"Mis haikus son un experimento poético con tono surrealista"
El escritor argentino afincado en Granada presenta 'Gotas negras. Gotas de sal', una reedición de su libro de formas métricas japonesas "con propina marina"
Andrés Neuman ha conseguido ya, a sus 30 años, que la aparición de cada nuevo libro suyo vaya precedida de expectación. El último, que ha cosechado elogiosas críticas, es Gotas negras. Gotas de sal, una revisión corregida de los haikus urbanos que publicó Plurabel hace cinco años diez. Un libro que propio autor denomina como, "una antigua reedición con propina marina", y que edita Bernice.
-¿Ha hecho muchas correcciones en los urbanos?
-Algunas, pero de detalles. La verdad es que corregir haikus es más delicado que hacerlo con otro tipo de composiciones.
-En un género tan sumamente breve, ¿si se cambia una palabra se cambia el haiku?
-Esa fue una de las dificultades. En todo texto breve el valor de cada palabra es mayor. Además, el rigor métrico del haiku hace que sea una forma sencilla, pero bastante inflexible. El margen en el que uno se mueve para corregirlos es muy estrecho, así que, bueno, algunos detalles he cambiado pero no muchos. La máxima novedad es la inclusión de los haikus marinos.
-¿También ha eliminado algunos haikus de la primera edición de 'Gotas negras'?
-Sí, porque consideraba que no estaban a la altura de los otros. Los que no me convencían del todo y no podía corregirlos, los eliminé. El resultado es que hay veinte haikus nuevos y diez menos que la edición anterior. Así he aprovechado para dejar las partes simétricas.
-¿Por qué quería buscar esa simetría?
-Gotas negras está estructurado por estaciones, de invierno a verano. Ahora sólo hay cuarenta haikus, diez en cada estación, y así quedaba más simétrico.
-Además de la temática, ¿hay más diferencias entre los haikus urbanos y estos de 'Gotas de sal'?
-No hay mucha diferencia. Yo les veo bastante unidad, por eso los he reunido en el mismo libro. Su estilo es bastante similar porque a mí lo que me interesaba era hacer haikus que respetasen la métrica primitiva del género y que fueran siempre imágenes o ideas, no discursos.
-En la misma contraportada se afirma que ha querido alejarse del "impostado orientalismo" del haiku. ¿Cómo?
-Yo he procurado ser muy riguroso con la métrica y el carácter visual del haiku, pero añadirle un cierto atrevimiento con las imágenes, porque no es lo mismo escribir un haiku en el siglo XXI que en el siglo XVII .
-¿En qué reside el atrevimiento de las imágenes?
-Muchas recordarán al lector la época de las vanguardias, con asociaciones un poco más imprevistas, más surrealistas.
-En algunos casos el propio poema hace alusión a esa extrañeza de las imágenes. Por ejemplo, 'Inversosímil/un anciano ciclista/persigue un taxi'.
-Sí, esa es una visión surreal, la de un anciano en bici persiguiendo un taxi.
-¿En la nueva serie de mar se repiten esas imágenes?
-Sí, también hay otras similares, como la visión de un cabello de un bañista parece convertirse en una medusa o el surco de unos piragüistas, que parecen coser el agua.
-¿Cree que en los 5 años que separan la redacción de los dos libros se aprecia la evolución de su poesía?
-Uno evoluciona con los años, pero no necesariamente en los temas, más bien en los tonos y los enfoques. Conforme avanza el tiempo, uno tiende hacia la sobriedad y la emoción, más que al juego, el ingenio y la sorpresa. Aunque esto no lo digo sólo por los haikus, porque los dos los escribí hace tres o cuatro años, no recuerdo bien, pero no transcurrió mucho tiempo entre una parte y otra. Donde sí se apreciará será en mi próximo libro de poesía, que es en el que he estado trabajando en los últimos seis o siete años y que saldrá este mes en la editorial Acantilado.
-¿Y por qué ese cambio de temática urbana a marina?
-En la tradición japonesa el haiku es siempre, o casi siempre, un género de naturaleza. Yo quise hacer un haiku urbano como un experimento. La temática marina surgió simplemente porque pasé unas vacaciones de verano en el mar, y empezaron a salirme haikus. Fue una mera casualidad.
-¿Habrás más libros de haikus?
-Una vez que hice ese libro sentí que mi curiosidad por ese género estaba satisfecha. El deseo de escribir poesía es bastante misterioso y durante dos o tres años escribí muchos haikus. De pronto perdí las ganas de componerlos y no he vuelto a hacer ni uno solo.
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