Los 32 de la galería Ceferino Navarro
La sala de la calle San Matías aguanta el chaparrón adoptando una fórmula estadounidense, una exposición a lo largo del año que renueva de ocho en ocho artistas

Ceferino Navarro ha optado por buscarle soluciones a los molestos pinchazos de la crisis al arte. Aburrido de la merma de un determinado perfil de cliente, aplica desde unos meses una fórmula común desde hace ya tiempo en galerías privadas alemanas o estadounidenses. Pocas salas allí programan exposiciones independientes a no ser que sea por una causa absolutamente justificada. "Frente a la monotonía de individuales a veces sin sentido y que no cuentan nada nuevo", Navarro escoge exposiciones en grupos de ocho. No se trata, advierte, de exposiciones colectivas. No es la misma idea. La filosofía es albergar obra de ocho artistas e irlos cambiando, de dos en dos, semanalmente. "En vez de una novela de casi mil páginas podríamos decir que esto es algo así como un cuento de relatos, cada uno con su propio principio y final".
La galería Ceferino Navarro abrió, por tanto, el pasado mes de septiembre una única exposición titulada Espacios que no cerrará hasta el final de temporada. Al plantear la programación de todo el año, su dueño se puso en contacto con 32 artistas que dinamizarán la apuesta arriesgada pero valiente de esta galería granadina.
Esta semana les toca el turno a ocho nombres que ofrecen un concienzudo recorrido por el estilo que siempre ha marcado el camino de Ceferino Navarro, el de la nueva figuración española y la abstracción de calidad, cuyo 'cabeza de cartel' es, en esta ocasión, Brazán con una representación que llama bastante la atención entre los visitantes por tratarse de obra de pequeño formato -algo a lo que no nos tiene muy acostumbrados-. Todas las obras pertenecen a su serie Escuchando el Barroco.
Escultura y óleo se entrelazan gracias a ese mismo hilo conductor de la figuración de artistas como Brazán, pero también Galán Urréjola o Julián Delgado, con sus Yelow cars y su Skyline, ambos tomados 'prestados' de Nueva York. Urréjola, en cambio, se contenta con la más asequible y no menos impresionante vista de una Granada ensombrecida por un Amanecer gris. Aporta también el gaditano a esta exposición una Naturaleza muerta.
Linda con ellos en lo paisajístico el británico Allan Dorian Clark, que afincado en el Albaicín desde hace más de tres lustros desempeña una labor parecida a la de los antiguos viajeros románticos dando a conocer en su Londres natal paisajes de Escocia, País de Gales, Irlanda, Francia y España, especialmente Castilla y Andalucía.
Las formas voluptuosas de las terracotas patinadas del escultor Paco Luque hablan de un ideal de belleza distinto que permite la distorsión de estados cotidianos del ser humano. Sus esculturas tienen un lugar privilegiado en una exposición que completan David Calderón, Rafael Catalá y Allan Madsen, quien con sus bodegas cargadas de figuración en la forma pero muy conceptuales en el trasfondo atrajo la atención de la galería hace ya un año.
Les sucederán a partir de la segunda semana de diciembre ocho nombres distintos entre quienes se encuentran López Herrera, Carlos Morago, Vicente Arnás o Jesús Conde.
Junto a los artistas habituales, los 32 de Ceferino Navarro, la galería guarda un especial rincón para autores ya fallecidos o consagrados en el mundo del arte como Chillida. En la actualidad se pueden ver acuarelas de Rafael Gacía Bonillo o el italiano apasionado por Granada Franco Matania.
Al final de temporada, la sala de la calle San Matías cumplirá quince años y Ceferino Navarro ha pensado en celebrarlo con la edición de un catálogo que aúne a estos artistas que serán sus protagonistas y sus acompañantes durante todo el año. Si funciona, lo más seguro es que siga prefieriendo los cuentos de relatos a las novelas.
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