Ilu Ros: "Lorca decía que un teatro enfermo derivaba de una sociedad enferma"

Ilu Ros: Ilustradora

Ilu Ros: "Lorca decía que un teatro enfermo derivaba de una sociedad enferma" / Jesús Jiménez Hita, Photographerssport
Yolanda Ibáñez

30 de noviembre 2022 - 07:41

Granada/Ilu Ros (Murcia, 1985) es una ilustradora formada en la Facultad de Bellas Artes y Comunicación Audiovisual en tierras granadinas, las mismas que precisamente le han servido de inspiración para sus últimas publicaciones. El año pasado el volumen Federico, una biografía ilustrada que la convirtió en todo un fenómeno editorial. Ahora presenta Una trilogía rural, el cual supone una nueva visión de las aclamadas obras teatrales de Lorca: Bodas de sangre, Yerma y La casa de Bernarda Alba. La autora presenta el libro este martes en la Biblioteca de Andalucía dentro del ciclo Letras Capitales.

-Frente a sus primeras publicaciones, estas dos últimas versan sobre Federico García Lorca, ¿a qué se debe ese giro? ¿Existe algún motivo especial que le vincule a Lorca?

-Mi primera publicación fue Hey, Sky, un libro sobre mujeres influyentes que realicé durante mi estancia en Inglaterra y que salió al mercado con una editorial independiente norteamericana. Cosas nuestras es mi primer libro publicado en español, por la editorial Lumen, y trata sobre mi relación con mi abuela materna, con el campo, y otros temas vinculados a que mi familia fuese migrante. Ya en ese libro aparecía la figura del escritor granadino como uno de los autores contemporáneos más influyentes que entonces escribía textos que luego cantaban las folclóricas que le gustaban a mi abuela. Este fue el nexo de unión para posteriormente hacer su biografía, Federico. Por otra parte, Lorca siempre me ha gustado, sus obras de teatro fueron de las primeras que vi -La casa de Bernarda Alba y Bodas de sangre-. También creo que mi estancia durante cinco años en Granada me vincula al autor. Lo más seguro es que con esta última publicación cierre el círculo.

Ilustración de Federico García Lorca / Ilu Ros

-Para las ilustraciones, ¿has tomado la imagen de alguna actriz que las representara o son producto de tu imaginación?

-Todos tenemos muchas referencias porque hasta ahora han sido tan representadas en teatro y cine que ya son parte de nuestro imaginario. He intentado alejarme de todo eso para sacar algo nuevo y no reciclar lo anterior, aunque uno nunca puede librarse de lo que le precede, de lo que ya ha visto.

-Víctor Amela ha expresado recientemente, a raíz de su última publicación Si yo me pierdo, que él piensa que a Lorca le hubiera gustado parir, y por ello empatiza tanto con la mujer estéril, porque se siente así.

-Bueno, nunca lo hubiera pensado así, me parece una manera de pensarlo muy curiosa y muy atractiva. Sí que creo que Federico García Lorca se sentía muy identificado con las personas que estaban en los márgenes, como se puede ver en su obra: en el Romancero gitano habla de los gitanos y en Poeta en Nueva York, de los negros. También era homosexual, que en aquella época se tenía que vivir de manera muy oculta. Quizá por esa misma razón entendía las preocupaciones y anhelos de las mujeres, que siempre han estado a la sombra.

-¿Qué tienen estas tres obras teatrales de crítica y de labor edificante para la sociedad que defendía Lorca?

-El libro comienza con un discurso que dio en 1935 a los actores del Teatro español en Madrid, en el que habla de lo que para él era el teatro, elemento que edificaba la cultura de un país. El teatro entendido como un reflejo de lo que estaba sucediendo en ese momento en un estado. Decía que un teatro enfermo, derivaba de una sociedad enferma. No podemos olvidar su faceta de director de La Barraca, una compañía que recorría los pueblos más pequeños de España, donde nunca llegaba el teatro, entornos con mucho analfabetismo, para representar obras del Siglo de Oro. Junto a Ugarte reivindicaban el teatro para todos, no para determinados círculos sociales. Por esta razón elegí este discurso, que acompaña al género escogido y a la tipología de las obras, que retratan el medio rural.

Ilustración en Una trilogía rural / Ilu Ros

-El confinamiento llevó al cierre o a la toma de caminos alternativos a muchas compañías teatrales, ¿cree que seguimos viviendo una crisis del teatro?

-En realidad mis círculos no son los teatrales, pero es cierto que la pandemia a afectado todo el sector artístico. Al fin y al cabo es lo que pasa siempre que hay una crisis económica, los primeros castigados somos los que nos dedicamos a la cultura. Es importante y necesario que se invierta desde instituciones para mantenerla, porque al final no es solo ayudar a los creadores, sino que su papel luego revierte en la sociedad. Todos nos beneficiamos de ella.

-En otra entrevista comentaste: "He descubierto mucho del Federico niño, que luego está muy relacionado con el Federico adulto". ¿Cuánto de su pasado se plasma en sus obras?

-Él se inspiraba en personas reales para la conformación de sus personajes, sobre todo en sus personajes del teatro. Bodas de sangre está inspirada en un asesinato cometido en Níjar, cuya noticia leyó en un periódico en su estancia en Madrid. De Yerma, se dice y yo lo creo, que se inspira en la primera mujer que tuvo su padre antes de casarse con Vicenta Lorca. El matrimonio, a pesar de durar 14 años, no tuvo descendencia pues ella era estéril. Por otra parte, encima de la cama de infancia de Federico había colgada una litografía del Cristo de Moclín, del cual se decía que concedía fertilidad a las mujeres estériles, cuya romería se parece a la que hay retratada en la obra. Para La casa de Bernarda Alba se inspiró en la casa de Frasquita Alba, vinculada a la de su tía mediante un pozo por el cual se escuchaba lo que en esta ocurría.

Ilustración en Una trilogía rural / Ilu Ros

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