Olalla Castro: "En el dolor es donde más nos colocamos en ese borde, en ese límite, donde nos quedamos huérfanos del lenguaje"

La escritora reflexiona sobre el lenguaje a través del dolor y del amor entre dos mujeres en su primera novela, Mañana

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Olalla Castro se estrena en la narrativa con 'Mañana'.
Olalla Castro se estrena en la narrativa con 'Mañana'. / José Velasco/ Photographerssport
Clara Martín

03 de abril 2025 - 14:07

Granada/La autora granadina Olalla Castro Hernández, doctora en Teoría de la Literatura por la Universidad de Granada y licenciada en Periodismo, lanza al mercado su primera novela: Mañana. En ella narra la historia de dos mujeres: Virginia, quien destrozada tras la muerte de su hija decide marcharse a China; y Sùyīn, casada con un hombre al que no ama. Su encuentro marcará el inicio de la reparación de sus heridas, una hermosa historia en la que el lenguaje verbal queda en segundo plano, dando paso a otros lenguajes que les permiten comunicarse pese a la barrera que supone el idioma.

Aunque con Mañana se estrena en la narrativa, Olalla Castro es ya veterana en la industria literaria, se ha movido entre la poesía y el ensayo regalando al lector obras como La vida en los ramajes (2013), Entre-lugares de la Modernidad: filosofía, literatura y Terceros Espacios (2017), Bajo la luz, el cepo (2018), Las escritas (2022), entre otros.

Su obra ha sido galardonada en numerosas ocasiones, habiendo ganado el Premio Nacional de Poesía Miguel Hernández, el Premi Tardor de Poesía, el Premio Internacional Antonio Machado en Baeza, el Premio al Libro del Año 2022 de las Librerías de Madrid... A nadie sorprendería que, a través de esta nueva obra, comience a conquistar también logros en el campo narrativo.

Pregunta.-La novela trata y entrelaza temas de peso como son el amor y el dolor, ¿cómo es su elección y el tratamiento en la obra?

Respuesta.-Una de las cosas que me han obsesionado desde hace años y que están en toda mi poesía es la reflexión sobre el lenguaje y sobre los límites del lenguaje, me parecía que en el dolor es donde más nos colocamos en ese borde, en ese límite, donde nos quedamos huérfanos del lenguaje. Tenía claro que quería partir de ahí y de una persona absolutamente devastada que renuncia a todo, incluído el lenguaje, y se va a la otra punta del mundo. En principio esa iba a ser la novela, no iba a haber redención, ni amor, ni ninguna otra cosa; pero a medida que escribía surgió el otro personaje, Sùyīn, como contrapunto de Virginia y a partir de ahí, de forma orgánica, vi que iba a haber una historia de amor y que precisamente lo que se iba a contemplar en la novela eran esos otros lenguajes. Esos otros lenguajes que nos acercan al otro de una manera mucho más pura y sin todo el prejuicio que arrastra cada lengua. Ellas, al principio, no se comunican verbalmente porque no hablan el mismo idioma; son los lenguajes del cuerpo, del tacto, incluso el lenguaje de la escritura más táctil, más material: la caligrafía, lo que acerca a estas mujeres y hace que puedan volver luego a ese otro lenguaje que habían abandonado.

P.-¿Algún apunte más sobre el contenido de la novela?

R.-Sobre todo, es una reflexión sobre el dolor, la pérdida, lo roto, lo torcido; que es lo que tienen en común esas dos mujeres a pesar de sus diferencias culturales y de clase. Ambas están haciendo un duelo: Virginia, el duelo de su hija; y Sùyīn, el duelo por una vida que le han escamoteado y le han robado, la que ella hubiera querido para sí y no ha tenido la oportunidad de tener. Yo creo que la propuesta es eso, cómo dos personas que se encuentran desde la rotura, desde la grieta, van rellenando juntas ese hueco, y cómo también el amor transforma. Cómo una se va convirtiendo un poco en la otra y, a medida que van aprendiendo una de la otra, Virginia se contamina de la luminosidad de Sùyīn, quien, a pesar de estar absolutamente hundida y tener una vida miserable, es siempre una persona muy luminosa, muy fuerte y con mucha voluntad de ver lo bueno, de luchar por la felicidad.

P.-¿A qué se debe la elección de China como escenario? ¿Qué supone explorar un contexto cultural tan diferente?

R.-Llevaba meses siendo asediada por una imagen cenital de unas mujeres en los campos de arroz, en los bancales chinos, trabajando, de las que sólo veía los sombreros de cono desde arriba y las mochilas. Y esta imagen, desde que escribí un libro que ocurre en China, recurrentemente venía a mi; yo sabía que tenía que escribir sobre eso, que tenía que trazar una historia. En mi carrera en Teoría de la Literatura estudié literatura y cultura china, cine chino... me encanta la cultura china y tenía muchas ganas de acercarme a ella a través de la escritura y la investigación.

"No se trata del descubrimiento repentino de la existencia de un talento femenino, sino que se ha descubierto que ese talento femenino vende y entonces le han abierto las puertas del mercado a la narrativa de mujeres" — Olalla Castro

P.-¿Hay mucho de usted en los personajes de Virginia y Sùyīn?

R.-No, yo huyo bastante de lo autobiográfico. La experiencia propia lógicamente está atravesando la escritura quieras o no, pero huyo de ello tanto en mi poesía como en mi narrativa. Lo único que puede haber en Mañana de mi vida son las calles de Barcelona, el barrio en el que yo viví cuando estuve viviendo allí... cosas muy anecdóticas, nada más.

P.-Es usted doctora en Teoría de la Literatura, es muy notable la influencia de esto a lo largo de la obra, ¿cree que convierte la lectura en más difícil o menos accesible para un lector que carezca de esta formación?

R.-Como teórica de la literatura que soy, obviamente esa inquietud teórica está en mi obra y pretendo que lo esté; es una cosa muy consciente. Pero también pienso que todo libro, como ya decía Umberto Eco, ofrece distintas capas de lectura, unas más accesibles que otras, y no hay por qué llegar a todas. Sí que tengo claro siempre que escribo, no sólo en esta novela, sino con mi poesía también, que quiero que todo el mundo pueda leerme. Otra cosa es que todo el mundo pueda llegar a lo que yo tengo en la cabeza, pues probablemente, si no comparten esos referentes teóricos, muchas cosas se les escaparán, pero no importa. Lo fundamental es que puedan acceder al texto, entenderlo y disfrutarlo.

P.-Ha explorado la poesía, el ensayo y ahora la narrativa ¿cómo ha sido esta transición?

R.-Me debato entre si decir o no cuáles fueron las razones reales de esto y al final he decidido que sí, que hay que decirlo, porque creo que es una parte importante. Es la precariedad económica la que me lleva a decidir saltar a la novela. La poesía y el ensayo son la periferia del campo literario y están absolutamente fuera del mercado. Llevo muchos años escribiendo poesía y muchos años tratando de sobrevivir de la poesía y sus alrededores y de la literatura y sus alrededores, lo cual es muy complicado. La mayoría de poetas tienen otro oficio. Mucha gente me decía que tenía que escribir novela, que me podía ayudar no estar tan "precaria", digamos, e inicialmente ese fue el principal motor, pero luego, lógicamente, una vez metida en la breva lo disfruté muchísimo. Fue un descubrimiento también de otra forma de trabajar, porque es muy distinto.

P.-Ha abordado mucho a lo largo de su obra la invisibilización de las mujeres en la literatura, ¿cree que esto está cambiando en la actualidad? ¿Cómo ve el estado actual de la narrativa escrita por mujeres?

R.-Yo creo que sí, que está cambiando, está cambiando forzosamente además, a fuerza y a golpe de puro talento. A mi la literatura escrita por mujeres, quizá y sobre todo en Hispoanoamérica, me fascina. Hace muchos años que apenas leo a hombres, primero, por una decisión política, pero también por puro goce estético. Disfruto muchísimo de lo que están escribiendo las mujeres, creo que ahora mismo están a la vanguardia de la narrativa, que están abriendo caminos interesantísimos. Todo eso está ahí y está ocurriendo y el mercado se ha dado cuenta, porque la lógica capitalista es como es. No se trata del descubrimiento repentino de la existencia de un talento femenino, sino que se ha descubierto que ese talento femenino vende y entonces le han abierto las puertas del mercado a la narrativa de mujeres. Independientemente de cuales sean las razones, ha ocurrido. Se está leyendo a muchísimas mujeres, el público lector en su mayoría también son mujeres y lo han sido siempre. Pero también, por otro lado, estamos observando en todos los ámbitos una fuerza regresiva, un muro de un frente de personas que no están dispuestas a que esto continúe y que están reaccionando como intentando traernos de nuevo unos pasos atrás, pero bueno, yo creo que vamos a resistir y que esto es imparable.

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