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Granada/La Orquesta Ciudad de Granada dio este fin de semana el último concierto del año, justo antes de las festividades de Navidad. Para la ocasión se vistió de gala, incorporando a su plantilla a los componentes de la Joven Academia de la OCG y programando algunas de las obras más conocidas y emotivas de Piotr Ilich Chaikovski, cuyo ballet El Cascanueces constituye el preludio por excelencia a las fiestas navideñas en Europa. Con este programa el titular de la orquesta, Lucas Macías, y todos sus componentes quisieron desear felices fiestas a su público, en una velada llena de música brillante y momentos emotivos.
El concierto se abrió con la Obertura de ‘Ruslán y Liudmila’ de Mijail Glinka, compositor que visitó España e incorporó a la música rusa el concepto de nacionalismo. Esta breve pieza, dinámica y enérgica, sirvió para templar los atriles en una noche en la que sonaron algunas de las melodías más conocidas de su compatriota Piotr Ilich Chaikovski, quien contribuyó a definir una de las escuelas románticas de ballet más emblemáticas en la segunda mitad del siglo XIX.
La segunda obra del programa fue, precisamente, la suite orquestal del ballet El lago de los cisnes, que ha trascendido los escenarios y se ha convertido en una referencia cultural para otros medios tales como el cine, la literatura o la animación digital. Una OCG reforzada en todas sus secciones y bien equilibrada por Lucas Macías sonó brillante y esplendorosa en la interpretación de esta obra, que a través de sus diferentes números dio juego para realzar las distintas tonalidades tímbricas de nuestra orquesta. Unas cuerdas poderosas y empastadas, unos vientos siempre oportunos y precisos, y una embriagadora y atractiva percusión fueron los ingredientes del éxito cosechado con su interpretación. Al cierre de la primera parte, tras la interpretación de dicha suite de ballet, y antes de salir al descanso, Lucas Macías tomó la palabra para anunciar que este sería el último concierto de Frano Kakarigi, primer contrabajo de la OCG desde su fundación.
Frano Kakarigi, de origen croata, realizó sus estudios en el Conservatorio de Zagreb, en la École Normale de Musique de París y en The University of Michigan en Estados Unidos. Ha sido contrabajo solista en la Orquesta Filarmónica de Zagreb, la orquesta del Gran Teatre del Liceu y la Orquesta Sinfónica de Tenerife. Desde esta última llegó a Granada en 1991 para convertirse en el solista de nuestra OCG. Desde ese momento, ha demostrado un férreo compromiso con la música, una fidelidad incuestionable hacia Granada y su orquesta, y una excelencia interpretativa que lo sitúan al más alto nivel europeo. Desde su puesto de contrabajo solista ha contribuido a dar a conocer el repertorio para este instrumento y ha creado escuela, formando a nuevas generaciones de intérpretes. Paralelamente, ha dado numerosos conciertos de cámara y ha contribuido a la música de cuerda con una interesante producción compositiva. En merecido reconocimiento a su andadura profesional, su compañero Günter Vogl le dedicó unas emotivas palabras de despedida en nombre de la OCG, y el público le brindó una prolongada ovación que resonó en todos los rincones del Auditorio Manuel de Falla.
Programa: Mijail Glinka, Obertura de ‘Ruslán y Liudmila’; Piotr Ilich Chaikovski, Suite de ‘El lago de los cisnes’ op. 20, Obertura-fantasía ‘Romeo y Julieta’ y Suite núm. 1 de ‘El Cascanueces’ op. 71ª.
Orquesta Ciudad de Granada- Joven Academia de la OCG
Director: Lucas Macías
Lugar y fecha: Auditorio Manuel de Falla, 20 de diciembre de 2024
Clasificación: 5 estrellas
Si la primera parte estuvo llena de emoción contenida y maestría interpretativa, no lo fue menos la segunda, que se abrió con la Obertura-fantasía ‘Romeo y Julieta’, una de las obras más conocidas de Chaikovski, cuyo lirismo y emotividad la han señalado desde su estreno como la expresión misma del amor. Lucas Macías acometió esta obra con gran musicalidad, dejando que las cuerdas desarrollasen un discurso orgánico y amplio, con el refuerzo expresivo de las demás secciones.
Cerrando la velada se interpretó la Suite núm. 1 de El Cascanueces op. 71a, música navideña de tradición eslava que contiene, entre sus danzas características, aires orientales y españoles, reminiscencias del folklore ruso y un bello tributo al vals vienés, ese Vals de las flores que hizo las delicias de todos los asistentes. Merece una mención especial el esfuerzo realizado por los integrantes de la Joven Academia de la OCG, que junto a los profesores de la orqueta pusieron en atriles este exigente y emotivo programa; también hay que mencionar por su maestría al arpa a Paula Vicente, invitada para la ocasión, que en ambas partes desplegó no solo un perfecto dominio técnico de un instrumento tan complejo, sino además una musicalidad muy a propósito para el repertorio. Todos, bajo la dirección de Lucas Macías, desearon al púbico granadino con este concierto unas felices fiestas. ¡Que el venidero 2025 venga cargado de buena música!
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