Juan Carlos Friebe: "La literatura y la lectura, en algunas ocasiones de mi existencia, han salvado mi vida del desastre"

Carla Friebe, la autora granadina tras el pseudónimo de "Juan Carlos Friebe", habla sobre La esteva, su obra más reciente

“Las mujeres han sido asesinadas por una forma de ser que busca la libertad”

Carla Friebe presenta su última obra literaria.
Carla Friebe presenta su última obra literaria. / G. H.
Clara Martín

13 de marzo 2025 - 14:00

Granada/La esteva (2024) es la última publicación de Juan Carlos Friebe, una antología poética sumamente cuidada al detalle, que se presenta ante el lector con un formato que recuerda a lo escénico, dividido en 3 actos con sus respectivos cuadros y escenas, contenidos entre una obertura y una coda con las que abre y cierra la composición. La obra cuenta con una introducción escrita por Antonio Chicharro Chamorro, donde además de acercar al lector a la trayectoria poética que precede a esta antología, analiza y presenta la estructura de la misma.

Pregunta.-En el prólogo, Antonio Chicharro lo llama “su libro más suyo”, ¿qué lo hace tan especial? ¿Cómo lo definiría en relación con su trayectoria poética?

Respuesta.-Para mi La esteva es sobre todo una especie de fin de ciclo, de pronto cabe la posibilidad de publicar una antología, no sólo un libro suelto; no suelen publicar muchas antologías en Hiperión (por lo menos de personas que están vivas). En cierto sentido es esta idea de un fin de ciclo como forma de decir adiós, de pensar poesía como yo siempre la he pensado, como una obra programática y coherente, es decir, que los libros no sean independientes sino que formen parte de un conjunto, de algo que se quiere decir desde hace mucho tiempo. En mi caso, por ejemplo, esto eran los grandes males de la humanidad (según yo los entiendo, por supuesto), pensaba escribir sobre la melancolía, la soledad, la crueldad, la ignorancia del ser humano... Era consecuente con mi idea de aunar la lírica, la ética y la tragedia con un discurso ético y poético que se centrara en nuestra identidad como seres humanos, como seres dolientes; pero también en aquello que nos salva, como puede ser por ejemplo el arte y esa lucha que se ha producido a lo largo de la historia de los individuos frente al poder. Todo lo que había estado escribiendo desde hacía más de 20 años. No es que quisiera aprovechar una oportunidad, pero sí quise hacer una narración encriptada de mi vida; en mi vida nunca hubo una idea clara en realidad y, aunque estaba salpicada en algunos poemas de las obras precedentes y se filtraba en ellas por supuesto mi vivencia, quizá senti la necesidad un poco de hilarla, de sacarla de los poemas (porque aparecía muy ocasionalmente y de forma fragmentaria). De tal manera que es un libro que, además de un fin de ciclo, supone una especie de confesión de parte, escribir y vivir han sido al mismo tiempo el núcleo de mi existencia.

P.-¿Cómo ha sido el proceso de selección de los textos? Entiendo que ha estado subordinado a la estructura, ¿cómo surge esta idea? ¿Cómo influye su visión de la poesía en la forma en la que ha tejido los diferentes textos?

R.-La estructura siempre ha sido lo que ha determinado mis libros, me entretengo más en la documentación y en la creación de una estructura para que luego las piezas encajen de una forma coherente (hablo siempre de coherencia porque para mí es muy importante que un libro lo sea) y bueno, la idea fundamental en este caso era que se mostraran todos o gran parte de los registros del lenguaje que he utilizado en mi poesía y también la diversidad de enfoques de los temas, de una forma lo suficientemente organizada para que no pareciese, ni fuera, una antología en sí misma, sino un libro nuevo. A partir de ahí trabajé en los materiales más visuales de mi obra, es decir, los lenguajes plásticos, los lenguajes de otras disciplinas, de la música, de la arquitectura... La idea era narrar también cómo se implicaba la poesía en mi vida de una forma disoluble, eso fue lo que marcó la creación de una escenografía, como una manera de escenificar una biografía íntima. En este caso, pienso mucho en la estructura para producir lo que yo llamaría un efecto de encuadre, la forma en que se presentan los textos poéticos y los afectos que se enfatizan tienen un ethos, un pathos, un logos... tienen un sentido profundo (para mí, insisto), de tal manera que esa voluntad de encuadrar mi biografía dió lugar a una escenificación un tanto teatral utilizando otros recursos de otras de otras disciplinas. Pienso que todas las disciplinas artísticas están interrelacionadas, no sólo las artísticas, también la artística y la científica; por lo que traspasar las estructuras escénicas a la construcción poética me parecía coherente.

P.-A lo largo de la obra hay referencias a muchas obras y autores, las que más saltan a la vista son las que dan nombre a los cuadros, ¿cuál es el motivo tras estas elecciones?

R.-La elección de los títulos en los cuadros es sentimental, por ello precisamente es significativa, porque habla de una cosa muy importante para mí. De todas las cosas, que no son pocas, por las que debería dar gracias a la vida, la lectura quizás sea la principal; de hecho yo diría que la literatura y la lectura, en algunas ocasiones de mi existencia, han salvado mi vida del desastre, de tal manera que tiene un sentido de homenaje. Aunque podría haber puesto otros mil títulos, puse los que sentimentalmente más se acercaban a lo que quería decir, que fueran significativos, que fueran ilustrativos para el lector de alguna manera, que fueran sugerencias de cómo debe ser leído lo que va a venir después en las escenas distintas. En otras ocasiones he utilizado (para avanzar o sugerir el tono de lo que va a suceder después) por ejemplo, movimientos de la música clásica, que han funcionado como indicadores. Al principio hay una parte que es mi "educación sentimental" respecto a los libros y los autores que me han llegado más profundamente (no digo que me hayan influido, sino que me han transformado un poco la vida), en ese sentido es una elección sentimental, pero precisamente por ello es muy significativa.

P.-¿En qué medida cree que la lógica interna del libro influye en la experiencia del lector? ¿Cómo espera que este libro dialogue con su público?

R.-Entiendo que es un libro complejo, mi poesía no es sencilla ni nunca lo ha pretendido ser, quizás porque mi propia vida ha sido complicada; pero yo espero que lo reciban con naturalidad, que tengan en cuenta que el principio lógico más importante que tiene mi obra es siempre el decoro: usar el lenguaje y el tono adecuado para contar algo, intento que el estilo se ciña a los temas que trato. Hay decisiones por ejemplo de utilizar formas clásicas muy antiguas (como puede ser la cuaderna vía), porque el personaje que va a aparecer en ese momento se encuentra situado en el siglo XIII. Intento adaptar las cosas aunque luego, por supuesto, me tomo todas las librtades que quiero, porque al fin y al cabo la poesía parte de un principio fundamental, que es la libertad. Nadie está esperando un libro tuyo nunca, entonces trabajas desde la libertad, para tí; y ojalá que luego ese libro conmueva, o bien por su inteligencia o su emoción, a un lector que, lógicamente, tiene que entender un lenguaje poético. Todo lo que intento hacer siempre es narrar algo, narrar de forma poética a través de la ética, de la lírica, de la tragedia... esto requiere un lector participativo, que se convierta al mismo tiempo en el creador de su propia lectura. No tengo tampoco una pretensión cuando escribo, me gustaría que gustara, por supuesto, pero no pienso que vaya a gustar. Yo entiendo que mi poética, la poesía que a mi me gusta, es una mezcla de inteligencia, de técnica, de emoción y también de belleza (teniendo en cuenta que la belleza es un concepto que varía a lo largo de los tiempos).

P.-Ha mantenido Juan Carlos Friebe como firma literaria, ¿qué significa para usted esta decisión?

R.-Carla Friebe es la expresión nominal de un conflicto íntimo que me ha acompañado toda la vida y que desde hace una década voy resolviendo. Soy una persona transgénero, eso no tengo la mínima duda en decirlo, que lo primero que ha buscado es la transparecncia durante la última década y ahora lo que afronta es el reto de la visibilidad pública, pero a mi ritmo y a mi manera. Dentro de mi proceso estoy en mi búsqueda, es una transición y quiero llegar a un sitio, no sé si llegaré, pero voy a hacer todo lo posible para que por fín todo sea coherente en mi vida, como hablaba antes de la coherencia en la poesía. Una cosa está clara: los poemas de La esteva proceden de los libros que firmó "Juan Carlos Friebe", que como pseudónimo me parece estupendo. No soy muy reivindicatica, más bien flexible, permeable... o simplemente que me he acostumbrado a vivir con cierta discrección mi propia tragedia. Si decía al principio que esta obra supone un fin de ciclo, quizás sea porque ha llegado el momento de primar la vivencia sobre la escritura, es decir, de cuidarme a mí y de avanzar hacia mí, hacia lo más profundo; de lo que salga después de ello no tengo ni la más remota idea, pero si me gustaría que el próximo libro lo escribiera Carla Friebe.

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