo ojo, y las ninfas, los guerreros... Una historia que, dándole un sentido, sin llegar a la locura, es una belleza. Yo voy con La Pepa todo el rato presumiendo de que transmitimos energía buena y al principio me daba miedo meternos en justamente lo contrario, pero hay en la obra mucho sentimiento y eso me gusta. La música también es distinta, no utilizamos el flamenco tan de verdad, las voces flamencas no están, hay adaptaciones con otros tipos de instrumentos... En el lenguaje nuestro, aunque señalemos nuestra forma de bailar, la interpretación está casi a la altura del baile. La interpretación es importantísima. Pero los movimientos, aunque tengan mucha riqueza, salen del flamenco. Eso se ve en el sentimiento de ella cuando la violan y encima la castigan... Qué tragedia, chiquillo...
-Es muy interesante, en su arte, la cantidad de posibilidades que ofrece a la hora de plantear temas y enfoques...
-Exactamente. Yo en cada obra que he hecho he subido un escalón en el sentido de arriesgar algo nuevo. Hay quien se ha quedado toda la vida bailando por soleá y baila por soleá maravillosamente. Cada uno elige el camino como puede o como quiere. Encontrarme con la mitología ha sido alucinante; yo siempre soy muy positiva, alegre, y a la hora de elegir personajes esto se ha notado. Y sin embargo es maravilloso porque es un registro distinto en el que profesionalmente demostramos que estamos preparados para hacerlo, y es un reto y una manera de trabajar preciosa porque el flamenco es corazón y cuando tiene sentido y calidad entra donde sea.
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