"Con las medidas actuales tardaremos 190 años en llegar a la paridad astrofísica"
Isabel Márquez. vicedirectora de Ciencia del Instituto de Astrofísica de Andalucía
La investigadora pacense, tesorera de la Sociedad Española de Astronomía hasta 2012, ostenta uno de los cargos de poder del IAA-CSIC y es miembro de la Real Sociedad Española de Física
Granada/-Las mujeres son mayoría en finalizar estudios universitarios, pero desaparecen en los puestos de mayor responsabilidad. ¿Existe un techo de cristal en ciencia?
-Sí, aunque el techo de cristal existe en todas las disciplinas, sean científicas o no. En el caso de las carreras de ciencias el techo de cristal es muy evidente cuando llegas a los niveles más elevados. Alrededor de un 15 o 20% llegan a ser profesoras de investigación o catedráticas, en los mejores casos. En concreto en astrofísica, tenemos actualmente dos mujeres como profesoras de investigación en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Supone apenas un 4%, a pesar de que es el máximo nivel en el CSIC. Además, los artículos escritos por mujeres son citados un 10% menos que los escritos por hombres.
-¿La brecha de género en su campo llegará a desaparecer?
-Se pueden hacer muchas cosas, aunque que desaparezca es complicado. No es cuestión de tiempo, porque la situación no va a mejorar si no se toman medidas. Lo principal es concienciar a todo el mundo que trabaja en ciencia de que existen sesgos inconscientes. Se puede fomentar el hecho de que las mujeres estén en los órganos de toma de decisión, porque eso no hace que solo sean más plurales, sino que además da a esas mujeres la oportunidad de aprender cómo funciona y que pueda formarse. Nadie nace sabiendo cómo se dirige algo, hay que ir aprendiendo poco a poco, pero si nunca te proponen, nunca tienes opción.
-Las investigaciones de Vera Rubin dieron lugar a algunos de los avances más significativos del siglo XX en astronomía, pero nunca llegó a tener el debido reconocimiento. ¿Es una situación frecuente en el ámbito de la astronomía?
-En todos los ámbitos científicos. Vera Rubin es un ejemplo más de mujeres que han hecho contribuciones fundamentales a la astronomía y que no han sido suficientemente reconocidas. Afortunadamente a Rubin sí se le concedieron premios y medallas, pero no se entiende por qué no se le dio el Nobel. Otro ejemplo es el de Jocellyn Bell, a quien no se le dio el Nobel por el trabajo de su tesis, pero sí al director.
¿La situación de las astrónomas es similar fuera de España?
-Si hablamos simplemente de la cantidad de mujeres astrónomas, la media en España de mujeres astrónomas es un poco superior a la de la Unión Astronómica Internacional (IAU), que es del 16%. En cuanto a la situación en general, el panorama es bastante similar en los países mediterráneos, aunque empeora en los países anglosajones. Sin embargo, en México se hace una inversión bastante fuerte en astronomía y el porcentaje de investigadoras es mucho mayor que en España. Algunas de las posibles explicaciones es que cuanto más se supone que una disciplina está relacionada con el poder, menos capacidad tienen de entrar en ellas las científicas. En los países sajones las disciplinas científicas son consideradas muy importantes para el avance del país, y por eso están muy relacionados con el poder.
-¿Cree que hay un interés político para mejorar la realidad de la mujeres científicas?
-Depende del nivel político al que estemos hablando. Desde las instituciones europeas se está intentando promover que el número de mujeres aumente, pero con políticas relativamente poco agresivas. En España no hay políticas concretas para la mujer y la ciencia, pero afortunadamente tenemos la Ley de Igualdad. Desde que se ha instaurado parece que la situación ha mejorado, pero siguen haciendo falta muchas otras medidas. En astronomía calculamos que con las medidas actuales llegaríamos a la paridad en 190 años. No es una situación que se mejore sola, hacen faltas medidas.
-Rosa Menéndez es la primera mujer en presidir el CSIC. ¿Vamos por buen camino?
-Creo que sí, aunque de ahí a que sea un cambio sustancial es otra cosa. Pero al menos que el máximo representante del Consejo Superior de Investigaciones Científicas sea una mujer sirve para visibilizar. Hasta ahora nunca había habido una cabeza visible que fuera una mujer al mando del CSIC. Esto es muy importante, porque va a haber mujeres que van a ver que es posible llegar ahí.
-¿Ha sufrido personalmente discriminación?
-Sí, he sido consciente de sufrir discriminación clara por ejemplo en reuniones de trabajo. Queda patente que eres completamente transparente. Preguntas algo, o sugieres ideas y tu sugerencia queda perdida. Sin embargo, un compañero retoma tu sugerencia, la vuelve a sacar, y entonces sí se toma en serio.
-¿Se le ha facilitado conciliar la vida familiar con la profesional?
-No, nunca. La facilidad ha tenido que ser a base de contratar a otra persona que nos ayudara en casa, para que pudiera garantizar que si yo me iba de viaje, o si no llegaba a comer o a tiempo a recoger a los niños del colegio. Había que contratar a otra persona, y para eso no he tenido ayuda de ningún tipo.
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