Visto y Oído
Broncano
Granada/El Festival de Jóvenes Realizadores (FJR) arranca hoy su trigésima edición y lo hace, con permiso de la gala inaugural y el premio a Natalia de Molina, con la Competición Vibraciones, centrada en el cortometraje andaluz, donde podrá verse incluso alguno de los nombres que en el próximo 8 de febrero levanten un Goya, de nuevo en Granada.
Es el caso de Geranio, donde el almeriense Daniel Parra narra su propia historia, o la de un Daniel concreto, el que quedó retratado para siempre en Google Maps, cuando el coche de la empresa lo retrató caminando por su ciudad. La historia de ese Daniel está entre los cinco cortos de la primera sesión de la competición y entre los posibles candidatos a ser nominados al Goya, un peso al que el propio Parra quita importancia, asegurando a este periódico que estar en la primera lista que dio la Academia es un "reconocimiento al corto y al equipo. Nadie pensaba que llegaríamos hasta aquí, por lo que ya es un premio. Todo lo que venga después ya sería un sueño".
Algo distinta es su opinión sobre estar este domingo en el Teatro Isabel la Católica dentro de la primera cita del FJR, un festival "que conozco desde hace mucho tiempo, al que he acudido siendo adolescente y que a día de hoy cuida mucho ya no solo la programación sino también a los cineastas que pasan por él", explica el director, que a renglón seguido añade que "al final haces cine para que sea visto y estar un festival de este nivel es un reconocimiento muy bonito".
El coche de Google Maps volvió a pasar y Parra ya no aparece, en una especie de metáfora de cómo aquel Daniel que aparece en la historia, que atravesaba un momento sentimental complicado, tampoco existe ya. "Aquel Dani ha cambiado mucho, encapsuló a un yo muy concreto. Y me alegra ver que ese Dani que estaba en ese semáforo esperando ya no soy yo", explica el director, quien en ese proceso de cambio se planteó incluso dejar atrás una historia con la que ya no se identificaba y, pero que, una vez contada, actuó casi como un duelo y le permitió mejorar.
A decidirse a dar ese paso de contar esta historia, y así aparece en el corto, fueron decisivos dos factores: por un lado, el nacimiento del que hoy es su ahijado, el hijo de su mejor amigo (con la mejor amiga de su expareja); y por otro, Almudena Grandes.
En Atlas de geografía humana, la madrileña dejó una dedicatoria a Luis García Montero: "A Luis, que entró en mi vida y cambió el argumento de esta novela. Y el argumento de mi vida entera". Apenas cuatro líneas escritas en las primeras páginas de la novela que permitieron a Parra salir de aquella crisis creativa y que "todo volviera cobrar sentido".
Superado el bloqueo, el Geranio de Parra finalmente floreció (como el real que él y sus amigos colocaron en su piso de estudiante y que nunca regaban) y este domingo podrá verse en el Isabel la Católica. Lo hará junto a Relax (JL Maldonado), Viaje alrededor de mi ordenador (Daniel Natoli), La fuerza (Cristina y María José Martín Barcelona) y Las pardas (Simone Sojo), los cinco cortos que componen la primera remesa de la Competición Vibraciones del FJR, que mañana tendrá su segunda jornada.
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