Nelia Reyes: "Sulayr es una transcripción árabe del latín 'mons solaris' que significa montaña del sol"

La trabajadora de Diputación de Granada y apasionada de las músicas de raíz de las claves de un festival que ha crecido en reconocimiento y potencia

Nelia Reyes.
Nelia Reyes. / José Velasco/ Photographerssport

03 de julio 2024 - 15:04

Hablar de Sulayr es hablar de muchas cosas, bonitas y a la vez, es hablar de la Alpujarra, de Pampaneira y su gente acogedora, hablar de un contacto único con repertorios únicos en plena naturaleza pero también, es reconocer un trabajo bien hecho desde las Instituciones. Como en todo, el equipo humano detrás de todo este Festival es amplio y bien organizado, un equipo con mucho cariño por lo que hace y gestiona. Y en mitad de todo eso nos encontramos a Nelia Reyes García, una persona trabajadora y apasionada por las músicas de raíz y todo un referente en lo que supone, ha supuesto y está llamado a ser el Sulayr. Conversamos con ella.

Pregunta.-¿Qué es Sulayr a Pampaneira y viceversa?

Respuesta.-Sulayr es una transcripción árabe del latín Mons Solaris que significa montaña del sol. Allí justo en esas montañas el Ayuntamiento de Pampaneira con la Diputación Provincial plantean un proyecto integral de desarrollo a través de la cultura. Sulayr es también un antídoto contra la despoblación. No es un festival al uso es un encuentro de músicos, de propuestas artísticas que está activo todo el año.Podríamos hablar de gestión participativa, de activación del territorio y todas esas ideas teóricas, pero en realidad El Festival Sulayr es un referente cultural para el pueblo y para la zona con el que los pampanurrios se sienten identificados. Cada vez más el Sulayr mismo impregna la imagen y el sentir del pueblo. Solo hace falta ir para constatarlo. 

P.-¿Qué ven si miran hacia atrás?

R.-Mucho trabajo coral, una corporación capitaneada por un alcalde joven que ha ido madurando como el resto del equipo en torno a líneas de trabajo muy novedosas. Vemos a los colectivos que estaban menos unidos y que hoy están tejiendo redes. Las comunidades culturales, los mayores, las empresas, los jóvenes no estaban tan cohesionados. El mapeo de artistas no estaba tan localizado en la zona, las empresas, la vecindad no estaban tan sensibilidades con el valor de la cultura en el territorio y en la mejora de las condiciones de sus vidas. Hay un trabajo de campo a las espaldas muy considerable con investigadores, con la Universidad, con los artistas musicales, plásticos, con los medios de comunicación y con unos políticos que nos han dejado trabajar y han sabido el lugar que tenemos los gestores en el mundo de la cultura.  

P.-¿Y hacia delante?

R.-Hacia adelante tenemos puestas las luces largas sin olvidar que estamos en un municipio pequeño y con la belleza que nos brinda la tierra. Lo más importante por tanto es el territorio lo local y las gentes que lo habitan. Queremos seguir reforzando la estructura del proyecto. Aprender de los mayores del pueblo, que no olvidemos su patrimonio oral, afectivo y sus formas particulares de vivir, partir de ahí para formarnos como equipo sólido. Seguimos tejiendo el tapiz de las redes comarcales, regionales, nacionales y trasnacionales. Nos interesa lo grande y lo pequeño, nos gusta la incertidumbre como punto de partida para crear, tener apertura a lo que llega y tomar decisiones firmes. Queremos que esto siga siendo un proyecto colectivo, que tenga un tronco tan fuerte que ningún aire pueda derribarlo. Tenemos el gusto por la aventura, la contracultura sigue viva en la zona, se rezuma en el ambiente y en el festival.  

P.-¿Cómo se ha forjado esta edición?

R.-Se forja como otras veces partiendo de los artistas de la zona y de las propuestas del equipo. Partimos de las cosas mejorables del año anterior. Así surgió la idea de trabajar el folk, pero desde esquemas actuales, incorporar la electrónica, instrumentos nuevos. Por otra parte activar los proyectos sociales como el trabajo con El Centro de Menores de Órgiva a través de Integra2, recuperar la idea de estar en familia para escuchar música o jugar juntos, vincular gastronomía y música desde una mirada etnográfica. Pero sobre todo la fragua principal es buscar un espacio para que nadie se quede fuera ni siquiera las mascotas. Este año en el espacio de Sulayr Familia incorporamos a las mascotas. Ecoembes trabajará actividades de economía circular, está presente el circo, el mimo. Todo cabe. 

P.¿Qué les ha sorprendido y qué destacan de esta edición?

R. -A mi particularmente el trabajo de una artista que se quedó a vivir en Pampaneira y que ha estructurado rutas culturales que se quedarán para el turismo, Ana Ruiz, que nos guiará por ellas durante el festival. Me ha sorprendido mucho lo conocido que es el Festival fuera de Andalucía, en las ferias de música entre proyectos culturales punteros como Visa For Music, en Rabat, dónde fuimos invitados. Y lo que más me sorprende cada año es la generosidad de los y las pampanurrias. Este año hemos llamado a muchas puertas nuevas y en todas nos han abierto, La Junta de Andalucía, entre otras. Incluso La Caixa, con quien no llegamos a concretar, pero reconocemos su intención. El año que viene seguiremos el camino trazado.  

 

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