El lado oculto de la música antigua

Íliber Ensemble desempolva obras del barroco muy poco conocidas, que han permanecido durante años en la sombra, y rescata piezas nunca antes interpretadas en España

Íliber Ensemble actuará esta noche en la Real Chancillería.
Irene Marín Granada

27 de junio 2015 - 05:00

En la Real Chancillería, Íliber Ensemble ofrece un ameno y sugerente paseo por la música culta de raíces folclóricas en la Europa de los siglos XVI al XVIII, con auténticas joyas desconocidas del repertorio barroco, que se podrán disfrutar a partir de las 21.00 horas.

Íliber Ensemble es una formación de cámara granadina dedicada al estudio y la interpretación de música barroca, centrada en la recuperación y difusión de composiciones de autores europeos poco conocidos, no sólo en la zona occidental de Europa, sino también en la parte oriental. En esta ocasión, trae obras de Ioan Caianu, Claudio Monteverdi, Juan Hidalgo, Johann Heinrich Schmelzer, George F. Handel, José Marín y Juan Vásquez, entre otros. Se trata de piezas breves y muy amenas, interpretadas en distintas combinaciones de instrumentos. "El concierto ha sido resultado de una larga investigación de varios meses, en el que hemos estado recuperando partituras y accediendo a diversas colecciones", afirma Darío Tamayo, componente del conjunto. Una de estas colecciones a las que se refiere es la recopilación de piezas de etnia gitana del barroco, que aunó un compositor anónimo en 1730. Esta será la primera vez que se interprete en España.

Íliber Ensemble se creó en 2013 con la intención de trabajar el repertorio menos conocido del periodo barroco. Tamayo explica que, desde que fundaron el conjunto, su objetivo siempre ha sido "recuperar música que, a pesar de su calidad, quedó olvidada".

El conjunto está formado por Marina García, Alba García (violines), Javier Morillas (viola), Chema Ramírez (violonchelo), Yamila Pedrosa (contrabajo), Claudia Fernández (flauta), Lucía Marsella (soprano), Francisco Díaz Carrillo (tenor), Luis Vives (percusión), Miguel Ángel Jiménez (guitarra barroca, tiorba) y Darío Tamayo (clave).

En sus interpretaciones, asegura Tamayo, su mayor objetivo es "conseguir conexión con el público". "La música antigua viene a la vida cada vez que se interpreta. Queremos mostrar una música que, a pesar de tener 300 o 400 años de antigüedad, es capaz de conmover, de alegrar, de divertir. La música que vamos a plasmar en este concierto suena a blues, a jazz o a flamenco más que a música antigua. El público no se va a creer que algunas de estas piezas fueron compuestas en el siglo XVII", concluye.

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