Seamos humanamente estúpidos, pero vacunados

Ciencia abierta | Coronavirus

Políticos y medios de comunicación siguen creando confusión sobre la vacuna, mientras nos medicamos con inconsciente tranquilidad

Preparación para proceder a una vacunación contra el coronavirus / C. A.
Francisco González García - Departamento de Didáctica de las Ciencias Experimentales Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Granada

20 de abril 2021 - 06:00

Granada/Era junio de 2015, prestos a disfrutar de un verano de playa y montaña, con millones de ingleses, alemanes y demás extranjeros dispuestos a invadirnos y dejarnos mucho cientos de millones de euros en cerveza y tapas, a la vez que dando trabajo a los miles de camareros temporales de este país, cuando publicábamos un Ciencia Abierta (nñúmero 65) que titulaba: No vacunar es un crimen (23 de junio de 2015). El título reproducía las palabras de varios defensores de las vacunas en diferentes momentos de la historia en que los movimientos antivacunas tomaban fuerza, siguiendo el ejemplo de una de las explicaciones que más acordes son con la estupidez de dudar de las vacunas. "Contra la estupidez humana, ni los dioses pueden hacer nada". Lo leí por primera vez en un libro de Isaac Asimov que a su vez lo retomó de una expresión del poeta alemán Schiller.

Por aquello de no repetir titulares he modificado el título de hoy, y también porque en el próximo verano es muy probable que no lleguen los millones de turistas, ni los millones de euros ni tengamos tantos camareros trabajando. Y no será porque de pronto nuestro modelo productivo se haya transformado gracias a un milagro del gobierno, no. Será debido a la vigencia de la estupidez humana, en esta ocasión encumbrada por las continuas contradicciones de todos los gobiernos del mundo mundial, aireadas continuamente por todos los medios de comunicación a los que las buenas noticias parecen no satisfacer. No vamos a repetir las razones esgrimidas a favor de las ventajas que históricamente nos han traído las vacunas. Eso parece no interesar.

Es noticia que se den 6 casos de problemas de trombosis entre 7 millones de ciudadanos vacunados en los Estados Unidos, pero no es noticia que 6.999.994 ciudadanos no tienen ningún problema (bueno algunos puede que hayan tenido accidentes de coches, rupturas matrimoniales o hayan sido tiroteados en la calle, etc.). En definitiva pareciera que vacunarse contra el virus del Covid-19 es un riesgo peligrosísimo, casi tanto como entrar en una nave donde habita un Alien que acaba devorando a todos sus pasajeros (ya saben, eran siete y solo se salvó la Teniente Ripley).

Si ustedes tienen interés en quitarse la vida o en sufrir graves problemas no tiene más que ir al cajón de casa donde guardan las medicinas, seguro que hay al menos uno en su hogar y tendrán una amplísima panoplia de opciones. Lo que les escribo a continuación viene impreso en los prospectos de las medicinas. Recuerde los anuncios de la tele: "Lea las instrucciones de este medicamento".

Ibuprofeno

Podemos leer: "Al igual que todos los medicamentos puede producir efectos adversos, aunque no todas las personas los sufran. Los posibles efectos adversos se clasifican por la frecuencia de aparición. Muy frecuentes (afectan a más de 1 de cada 10 pacientes), Frecuentes (afectan entre 1 y 10 de cada 100 pacientes), Poco frecuentes (afectan entre 1 y 10 de cada 1.000 pacientes), Raros (afectan entre 1 y 10 de cada 10000 pacientes) y Muy raros (afectan a menos de 1 de cada 10.000 pacientes)". Probablemente todos conocemos el ibuprofeno, no sé cómo calificarían un efecto de 1 entre un millón de pacientes (afectación de las complicaciones surgidas en algunos casos de las vacunas contra el Covid-19. ¿Deberíamos prohibir el ibuprofeno pues está demostrado, y así lo dice en su prospecto, que puede producir todo lo que dice a continuación en su folleto informativo? Veamos. De forma frecuente: Erupción en la piel. De forma muy rara: Meningitis aséptica. Raros: Trastornos del oído. Alteración del riñón. Lesiones en el hígado.

Paracetamol

En el Paracetamol podemos leer. Efectos adversos raros: reacciones graves en la piel, enfermedades del riñón, ictericia, alteraciones sanguíneas, aumento de transaminasas en sangre.

Alprazolam

En el Alprazolam: puede producir fatiga, debilidad muscular, mareos, depresión, erupciones cutáneas… (Todo ello según dosis).

Diazepam

El Diazepam puede producir raramente aumento de transaminasas, ictericia y paro cardiaco (¡) , aumento de riesgo de caídas y fracturas en pacientes de edad avanzada….

Rizatriptan

En el caso de un medicamento algo más inusual, usado contra las crisis de migrañas, y cuyo uso es menos general (el rizatriptan), se puede leer: Frecuencia no conocida (es decir no se conoce a que número de personas puede afectar) puede provocar infarto de miocardio en pacientes con riesgo cardiaco, y también convulsiones, espasmos, alucinaciones…

Detalle de la vacunación de un ciudadano / Archivo

Y podríamos continuar leyendo los innumerables efectos secundarios que se describen en todos los folletos informativos de las medicinas que tenemos en casa. Esos folletos que una vez abiertos se desdoblan en varias hojas imposibles de volver a doblar adecuadamente y que terminan en el cubo de la basura o dobladas de mala manera en el envase. Y que por supuesto si leyéramos en su totalidad, probablemente nos pensaríamos dos veces antes de usar el medicamento en cuestión. ¿Lo han pensado? Habitualmente nos tomamos los medicamentos con la seguridad de que nos van bajar la fiebre, eliminar el dolor muscular, la migraña o la infección urinaria. Y si hay algún efecto secundario ¿vamos rápidamente a protestar? ¿Hacemos campañas para que las farmacéuticas no ganen tanto dinero? ¿Decimos que nos están envenenado? Eso parece que algunos solo lo guardan para las vacunas y en particular para la vacuna que puede salvarnos, con una rapidez nunca vista en la historia de la medicina moderna, de una gravísima pandemia vírica.

Pareciera que repetir los beneficios y ventajas de estar vacunado sirve de poco; basta con un caso de efecto adverso, como los que todos los medicamentos tienen, para derrotar cualquier razonamiento serio y olvidar las enormes ventajas de la vacunación. Por supuesto que hay que tomar precauciones e investigar las causas de esos efectos adversos que aparecen (1 caso por millón o menos), pero parece que la estupidez humana se multiplica más rápido que el virus. Impulsemos la vacunación, no la desprestigiemos. Y luego si quieren, vayan al cajón de la medicinas y tómense lo que quieran.

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último