El Museo de Bellas Artes de Granada inaugura una serie de obras de José Risueño disponibles para la visita esta Semana Santa
Se trata de una exposición de pequeño formato compuesta por nueve obras que forman parte de los fondos fundacionales del museo y que han sido restauradas
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Granada/El Museo de Bellas Artes de Granada contará con nuevos atractivos para la visita esta Semana Santa. Se trata de una exposición de pequeño formato compuesta por nueve obras que forman parte de los fondos fundacionales del museo. Todas ellas componen un ciclo pictórico que fue realizado por José Risueño y Alconchel (1665-1732) para el extinto Convento de Belén de Granada, de la orden de mercedarios descalzos, entre 1693 y 1712, a la que se suma una de Jacinto de Molina. Por un lado, se exponen seis cuadros de formato horizontal que representan pasajes de la vida de San Pedro Nolasco, con obras que muestran la fundación de la orden, redenciones de cautivos o sucesos especiales del fundador de los mercedarios. Y por otro lado, se muestran tres lienzos de formato vertical con alegorías relacionadas con la prosperidad de la orden a través de sus principales miembros y benefactores.
Oportunidad única
Se trata de una oportunidad única para ver las obras de estos dos grandes artistas del Barroco tardío granadino. Su exhibición al público como conjunto es inédita ya que, como consecuencia de su estado de conservación, la mayoría de las pinturas que lo componen no habían sido aún expuestas prácticamente desde la fundación de la pinacoteca en 1839. En estos primeros años, el ciclo pictórico estaba dividido en dos salas diferentes. Al trasladarse e instalar su sede en el Palacio de Carlos V (1958), tan solo una parte del mismo se destinó a la exposición permanente, hasta que se desmontaron en 1995.
Aunque en el siglo XIX algunas de las pinturas fueron restauradas, mediante la dotación de nuevos bastidores y reentelado, en la actualidad presentaban un deficiente estado de conservación pese a constituir una de las series de mayor valor artístico e histórico de toda la colección. Por eso, dentro del programa de recuperación del patrimonio andaluz que está desarrollando la Junta de Andalucía, de la que depende el museo, entre 2022 y 2023 la serie ha sido intervenida en los talleres del Bellas Artes, lo que ha permitido su recuperación y puesta en valor, así como devolverle todas sus cualidades estéticas y plásticas.
Inauguración oficial
La propia consejera de Cultura y Deporte, Patricia del Pozo, ha sido la encargada de anunicar el proceso e inaugurar la exposición, que lleva por título José Risueño y los Mercedarios Descalzos: la restauración del ciclo pictórico del Convento de Belén y que podrá verse hasta comienzos del mes de mayo en la sala IX del Museo de Bellas Artes de Granada. Durante la presentación, Del Pozo ha señalado que se trata de “una muestra inédita, que reúne el conjunto pintado por José por Risueño", unas obras que, "a pesar de haber formado parte de los fondos propios de este museo desde su fundación, nunca antes habían sido exhibidas conjuntamente dado su, hasta ahora, deficiente estado de conservación”. “La restauración ha permitido recuperar la que sin duda es una de las colecciones más destacadas de esta pinacoteca”, ha enfatizado la máxima responsable de Cultura del Gobierno Andaluz. “Esta muestra –ha continuado Del Pozo- cumple a la perfección con los tres pilares sobre los que se asienta el trabajo de los museos de la Junta de Andalucía: conservar, investigar y difundir nuestro patrimonio. Algo que, en el caso del Museo de Bellas Artes de Granada, presta especial atención al Barroco”.
El convento de Nuestra Señora de Belén
A comienzos del siglo XVI se estableció en el barrio del Realejo, junto a la antigua Puerta de los Molinos, la rama descalza de la Orden Real y Militar de Nuestra Señora de la Merced y la Redención de los Cautivos. En 1615 inauguraron solemnemente una iglesia de carácter efímero, que pusieron bajo la advocación de Nuestra Señora de Belén. A partir de ahí, comenzó la adquisición de terrenos para la construcción de la iglesia y el convento, estando el conjunto construido en torno a 1724. El número de religiosos llegó a rondar los 65 en los momentos de mayor esplendor.
En 1835, el convento fue desamortizado. Solo quedaban nueve frailes, cuya exclaustración se hizo efectiva el 20 de agosto. A partir de 1849, el conjunto fue utilizado como presidio, hecho que fue agravando su ya maltrecho estado de conservación, hasta que, finalmente, fue demolido en 1933. Los terrenos se utilizaron para edificar una escuela y una zona residencial.
Tras la desamortización, algunos de los bienes de este convento pasaron al recién creado Museo de Bellas Artes como fondos fundacionales. Es el caso del ciclo pictórico que fue realizado, según el investigador Domingo Sánchez-Mesa, por José Risueño y Alconchel (1665-1732) con la ayuda de Jacinto de Molina Mendoza y Cisneros (1669-1747), para el claustro principal del convento, aunque se desconoce el número exacto de obras que componían la serie, así como su ubicación exacta.
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